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Se agrava la crisis en los Centros Penitenciarios Federales

Como recordarán, el 18 de febrero del 2019, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, anunció el cierre de la prisión de las Islas Marías, por lo que el Titular del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social, Francisco Garduño Yáñez, llevó a cabo los trámites administrativos y operativos para cumplir con su instrucción.

Con la desaparición de los CEFERESOS (Centros Federales de Reinserción Social) Aserradero, Balleto, Bugambilias, Laguna del Toro, Morelos y Rehilete que operaban en la isla, los internos fueron trasladados a otras cárceles, tanto federales como estatales, lo cual ha generado una presión más grande para el personal directivo, administrativo, de seguridad y custodia, en virtud de que se ha recortado presupuesto, prestaciones, recursos materiales y humanos para poder atender la operación diaria de los 18 centros que aún siguen funcionando.

Durante este proceso de cambios en los centros federales, el 10 de mayo del año en curso, sujetos armados dispararon contra el autobús del Centro Federal de Reinserción Social Femenil número 16, en las inmediaciones del municipio Puente de Ixtla, Morelos, mataron a cuatro personas y lesionaron a otras tres, mientras que en otros centros aparecieron mantas con amenazas a los empleados federales.

Es de todos sabido que el sistema penitenciario ha estado en crisis durante diferentes etapas, pero la que hoy se tiene es la peor de todas, ya que el pasado 14 de junio del presente año, el Presidente nombró a Francisco Garduño como nuevo titular del Instituto Nacional de Migración (INM) y el Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social, hasta el día de hoy no cuenta con un titular que atienda las múltiples e importantes actividades del mismo.

Recordemos que las prisiones federales son como una olla express (olla de presión), que en cualquier momento puede explotar, lo cual generaría graves problemas como fugas, motines, homicidios, lesionados, entre otros.

Es por ello que urge un verdadero penitenciarista que ayude a mitigar la problemática por la que está pasando el sistema penitenciario federal, en este momento recuerdo el excelente trabajo que se hizo en la época del segundo semestre 2013 y el primero del 2014, en donde la filosofía era el humanismo penitenciario, un programa efectivo para lograr la Reinserción Social del sentenciado, siempre apegado a la normatividad nacional e internacional en materia de derechos humanos.

Sr. Presidente López Obrador, con todo respeto me permito decirle que en sus manos está darle un giro importante al sistema penitenciario federal, nombrando a un experto y no a un aprendiz, hoy en día se requiere la existencia de un grupo multidisciplinario de expertos en la materia para llevar a cabo una planificación y estructuración de las bases de una reforma penitenciaria fundada en principios técnicos y científicos acorde a una adecuada política criminal.

Así mismo, se necesitan servidores públicos honestos y trabajadores para impulsar el Servicio Civil de Carrera Penitenciara que tanta falta hace para que todos los que aspiren a ocupar un cargo en el sistema penitenciario cuenten con una verdadera vocación de servicio y cumplan con los mínimos requisitos que cubran el perfil de cada puesto, ya sea directivo, técnico, administrativo, de seguridad y custodia, para que logren que se cumpla con el fin de la pena, del Derecho Penitenciario y del artículo 18 Constitucional.

 

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