A últimas fechas hemos sido testigos de la caída del velo “transformador” que acompañaba a Andrés Manuel y que servía de telón y parapeto ante todos sus simpatizantes. Catorce meses han bastado para saber que no es suficiente decir y proponer, hay que realizar, llevarlo a acciones… y Obrador ha demostrado que del dicho al hecho hay un enorme trecho y ese trecho es lo que precisamente ahora le está dejando “maltrecho”.
Dicen que del plato a la boca…
En nuestro México lindo hay demasiado dichos que podríamos aplicar para referirnos y ejemplificar los catorce meses del actual Presidente, hemos optado por el arriba mencionado, y es que realmente a Obrador del plato a la boca se le cayó la sopa. Dicen que no hay mejor crítico del señor Presidente que él mismo, claro que hablamos del Andrés de antes, del que no estaba en la silla del águila, del que estaba en constante campaña, de aquel Andrés que criticaba a los gobiernos en turno por su incapacidad de gobernar, del Andrés que pregonaba una idea de justicia, del Andrés que pugnaba por ideales a los que cualquier mexicano aspiraría, de ese Andrés que ahora es pasado.
Mucho dijo hace unos ayeres, y mucho dice ahora, pero no necesitamos un Jefe de Estado hablador, de esos ya hemos tenido bastantes; y él prometía ser el cambio, prometía ser el poder transformador de México.
Sí, sí, sabemos que eso no se logra en un año, que requerirá más y qué hay que tener paciencia, sin embargo ¿cómo tener paciencia si México enfrenta una ola de violencia como ninguna en su historia moderna? ¿Cómo ser pacientes con las cifras de homicidios por los cielos? ¿Cómo señor Presidente?
Del dicho al hecho…
Quisiéramos recordarle al lector que hace un año el propio Andrés decía que en un año la diferencia se vería y que la violencia disminuiría notablemente… Quizás él tenga otros datos, pero caramba la cifra no ha disminuido, como lo mencionamos ¡ha aumentado! Incluso muchos de ustedes amables lectores recordaran que Andrés Manuel ha mencionado en demasiadas ocasiones que “no le quita el sueño ningún problema”, señor Presidente éste sí debería quitárselo, al menos con las cifras oficiales (no las de Usted).
Y es que Del primero de diciembre de 2018 al 30 de noviembre de 2019 fueron asesinadas 34.579 personas, según cifras oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) del gobierno de México; Esta cifra es superior a los 33.743 homicidios dolosos que se registraron en 2018 (el último año de la presidencia de Enrique Peña Nieto) y de los 27.213 asesinatos que ocurrieron en 2011, el año más sangriento de Felipe Calderón.
Y claro que en aquel tiempo Obrador criticaba con mano firme lo insuficientes, incapaces, inservibles (y demás adjetivos calificativos a la par) de aquellas administraciones, y claro su discurso era que sí hubieran votado por él… que sí hubiera ganado… que si él fuera el Presidente… pues señor ¡ahora lo es! ¿Y qué hemos visto? Desazón en la población, incluso en algunos que votaron por Usted.
Los recientes feminicidios son prueba fehaciente de que su estrategia NO ESTÁ FUNCIONANDO, no es la adecuada; ya basta de discursos señor Presidente, ya basta de “mañaneras”, ya no está Usted en campaña; ahorre ese tiempo y diseñe una estrategia para combatir y abatir la violencia en nuestro país, Usted es el responsable actual que debe conducir a México, nadie más, es Usted quien está sentado en la silla del águila, ya no es Fox, ya no es Calderón, no es Peña ¡ES USTED! Es hora de que diseñe con su gabinete lo que sea necesario para frenar la violencia, no sólo por las niñas y mujeres asesinadas sino por cada persona que pierde la vida, póngale el nombre que quiera, por cada persona que sufre desaparición forzada, por cada una de las personas que es víctima de cualquier tipo de violencia, porque si eso no le quita el sueño, no nos imaginamos que lo logrará.