Desafortunadamente en México, la violencia sexual ha crecido desde el año 2017, a la fecha las estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) nos dicen que en el primer semestre de 2017, se denunciaron en todo el país 16,631 delitos sexuales, de los cuales 6,444 fueron de violación.
Estos datos los tenemos que ver de manera reservada, ya que no se está tomando en cuenta los casos que no se denuncian o no se registran ni mucho menos se investigan (la llamada cifra obscura), por ello de acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que retoma la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), tenemos una cifra aproximada del 94.1% de los delitos que no se denuncian.
Este tema ha generado inquietudes en la sociedad, es por ello que ahora el Senador de Morena, Alejandro Armenta Mier, está promoviendo una iniciativa que reforme el Código penal con la finalidad de sancionar con “Castración Química” a todos aquellos que cometan el delito de violación.
El Senador Armenta, en días pasados argumentó en una conferencia de prensa que México, ocupó en el año 2017, el primer lugar a nivel mundial en abuso sexual, violencia física y homicidio en menores, lo cual conlleva a la cifra de de 4.5 millones de mexicanos que han sido víctimas de ese delito.
Así mismo dijo que: “…es innegable que el grupo parlamentario de Morena está a favor del combate a los actos delictivos que atenten la vida e integridad de las mujeres y los niños, por lo que espera el aval de la bancada en esa iniciativa”.
Sabemos que esta propuesta genera mucha polémica, sobre todo con las organizaciones defensoras de los derechos humanos, sin embargo, a decir del Senador, la reforma busca sancionar severamente a los depredadores sexuales para disminuir estos delitos.
Para castigar este delito, el Código Penal para el Distrito Federal, señala en su artículo 174 que: “…Al que por medio de la violencia física o moral realice cópula con persona de cualquier sexo, se le impondrá prisión de seis a diecisiete años”.
Ahora bien, como la sanción que se impone por este delito no es suficiente para el Senador de Morena, entonces pretende que también se aplique la “Castración Química”, la cual debemos de explicar para entender un poco más el castigo que, sin duda, de ser impuesto por la ley, estaríamos regresando a los tiempos de la venganza pública y lo peor de todo es que no está comprobada su eficacia para terminar con el problema mental del individuo de hacerle daño a la mujer o a los infantes.
Por ello debemos de preguntar ¿Qué es la Castración Química? La respuesta que podemos dar es: “…un término utilizado para describir los medicamentos destinados a reducir la libido y a reducir la actividad sexual, por lo general, para impedir que los violadores, pederastas y otros delincuentes sexuales reincidan”.
En otras palabras, la Castración Química implica administrar medicamentos (a través de inyecciones o tabletas) para eliminar el interés sexual y hacer imposible para una persona realizar actos sexuales, sin embargo, después de que la persona deja de tomar el medicamento los efectos son reversibles y esto no terminaría con la comisión del delito.
Dicho lo anterior, estamos seguros de que esto no va a terminar con los delitos de violación y tampoco van a dejar de existir los violadores. Para el Presidente Andrés Manuel López Obrador, la “Castración Química”, no es una solución y señala que hay que atender las causas que originan el problema, por eso se debe de analizar con mucha cautela para después poderlo discutir con los legisladores.
Aseguró que es necesario que la sociedad cierre filas y que las víctimas de delitos denuncien para que las autoridades puedan actuar.
Por otro lado, el Senador Armenta, deberá enfrentar y tratar de convencer a los diversos organismos defensores de los derechos humanos nacionales e internacionales que se han pronunciado al respecto, por ejemplo Amnistía Internacional ha calificado a la “Castración Química forzada” como un «tratamiento inhumano».
Así mismo ha dicho que: «…Cualquier crimen debe ser castigado en una forma que se rija por la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Claramente, en caso de menores que sufren una violación, la opinión pública se inclina hacia sentencias más severas».
Además, esta organización reconoció en un comunicado emitido en marzo del año en curso que: «…A primera vista, la castración química forzada podría ser tomada como una decisión natural; sin embargo, es incompatible con los derechos humanos, que son la base de cualquier sociedad democrática civilizada».
Por lo tanto, la iniciativa de ley para la aplicación de la “Castración Química” carece de argumentos legales y humanitarios, de tal manera que ni con la mejor intención de terminar con este delito, el Senador no verá un final feliz con su intención de castigar a los violadores con mayor severidad que la pena de prisión a la que ya son sometidos por la Justicia.
Estamos conscientes de que se debe de atacar este grave problema para que ya no siga aumentando el número de víctimas, sino todo lo contrario, que sean cada vez menos, sin embargo, es necesario que se implementen otras acciones desde lo más alto del gobierno a través de estudios previos los cuales reflejen la problemática existente y ésta a su vez sea conocida por la sociedad, es decir, que se lleven a cabo mejores políticas públicas, toda vez que una política viable no debe violar los derechos constitucionales, estatutarios o de la ley común.
Así mismo, se deberá de tomar en cuenta una Política Criminológica, toda vez que en el estudio de la Criminología, la Política Criminal resulta una disciplina imprescindible para utilizar como alternativa de supresión o disminución de la delincuencia en nuestra sociedad, tomando siempre en cuenta a la Reacción Social como determinante para encontrar el método de rehabilitación de la persona que delinca.
La Política Criminológica hace referencia a las medidas alternativas de justicia que surgen a raíz de la evidente ineficacia del sistema penal al que actualmente estamos sujetos, justificando esta ineptitud en el extremo rigor de dicho sistema que no hace más que aumentar la tasa de reincidencia más que la de reinserción social, que vienen siendo su fin último.
Hagamos eco de este problema y tomemos acciones eficaces para combatir este delito que tanto daño causa a las mujeres y a los niños.