La normativa es esencial en las ciudades y más en las denominadas “inteligentes”. Desde las de señalética, a las digitales, de privacidad, de calidad, de accesibilidad, de infraestructura y sobre todo las de gestión.
Como se ha expresado por la ISO “Las normas hacen que las ciudades sean más inteligentes”. Con este objetivo, las normas se han ido convirtiendo en un instrumento eficaz para el logro de la calidad, la seguridad y la protección del ambiente y la convivencia, entre otras.
¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS DE LAS NORMAS?
Para los consumidores
La normalización aporta a los consumidores confianza en la calidad y en el desempeño de los distintos productos y servicios que consumen. Si dichos productos y servicios se encuentran regulados por las normas, esto supone un respaldo de calidad y seguridad.
Para las empresas
La normalización garantiza que las operaciones empresariales son lo más eficientes posibles, incrementando la productividad y colaborando en el acceso a nuevos mercados.
Para los gobiernos
Las normas suponen un favor clave para las entidades públicas en el desarrollo de sus políticas. Ofrecen un respaldo para sus políticas a través de las opiniones de expertos sin ser necesario solicitar los servicios de manera directa.
Para las ciudades
Las NORMAS PARA CIUDADES INTELIGENTES son la UNE 178501 que indica los requisitos para desarrollar un sistema de gestión de los destinos turísticos inteligentes, la 178202 que establece los indicadores de gestión en base a cuadros de mando, la UNE 178101-3 que define las métricas aplicables a las redes de transporte de las ciudades, la 178107-6 IN, guía para los sistemas de comunicación por radioenlaces entre varios puntos de una ciudad y la 178201 que establece la definición, atributos y requisitos para poder considerar una ciudad inteligente.
Fuente: AENOR. 2019.
¿Es posible la estandarización para ciudades inteligentes?
Como se ha explicitado, AENOR cuenta con 20 normas técnicas publicadas y se está trabajando con los organismos Internacionales de Normalización (ISO, IEC, ITU), para establecer un sistema de clasificación que facilite herramientas de estandarización válidas para todo tipo de ciudades del mundo, con sus propias particularidades y aplicable en tiempos distintos.
Son tres sistemas:
- Estructuras, que engloban el territorio, las infraestructuras y el entorno.
- Sociedad, que incluye a las personas, sus organizaciones y sus relaciones y a los gobiernos.
- Interacciones que la sociedad lleva a cabo con las estructuras y que pueden medirse como flujos de información.
¿Es necesaria entonces la incorporación de normativas en ciudades inteligentes?
Las ciudades tienen inteligencia tecnológica y no tecnológica, la normativa es clave en la no tecnológica. Existe una percepción errada que las ciudades inteligentes son un “campamento tecnológico”, sin embargo a la hora de la implementación, la parte no tecnológica es mucho más relevante.
¿Tequila qué está haciendo en este sentido?
Existen dos formas de ver el tema, uno más abstracto como “ciudad inteligente” y otro más funcional como gestión inteligente de las ciudades. Tequila ha optado más por la segunda que por la primera, por lo cual la normativa se convierte en una herramienta clave para la gestión. Tequila ha avanzado en este tema certificando con la Secretaría de Turismo de España SEGITTUR como Destino Turístico Inteligente.