Introducción
En un entorno corporativo cada vez más dinámico y exigente, el rol del gerente legal ha dejado de ser exclusivamente técnico para convertirse en un agente estratégico de cambio. Este artículo explora cómo el Legal Project Management (LPM) se ha convertido en una herramienta esencial para transformar la función jurídica, permitiendo a los equipos legales operar con mayor eficiencia, claridad y resiliencia.
A través de una narrativa basada en experiencias reales, se analiza el impacto de la falta de estructura en la gestión de proyectos legales, y cómo la adopción de metodologías como LPM puede marcar la diferencia entre la improvisación constante y la entrega de soluciones sostenibles. El texto ofrece reflexiones prácticas, beneficios concretos y un marco de trabajo que invita a los profesionales del derecho a evolucionar junto al negocio, sin perder el enfoque humano ni la capacidad de adaptación y lo más importante, aprender a trabajar con la incertidumbre.
El contexto que conocemos… y que desgasta
Miércoles, 3:00 p.m. La región solicita una matriz de riesgos judiciales para una rep letter. Pero esta vez, el formato y los criterios cambiaron. Tu Excel, con columnas tradicionales, ya no sirve. Y tú jefe recibió el correo con esta solicitud hace 15 días… y se le olvidó avisarte.
El equipo se paraliza. Reina el pánico. Es cierre de mes y los equipos de finanzas y control no están disponibles. Compilas lo que puedes, haces supuestos, y haciendo uso de uno de tus skills como experto en disclaimers, envías el archivo como puedes e incluyes una nota con el siguiente texto: “Los datos no son definitivos; se ajustarán en el siguiente corte”.
Odias la situación, no te gusta entregar reportes con los que no te sientes cómodos, pero con el corto tiempo no te quedo de otra. Al día siguiente decides tomar acción: necesitas herramientas de gestión, automatización y eficiencia. Hablas con colegas, recibes sugerencias y agendas reuniones con proveedores; aunque hay soluciones, luego notas que te falta conocimiento técnico para elegir la herramienta. Integras al equipo de IT, quienes agradecen tu iniciativa, pero te advierten que trabajar con proveedores de tecnología requiere filtros de confidencialidad y aprobación global.
La idea se rego entre tus colegas de otros países, quienes también requieren estas herramientas, el proyecto se expande. Se necesita un business case, más presupuesto, y muchas aprobaciones. Pasa un trimestre sin avances. El negocio, además, no está en sus mejores días y anuncian recortes de presupuesto.
Han pasado siete meses. Nada avanza. Se restructura el equipo. El equipo se queda sin una persona clave. Aumentan las visitas gubernamentales. Te dedicas a lo operativo, y lo estratégico queda “para cuando haya tiempo”, has cancelado varias veces las reuniones con los proveedores. Ese tiempo no llega. El ciclo se repite. El equipo se agota. El burnout se instala.
Un día asistes a un foro de abogados y escuchas mil avances de otros equipos legales en temas de innovación legal… te preguntas: ¿cómo implementar todo esto sin morir en el intento?
Descubriendo Legal Project Management
Noté que cuando participaba en proyectos grandes de la compañía donde había un Project Manager que conectaba puntos, hacía seguimiento, y aseguraba la entrega. Al principio parecía invasivo, pero con el tiempo, los resultados eran evidentes. Los proyectos terminaban a tiempo. Y eran exitosos. Podías notar la diferencia cuando no existía un Project Manager a cargo.
Con el tiempo empecé a entender la dinámica, me involucre y estudie Legal Project Management (LPM). Descubrí que no es algo lejano o complejo. Muchas tareas ya las hacemos intuitivamente: definir el objetivo, planificar la estrategia, entregar el resultado, cerrar el proyecto, solo que no seguimos la metodología, solo lo aplicamos.
El impacto está en la metodología y la disciplina para implementarla. Es la diferencia entre apagar incendios… y entregar soluciones sostenibles.
Lo interesante del cambio de foco sobre este tema es, que cualquier cosa podría ser un proyecto trabajado bajo esta metodología, me explico mejor, el ejemplo del inicio del articulo hablaba de un proyecto de innovación, pero por ejemplo, podríamos aplicar las mismas herramientas a un juicio o un procedimiento administrativo, separándolo en pequeñas tareas y obligaciones.
¿Entonces, para que sirve el LPM?:
EL LPM hoy en día se considera como una de las 12 áreas del Corporate Legal Operation Consortion (CLOC), que define el marco que rige el Legal Ops, que son el conjunto de herramientas y procesos sugeridos para que los equipos legales funcionen de manera más eficiente apoyándose en innovaciones tecnológicas, entonces el LPM sirve para:
- Identificar y satisfacer necesidades de clientes
- Identificar y reducir costos, y en consecuencia aumentar rentabilidad
- Control detallado sobre los casos, en cualquiera de sus etapas
- Reducir los riesgos a través de la identificación temprana de los mismos
- Saber gestionar el cambio en un entorno de incertidumbre
- Asignar los recursos humanos correctos para el proyecto
- No tener recursos ociosos o sobrecargados
- Aprender a identificar stakeholders, creando un entorno eficaz de relaciones.
Entonces, bajo esta metodología ¿Como gestionamos un proyecto legal? El Instituto Internacional de Legal Project Management[1], ha definido un marco de trabajo de 4 fases:

Aprender a avanzar en incertidumbre
Como abogados, buscamos certeza. La incertidumbre nos incomoda. Fuimos diseñados en la escuela clásica, a que todo debe tener evidencia. Pero los proyectos viven ahí. LPM nos enseña a navegar esa niebla con estructura, flexibilidad y estrategia.
El nuevo perfil del gerente legal se construye con:
- Habilidades de comunicación
- Competencias de gestión
- Inteligencia interpersonal
- Y por supuesto la planificación de riesgos
Reflexiones transformadoras
- El rol del gerente legal ha cambiado. Hoy, las habilidades de gestión de proyectos son esenciales, no complementarias.
- Los proyectos de automatización no son secundarios. Deben tratarse como objetivos estratégicos, con recursos y prioridad real.
- Aliados clave son vitales. Hacer “marketing interno” del proyecto, comunicar sus beneficios y usar tus habilidades de negociación, también aplica para impulsar los intereses del equipo jurídico.
- Crear cultura de cambio es un proyecto en sí. Ser insistente, coherente y ejemplar. El equipo legal debe ser influencer de la innovación.
Arriesgar, decidir, desarrollar nuevas capacidades. El cambio no espera. El Legal Project Management no es una moda: es la respuesta para que el rol legal evolucione con el negocio.
[1] https://www.iilpm.com/