Ángel Durán Pérez. Gallardo Ediciones, 2023.
El litigante del siglo XXI deber ser un técnico del derecho y de una alta calidad moral; para lograrlo, es necesario la participación de las universidades, el apoyo de la sociedad y políticas públicas integrales que se dirijan a ese fin. Debe estar colegiado, certificado por instituciones que avalen su ejercicio profesional, debe generar confianza en la defensa de los derechos que atiende, respetar la ley y todos sus actos debe encaminarse a la justicia. Capacitarse de manera permanente, especializarse y de preferencia agruparse en firmas corporativas; participar y actuar en los grandes problemas de la nación, sobre todo, cambiar radicalmente la forma de ejercer la ley a ejercer el derecho con un sentido humanista. También debe buscar que a su cliente le reparen integralmente sus derechos y garantizar que el Estado ya no vuelva a repetir el acto violatorio en contra de nadie.