En la comunidad humana del planeta llamado la tierra, ha existido siempre la actitud generosa de compartir la casa y la comida como expresión de un sentimiento autentico nacido del corazón. La época actual de la paz y el amor de la navidad abre los poros de esta efervescencia de dar, y demostrar el cariño mediante un regalo.
Estudios recientes de la Universidad de Australia Occidental (UWA) –según información de internet- descubrió y documentó un delfín ofreciendo obsequios recogidos en el fondo del mar, una esponja, para granjearse un acercamiento amoroso con la hembra.
El intercambio de presentes en las empresas se da con frecuencia, donde inclusive se estipula montos de acuerdo al momento económico de los participantes.
¿SOBORNO O REGALOS “DES-INTERESADOS”?
Entre los mexicanos el espíritu solidario ha permeado siempre, cimentándose más después de la conquista al decir de Octavio Paz en su libro: “El laberinto de la soledad”, movidas las emociones damos todo, aunque implique ofrecer lo que no se tiene; sin embargo, siempre en el fondo lleva una intención de alcanzar un beneficio en algún otro momento.
En la época de Álvaro Obregón –caudillo revolucionario- eran muy comentadas sus ocurrencias cuando dijo que él iba a ser el presidente más honesto de México porque solo robaría con un brazo, (había quedado manco en la batalla de Celaya); o cuando sin dudarlo conociendo a su gente aseveró: “nadie aguanta un cañonazo de 50 mil”. (Refiriéndose a la corrupción).
UN RETO PARA EL COMPLIANCE OFFICER
Los regalos generan vínculos emocionales positivos, y aunque no se perfilen como sobornos evidentes, siempre llevarán una intencionalidad desde el placer personal de dar, hasta la búsqueda evidente de un beneficio, léase “Casa Blanca”, “Odebrecht” etc.
Será pues tarea del oficial de cumplimiento basado en la norma ISO 37001 sobre sistemas de gestión antisoborno, que debe aquilatar con objetividad y madurez, tanto la cuantía, la transparencia, el destinatario y el momento de la entrega del obsequio.
El soborno mediatiza en forma disfuncionales las relaciones laborales invocando con creces la corrupción.
La función de COMPLIANCE no debe supeditarse a la negación de los obsequios en forma irreflexiva, sin documentar y vigilar que se ajusten a usos sociales en el contexto de una gestión empresarial responsable. Es evidente que no es una tarea fácil, porque jamás la filosofía de COMPLIANCE se ha perfilado en alejar la cercanía afectuosa de los seres humanos.