La ciberseguridad es un campo en constante evolución, y mi reciente asistencia al Cybersecurity Summer BootCamp 2024 ha ampliado significativamente mi concepción sobre el tema. Uno de los aprendizajes más valiosos ha sido la importancia de la colaboración y la creación de confianza entre países y actores clave. En un mundo hiperconectado, la soberanía y la gobernanza mediante regulaciones y estrategias de ciberseguridad son fundamentales. Sin embargo, cuando las amenazas son inminentes y los desafíos superan las capacidades individuales, la cooperación regional e internacional se convierten en la piedra angular para enfrentar a los adversarios cibernéticos.
Aprendiendo de la experiencia
Durante el BootCamp, en el grupo de policy makers se presentó una analogía cómica sobre el rol de la beer/coffee diplomacy como una medida de confianza en el contexto de la ciberseguridad. Lo anterior, toda vez que es evidente que, compartir una bebida, ya sea una cerveza o un café, con actores de diversas regiones constituye una forma efectiva de diplomacia operativa. Este tipo de interacción informal facilita la construcción de relaciones genuinas y la creación de confianza, elementos esenciales para una colaboración efectiva en el ámbito de la ciberseguridad. Es importante distinguir entre la diplomacia formal o gubernamental, que se lleva a cabo a través de canales oficiales y tratados entre gobiernos, y la diplomacia operativa, que se centra en las interacciones informales y personales entre profesionales del sector. Si bien la colaboración formal y la inteligencia sobre amenazas suenan bien en teoría, la verdadera cooperación se construye compartiendo momentos y conociendo a las personas detrás de las instituciones. Las experiencias son humanas y, por ello, la necesidad de compartir momentos y experiencias es fundamental para construir relaciones sólidas y duraderas.
Participar en eventos como el Cybersecurity Summer BootCamp no solo nos brinda conocimientos técnicos y estratégicos, sino también la oportunidad de establecer conexiones humanas que son esenciales para la construcción de confianza y colaboración a largo plazo. La creación de vínculos personales y profesionales fortalece la resiliencia colectiva frente a las amenazas cibernéticas.
La ciberseguridad en un mundo hiperconectado
En un mundo tan interconectado, es imperativo que las naciones colaboren más allá de sus fronteras para protegerse contra las amenazas cibernéticas. La soberanía y la regulación nacional son elementos cruciales para asegurar un entorno digital seguro. Sin embargo, estas medidas pueden ser insuficientes cuando se enfrentan a ataques cibernéticos sofisticados y coordinados a nivel internacional. Es en estos momentos cuando la cooperación y la colaboración internacional se vuelven indispensables.
Un ejemplo claro de la importancia de la cooperación internacional es el caso de Costa Rica. En 2022, el país sufrió un devastador ataque de ransomware o secuestro de datos que paralizó su infraestructura crítica y servicios esenciales. La respuesta eficaz a esta crisis no habría sido posible sin la ayuda de múltiples países y organizaciones internacionales. La colaboración fue un factor clave para mitigar los efectos del ataque y adaptarse a las circunstancias de manera más efectiva. Ante esta situación, surge la pregunta: ¿qué pasaría si México enfrentara un ataque similar?
La situación en México
Actualmente, México carece de una estructura sólida en términos de regulaciones, estrategias y agencias de ciberseguridad. Aunque se han dado algunos pasos correctos pero indirectos, como ser miembros de la OEA y, por consecuencia, del CSIRT Américas, todavía queda mucho por hacer para establecer un marco de ciberseguridad robusto. En un escenario de ataque catastrófico, la cooperación regional sería esencial para mitigar los efectos y recuperar la estabilidad.
México puede fortalecer su ciberdiplomacia en ciberseguridad mediante la promoción activa de alianzas y colaboraciones internacionales para compartir información y mejores prácticas. Participar de manera destacada en foros y organizaciones internacionales, como la OEA y la UIT, permitirá a México influir en la formulación de políticas globales. Además, se debe impulsar el diálogo y la cooperación bilateral y multilateral con otros países para abordar conjuntamente las amenazas cibernéticas. La capacitación y desarrollo de talento especializado en diplomacia cibernética y la implementación de programas de intercambio también son esenciales para construir una red sólida de cooperación internacional en ciberseguridad.
Ciberdiplomacia: más allá de las fronteras
La ciberdiplomacia es un concepto emergente que destaca la importancia de la cooperación y la colaboración internacional en el ámbito de la ciberseguridad. No se trata solo de establecer regulaciones y políticas nacionales, sino de crear acuerdos y alianzas internacionales que permitan una respuesta coordinada a las amenazas cibernéticas.
La colectividad, la personificación de las relaciones y la creación de vínculos sólidos, alineando estrategias con otros países y compartiendo intereses comunes en las Américas, es un hito que México no debe olvidar en el nuevo sexenio presidencial. La ciberseguridad y la ciberdiplomacia deben converger para enfrentar los desafíos de este mundo hiperconectado.
La ciberdiplomacia implica la creación de canales de comunicación abiertos y confiables entre países, facilitando el intercambio de información y la cooperación en tiempo real. Esta colaboración internacional no solo mejora la capacidad de respuesta ante incidentes cibernéticos, sino que también fortalece la resiliencia general de cada nación. Además, permite el desarrollo de capacidades conjuntas y el aprovechamiento de recursos y conocimientos compartidos.
La región de Iberoamérica y el Caribe: un ejemplo de cooperación
El Cybersecurity Summer BootCamp es un claro ejemplo de cómo la cooperación regional puede ser efectiva. Este evento, organizado por el INCIBE, la OEA y el Gobierno de España, con la colaboración de los Gobiernos de Canadá, Estados Unidos de América, el Ayuntamiento de León y la Universidad de León, ha reunido a profesionales de ciberseguridad de toda la región de Iberoamérica y el Caribe. La creación de estos lazos personales y profesionales es fundamental para construir una red de apoyo mutuo y colaboración en el ámbito de la ciberseguridad.
El BootCamp ha demostrado que la cooperación regional puede superar barreras y desafíos, permitiendo a los países participantes compartir conocimientos, experiencias y mejores prácticas. Este tipo de iniciativas son cruciales para fortalecer la ciber-resiliencia de la región y enfrentar de manera conjunta a los cibercriminales, quienes están cada vez más organizados y cuentan con mayores recursos.
Mirando hacia el futuro
En conclusión, México debe mirar más allá de sus fronteras y reconocer la importancia de la ciberdiplomacia en su estrategia de ciberseguridad. Si bien el debate interno sobre regulaciones, estrategias y agencias es fundamental, no debemos olvidar la relevancia de la cooperación regional e internacional. La creación de acuerdos, la personificación de las relaciones y la colaboración estrecha con otros países son elementos clave para fortalecer la ciberseguridad en un mundo cada vez más interconectado.
Quiero agradecer a los organizadores del BootCamp; sus esfuerzos en la realización de este noveno BootCamp han sido fundamentales para que las personas de la región de Iberoamérica y el Caribe se conozcan, compartan experiencias y conocimientos, y creen un verdadero músculo regional para enfrentar a los verdaderos adversarios y cibercriminales, que están bien organizados y cuentan con grandes recursos. Este evento es un claro ejemplo de cómo la ciberseguridad puede transformarse en ciber-resiliencia a través de la ciberdiplomacia.
La soberanía es importante, pero la cooperación regional es la principal herramienta para la ciberseguridad en este mundo tan hiperconectado. Al final, siempre los buenos ganan, pero deben estar organizados. La clave del éxito en la lucha contra las amenazas cibernéticas radica en la unión y la colaboración entre naciones, construyendo un frente común que sea capaz de enfrentar cualquier desafío.