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El combate a la pobreza, un reto histórico de la humanidad

“Sin haber conocido la miseria es imposible valorar el lujo”

Charles Chaplin

La pobreza es una condición de desprotección económica que se ha dado a lo largo de la historia de la humanidad, de ella hablan Sócrates, Platón, Publio Cornelio Escipión, San Marcos, San Mateo, San Lucas, San Juan (estos cuatro últimos  en sus evangelios), Sor Juana Inés de la Cruz, La madre Teresa de Calcuta y el día de hoy sigue siendo uno de los grandes temas que preocupa a la humanidad.

Nuestra Constitución en su artículo 4º parágrafo III establece  “Toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad. El Estado lo garantizará”…

Es una obligación de fondo esencial para el Estado Mexicano, pero de facto el día de hoy es una meta por la que hemos de luchar día a día.

Lo primero que viene a nuestra mente al hablar de pobreza, son estereotipos, Walter Lippman habla de ellos como una imagen en nuestra mente que bien puede ser algo bueno o malo.

En el caso de la gente que vive en estado de pobreza se etiqueta y estigmatiza a este mayoritario grupo social. De estas etiquetas Herbert J. Gans escribe en (THE WAR AGAINST POOR) no hay alguna que sea positiva para este grupo.

Describe cómo desde que hay registros históricos con referencia a la pobreza, esta se liga con delincuencia, suciedad, personas antisociales e indignas. Esto se ha hecho permear por las clases en mejor situación económica hacia quienes viven en la pobreza, ya sea de forma consiente para dañar la autoestima de quienes viven en la pobreza o bien de forma inconsciente por que es lo que se ha aprendido a través de generaciones.

Aterrizando en un escenario netamente nacional, en México hemos de trabajar como sociedad en una forma ordenada para ir avanzando paulatinamente contra la pobreza.

Lo primero a lo que nos invito es a romper con todas las etiquetas y estereotipos mentales que nos han llegado de forma preconcebida al colectivo social que tenemos la fortuna de no vivir en la pobreza.

Entendamos que el ser pobre no es indigno, la dignidad no se deriva de la capacidad económica sino de la actuación en la vida.

Una vez que comencemos el rompimiento interno de estos estereotipos o etiquetas, comprendamos las necesidades inmediatas de quienes viven en la pobreza. Ayudemos y no en forma de caridad, sino en trabajo socialmente ordenado a superar esas necesidades.

Hemos de permear en los estratos más necesitados generando formas de trabajo que atiendan a la solución de sus necesidades y que puedan desarrollar de acuerdo a la zona en que viven, además de entender que en muchos de los casos habrá que dar capacitación. Provocando con ello un nuevo ciclo de movilidad social en México.

Tratemos de apoyarnos en los programas gubernamentales y a trabajar para que los fondos destinados a paliar la pobreza lleguen a las comunidades que más lo necesitan.

Se que no se logra de un día a otro pero es importante cambiar por medio de mensajes la mentalidad de lo hermoso y feliz que es vivir en la pobreza. Hagamos atractivo el salir de la pobreza a través del trabajo y del esfuerzo comunitario.

México nos reclama mucho por hacer, por nuestros compatriotas, por tener un país de esperanzas no en un vacío sino con la fuerza y capacidad de progresar, que las instituciones puedan trabajar por el bien de quienes más lo necesitan.

Defendamos las instituciones.

“Una injusticia hecha al individuo es una amenaza hecha a toda la sociedad”

Montesquieu

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