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Comparecencias y curiosidades virtuales

La semana pasada se realizaron dos comparecencias virtuales con integrantes del Senado de la República. Más allá de la relevancia informativa de dichas reuniones que dan cuenta -no sé si puntual, pero sí oficial-, del acontecer económico y de salubridad del país, quisiera destacar aspectos simples que se presentaron en esos encuentros que se abordaron con visiones encontradas.

En la comparecencia del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell -etiquetado como el «rock star sanitario» de la 4T-, se presentaron incidentes que evidenciaron las diferentes ópticas entre los legisladores afines al gobierno y los opositores.

Durante dos horas aproximadamente, el subsecretario repitió la narrativa que ha establecido el Gobierno Federal y que, cada día en los encuentros nocturnos, escuchamos con el mismo guión. El funcionario estaba obligado a presentar, con claridad y precisión, los pormenores de la crisis Sanitaria ocasionada por el Coronavirus y los cerca de 100 mil contagios que han causado ya el fallecimiento de alrededor de 10 mil pacientes, así como los pronósticos sobre las semanas que serían de mayor contagio y defunciones (se estimaba entre el 06 y 12 de mayo); o las protestas públicas del personal de salud ante la falta de insumos para su protección personal, entre otras cuestiones.

De alguna forma debía explicar la decisión de la autoridad para finalizar la jornada de la «Sana Distancia» y reiniciar actividades de forma gradual, cuando estamos en el momento en el que se incrementa el número de personas contagiadas. Caso único en el mundo.

En la reunión virtual, como era de esperarse, los senadores afines al gobierno defendieron la estrategia sanitaria y al portavoz, mientras que los opositores señalaron errores y desaciertos, con observaciones al escenario futuro, alarmante y obscuro, en términos de salud pública.

Escuché con atención la intervención de la senadora Alejandra Reynoso del PAN, para fijar la postura de su Grupo Parlamentario y cuestionar el desempeño de las autoridades sanitarias. Legítimo derecho, quizás aderezado con algunos adjetivos calificativos sobre los dichos y pronósticos a todas luces erróneos del Gobierno (que sí son significativos) pero que, me parece, ameritaban una respuesta oficial contundente para explicar las fallas, las diferencias entre cifras y fechas y aclarar las dudas. Es innegable que cualquier funcionario en una comparecencia debe contar con todo el conocimiento técnico del área a su encargo para despejar las interrogantes legislativas. Por eso se convocó al subsecretario, que es quien ha estado al frente de la crisis ocasionada por el Covid-19, y no al titular del ramo.

Lo cierto es que el subsecretario, fiel a la narrativa oficialista, retomó las líneas dictadas por el Ejecutivo, para justificar las deficiencias que existen en la actualidad en el sector salud; señaló culpables y buscó dar respuestas políticas y técnicas y, en un hecho recurrente de funcionarios de todas las administraciones, le recordó a la senadora panista que debía probar sus dichos con «la carga de la prueba«… ¿con los datos oficiales?, además de cuestionar la formación académica y el perfil de la Senadora, insólito para un grupo político que presume ser distinto y, ni cómo negarlo, tiene otros «datos oficiales«. La molestia del subsecretario quedará para la historia.

El segundo caso es lo relacionado a la comparecencia del Gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León Carrillo, para explicar el cálculo de una caída del 8.8% del Producto Interno Bruto que, por cierto, poco o nada le interesa al Presidente de México.

Por cuestiones de espacio, no me detendré en el análisis de la grave situación que se avecina, ni las difíciles circunstancias que vivirán millones de mexicanos que, ante ese escenario, se pronostica un incremento en más de 10 millones de personas en situación de pobreza, cifra que contrasta con los cálculos optimistas del inquilino de Palacio Nacional que, todavía hace unas semanas, anunciaba una crisis transitoria.

En algún momento de la reunión virtual con el funcionario, una senadora de Morena -sin percatarse de la apertura de la cámara de su dispositivo- decidió que era el momento oportuno para cambiarse de ropa, así que se levantó y comenzó a desvestirse. De este suceso, lo único que vale la pena destacar es la falta de respeto para el Gobernador del Banco de México y sus colegas legisladores, así como para la investidura de su cargo.

Lo cuestionable no es mostrar parte de su cuerpo sin ropa, sino la apatía de la legisladora para estar atenta a la exposición de la precaria situación económica nacional; para ella, lo importante era cambiarse, lo que dejó al denudo el poco interés del porvenir económico de los representantes del partido mayoritario en el congreso. Qué lamentable.

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