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Hacer Justicia Restaurativa a los Pueblos Indígenas para que se les Permita Ejercer su Medicina Tradicional

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Entrevista con Natalia Rebollo por Janet Huerta y Susana Bigler

JANET HUERTA (JH): ¿CUÁL ES LA IMPORTANCIA DE LAS MEDICINAS TERAPÉUTICAS TRADICIONALES EN LA ACTUALIDAD?

NATALIA REBOLLO (NR): La importancia de estas tecnologías ancestrales, las llamo tecnologías porque acarrean consigo mismo sistemas de salud o sistemas tradicionales de entender la vida, es que vemos que hay una crisis de salud que si bien no es exclusiva de este momento, se ha detonado en esta época. También hay una crisis en la biomedicina, en la psicofarmacología, en donde no hay nuevos componentes para la salud mental, estas tecnologías vienen a reparar todo lo que la biomedicina no ha podido facilitar para personas que no encuentran solución a un tema de salud mental o de salud biopsicoemocional, como la reconocen los pueblos indígenas, ya que la salud va más allá de algo mental o físico.

Por otra parte, todas estas sustancias son de uso ancestral, en México traen la memoria antigua de los pueblos que nos dieron origen como nación, que también pasaron por un proceso de colonización, en la cual en tiempos de la Santa Inquisición había leyes específicas para prohibir su uso y satanizarlas como una parte de la colonización espiritual de la iglesia en nuestro país.

“Es importante regular las medicinas terapéuticas por la justicia restaurativa de por fin dar reconocimiento a los pueblos originarios que han utilizado estas sustancias por milenios, y por los derechos de las personas usuarias a obtener los beneficios terapéuticos que arrojan estos modelos de salud.”

Este tema es importante por 2 razones, la primera por la justicia restaurativa de por fin dar reconocimiento a los pueblos originarios que han utilizado estas sustancias por milenios, pero que se han visto impedidos a usarlas dados los contextos legales desde hace 400 años. Por otra parte, están los derechos de las personas usuarias a obtener los beneficios terapéuticos que arrojan estos modelos de salud.

JH: ¿PODRÍAMOS DECIR ENTONCES QUE ESTAMOS FRENTE A UN TEMA DE DERECHOS HUMANOS?

NR: No sólo de derechos humanos, sino que también se vincula con los derechos de la naturaleza porque cada una de estas sustancias son resguardadas por ecosistemas que también han estado en riesgo como el desierto de Wirikuta en el caso del Peyote, la Sierra Mazateca en el caso de los hongos, la Selva Amazónica en el caso de la Ayahuasca, etc. Impacta directamente a los territorios porque no se han bioconservado como esos ecosistemas que son necesarios para la existencia de estos saberes.

SUSANA BIGLER (SB): ¿EN QUÉ MOMENTO DE LA HISTORIA FUERON CONSIDERADAS DROGAS ESTAS SUSTANCIAS?

NR: La primera prohibición fue en 1620 con la Santa Inquisición, donde hubo juicios contra las personas de los pueblos originarios que utilizaban estas plantas. Luego el prohibicionismo se camuflajeó en diferentes leyes. Sin embargo, en el sexenio de Lázaro Cárdenas se legalizaron todas las drogas y por un periodo corto todas las sustancias fueron legales. Lo que nos habla de que se dio una transición de una situación muy prohibitiva a una no prohibitiva porque el general Cárdenas tenía la idea de que se debía tener cerca a los adictos. El gobierno mismo facilitaba el opio, tomando en consideración su pureza y calidad en lo que hoy llaman reducción de riesgos.

Después hubo una gran presión por parte de Estados Unidos para reprimir estas políticas, por lo que se volvió al prohibicionismo. Luego surgió la Convención Única de Estupefacientes de las Organización de las Naciones Unidas en 1961 en la cual se prohíben básicamente 3 plantas:

  • Opio: porque había un problema con China y las colonias británicas.
  • Cannabis: se prohibió sin ninguna evidencia científica, como ya ha sido reconocido por las Naciones Unidas. Ahí nos damos cuenta que nunca se utilizó la evidencia científica como tampoco se hizo primero investigación para saber si era riesgosa para la salud.
  • Hoja de coca: porque se consideraba que degeneraba la raza, incitaba los malos olores y al vagabundismo bajo una perspectiva completamente colonial.

En 1971 se organizó otra convención, después del movimiento del 1968, un momento histórico importante en la historia de la contracultura. Se convocó a una asamblea para redactar un nuevo tratado con el fin de reprimir los movimientos estudiantiles que hacían uso de estas sustancias llamadas psicodélicas. Así surge esta Convención en donde, no se prohíben sustancias vegetales, pero se incluye la demeltiltriptamina (DMT), un componente que está en plantas como la ayahuasca, pasto, cítricos, etc. Además, es una sustancia endógena que producimos cuando nos bañamos, cuando morimos o damos a luz. Se prohibieron sustancias sintéticas como el LSD, DMT, MDMA, mezcalina y psilocibina.

México firmó la Convención de 1971 e incluyó en su legislación todas estas sustancias, además de los hongos que contienen psilocibina y el peyote que contiene mezcalina. Sin embargo, se incluyó una excepción para los pueblos indígenas en la que se establece que no habrá acción penal hacia los pueblos indígenas que utilicen hongos o peyote en un contexto ritual ceremonial.

JH: ¿POR QUÉ DEBE DE CAMBIAR LA SITUACIÓN REGULATORIA DE ESTAS SUSTANCIAS?

NR: Alrededor del mundo la medicina ya está investigando la psilocibina como un componente que puede traer nuevas soluciones para la salud mental, depresión, síndrome de estrés postraumático, ansiedad, etc. Diversos ensayos clínicos se están llevando a cabo sobre todo en EEUU, en donde va en la fase 2 de 3 para ser reconocida como medicamento, pero sólo el componente sintético.

México tiene en su territorio la sierra oaxaqueña y la chiapaneca que albergan una variedad gigantesca de hongos, además de pueblos que los han utilizado como los mazatecos, chinantecos, mayas y muchos otros. Estas poblaciones han perdido el uso de los hongos dada la prohibición y colonización, y en este momento en donde la psilocibina está a punto de ser un medicamento, nuestro país sigue muy atrasado en no reconocer no sólo los potenciales terapéuticos de la psilocibina, sino de los hongos como entidades mucho más complejas y de los cuales los pueblos originarios han aprendido lo que se llama polifarmacología, que puede tener diversos beneficios terapéuticos. A diferencia de la psilocibina, los hongos tienen otros componentes que hace que interactúen de manera mucho más rica, que ofrecen otra alternativa más allá de un solo componente que está siendo investigado.

Es una oportunidad única e histórica para impulsar la investigación intercultural que es lo que hemos estando tejiendo la sociedad civil con las autoridades, para que realmente pueda haber una investigación por parte de la biomedicina y por parte de la medicina intercultural para generar nuevas epistemologías en la ciencia y que se pueda atender a los pacientes con ambos sistemas de salud.

“En un mundo en el que la psilocibina, una sustancia que ha sido prohibida durante muchos años, está a punto de ser considerada un medicamento, México debería tomar una postura guardiana de estos conocimientos.”

En un mundo en el que la psilocibina, una sustancia que ha sido prohibida durante muchos años, está a punto de ser considerada un medicamento, México debería tomar una postura guardiana de estos conocimientos. 

JH: ¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE DROGA Y MEDICINA ANCESTRAL?

NR: Esta confusión es normal porque vivimos en un sistema prohibitivo que ha venido parchando las cosas y cuando no ha podido prohibir, genera narrativas y términos confusos. Droga es una palabra de origen anglosajón que se define como un medicamento, pero en español normalmente es una sustancia que causa adicción, tiene nulos efectos terapéuticos y de ahí parten las políticas contra las drogas clásicas como alcohol, cocaína o fentanilo, que también es un medicamento.

Después tenemos el término de enteógenos o sustancias que producen efectos visionarios. La ciencia no quiere utilizar este término porque su significado es conectar con una divinidad. La ciencia no lo utiliza, pero hay personas que sugieren que ese es el mejor término.

Luego tenemos el término alucinógeno que se utiliza mucho en la legislación mexicana, los hongos están prohibidos, pero dice hongos alucinantes en todas sus variedades, pero el término alucinación es problemático porque sugiere que puede producir una patología. Sin embargo, en las cosmovisiones indígenas, lo que la ciencia denomina alucinación es una visión que, de hecho, es deseada para un proceso de sanación. Sin embargo, tiene una connotación negativa en la ley que puede dar pie a mucha arbitrariedad.

Muchos utilizan sustancias psicoactivas, lo que significa que activa la psique. De esta manera muchas sustancias pueden ser psicoactivas, sin que realmente sepamos de qué estamos hablando.

Después tenemos los psicodélicos que engloban todas las sustancias visionarias enteógenas que conectan con la tierra, de uso ancestral, con propiedades terapéuticas, etc. Sin embargo, los pueblos indígenas jamás considerarían sus plantas un psicodélicas. Este término es atractivo, ya que proviene del griego y quiere decir viajar a través del alma.

Es muy difícil saber qué término utilizar cuando hablamos de estas sustancias porque ni siquiera hay un consenso. A mí me gusta que ni siquiera podamos nombrarlas. A veces está bien no ponerle nombre a todo porque es cierto que cada planta, sustancia, entidad o tecnología funciona muy distinto en el sistema nervioso central. Entonces no debemos encontrar un nombre común, sino reconocerlas como que cada una es diferente en su farmacología y en las maneras en las que se utiliza por los pueblos que las resguardan.

Ante la falta de nuevos componentes para la salud mental, es lo más cercano que se tiene sin los efectos secundarios, lo cual es impresionante. Para ser medicamento, la psilocibina tiene que pasar por ensayos clínicos y por legislación de la FDA (Federal Drug Administration en EE. UU.). En Europa, muchas de estas investigaciones están financiadas por farmacéuticas que tienen interés en los psicodélicos para que sean reconocidos como medicamentos y medicalizar la sustancia. Ese sistema puede funcionar para mucha gente, por ejemplo, para los psiquiatras, ya que en el paradigma de salud bajo el que trabajan, necesitan saber el gramaje exacto de psilocibina que le deben dar al paciente. Sin embargo, en el contexto indígena ni siquiera saben qué gramaje de psilocibina hay en un hongo. Además de que hay una interacción de los otros componentes que entran en juego y por eso es que ese conocimiento ancestral es tan importante, porque no cualquiera puede facilitar estas experiencias.

El objetivo es sacar a los hongos de la parte más gris de la ley para que, en primer lugar, se haga justicia restaurativa con los pueblos indígenas, que se les permita ejercer la medicina tradicional y pueda haber personas entrenadas para que apliquen ese tipo de terapias con el hongo entero, y no nada más con la psilocibina en un contexto clínico. La idea es revivir el sistema de conocimiento ancestral de cómo se entiende y se trata la salud. Es una parte que debe aprender la medicina.

JH: ¿EN QUÉ CONTEXTO SE PRESENTA ESTA INICIATIVA DE LEY?

NR: El Foro Intercultural de Medicina Enteógena, organizado el pasado mes de enero en el Senado de la República, surgió como una respuesta de los pueblos indígenas ya que el año pasado arrestaron a 8 personas por traer ayahuasca a México y esta es la primera vez en la historia que ocurre. Cuatro de estas personas eran indígenas y se puede considerar esto como un acto colonizador, es como volver a 1620 porque además hay que dejar claro que la ayahuasca no está en la Ley General de Salud, la ayahuasca contiene DMT, pero es la sintética la que está fiscalizada.

El Foro fue una respuesta compasiva y armoniosa a una violación grave a los derechos de los pueblos indígenas y a los de las personas que viajaron. Fue una respuesta a actos que ya exceden la guerra contra las drogas en donde metieron a prisión a personas aun cuando no está en la ley, a diferencia del hongo y del peyote. A los pueblos indígenas los acompañó en esta respuesta la sociedad civil, algunas senadoras y expertos en psiquiatría que presentaron su interés de hacer investigación con los hongos y la psilocibina, su interés por integrar los saberes ancestrales a la psiquiatría.

Fue un Foro destinado a la educación de las autoridades y la flecha para ver cómo estaba el ambiente de cara a una iniciativa de ley que pudiera reclasificar a los hongos y la psilocibina, porque ambos son los primeros en la lista de fiscalización de sustancias por lo que se consideran como sustancias que causan grave daño a la salud pública y su posesión, facilitación y tenencia puede traer de 8 a 25 años de prisión. Lo cual es absurdo porque los indígenas ni siquiera pueden facilitarla, la pueden poseer sin que haya acción penal, siendo estrictos con la ley. Tampoco hay margen para que México, con estas sustancias que están a punto de ser consideradas medicamento, tenga una vez más un rezago en su patrimonio.  

México es el país que tiene más flora y fauna psicoactiva en el mundo, conocemos solo algunas de ellas, hay muchas que se perdieron en la colonización. La idea de volver al prohibicionismo ha dejado efectos negativos en nuestro país. Claro que hay que tomar en cuenta que algunas personas están tomando hongos con un uso recreativo que puede generar daños a la salud sobre todo si se mezclan con otras sustencias como el alcohol.

En esta iniciativa, los hongos son única y exclusivamente para uso terapéutico, el uso recreativo sigue penado. Criminalizar el uso de cualquier sustancia es una visión que no comparto, los gobiernos tienen sus ritmos y creen que el prohibicionismo es la mejor forma de mantener el control de la salud, sin embargo, hemos visto que eso nunca ha sido así. El prohibicionismo jamás ha traído un uso responsable, al contrario, ha generado mercados ilícitos, no hay reducción de riesgos porque las personas no saben qué están consumiendo, no hay educación para que sepan lo que están consumiendo.

JH: ¿CUÁLES SON LOS PUNTOS PRINCIPALES DE ESTA INICIATIVA DE LEY?

NR: Hemos invertido año y medio de trabajo para construir un marco que sea lo más responsable posible sin caer en la sobrerregulación. Es de destacar que no es una iniciativa solo para los hongos, sino para la medicina tradicional porque faculta a la Subsecretaría de Medicina Tradicional de la Secretaría de Salud a hacer investigación intercultural con los pueblos indígenas, fomentar las clínicas interculturales que es algo que los pueblos indígenas han solicitado para tener libertad en el ejercicio de su medicina tradicional.

También se incluye el tema de reciprocidad porque hay distintos tratados internacionales que los consideran recursos genéticos de los cuales han sido guardianes los pueblos indígenas y cuando el mundo occidental conoce estos componentes, tiene que haber beneficios para la comunidad que la preservó. Es un ejercicio que se presentó en el caso de té de rooibos. Fue una comunidad indígena de Sudáfrica quien preservó esta planta como parte de su cosmovisión y ahora se consume en todo el mundo. Todas las compañías de té están obligadas a dar beneficios a estas comunidades no sólo en lo económico, sino con proyectos comunitarios, escuelas, revivir conocimientos ancestrales, que tengan agua potable, etc. Buscamos algo así porque hay muchas compañías que han presentado patentes para la psilocibina que se dio a conocer en el mundo por María Sabina, por lo tanto, el pueblo mazateco sería el benefactor de estos beneficios compartidos bajo el protocolo de Nagoya.

La iniciativa de ley hace énfasis en la importancia de la reciprocidad, es decir, no puede modificarse, no puede mercantilizarse y no puede volverse un componente farmacéutico con receta médica de una compañía farmacéutica. Se debe frenar la conducta extractivista que hemos padecido a lo largo de tantos años, por ejemplo, con la hoja de coca siendo cocaína, la caña de azúcar siendo azúcar, el cacao siendo chocolate e incluso el opio siendo heroína.

No queremos que el hongo sea convertido únicamente en psilocibina para que personas con una bata blanca puedan recetar, sino que se trata de una reforma de medicina tradicional que incluye la conservación de los sitios donde crecen estas sustancias y con la eventual mira para que sustancias que están todavía en la lista puedan formar parte de la nueva clasificación de enteógenos de origen natural que tendrá una regulación mucho más medioambiental y de reciprocidad. Sobre todo de darles a los pueblos indígenas cierta prioridad sobre el conocimiento.

“No queremos que el hongo sea convertido únicamente en psilocibina para que personas con una bata blanca puedan recetar, sino que se trata de una reforma de medicina tradicional que incluye la conservación de los sitios donde crecen estas sustancias.”

Otro aspecto importante de la inciativa es que le corresponderá a la Subsecretaría de Medicina Tradicional establecer los lineamientos de qué personas podrán facilitar los hongos, bajo qué entrenamientos o cursos. Se trata de que no solo los médicos con título universitario sean los autorizados ya que esto relegaría a los pueblos indígenas. Debe de haber facilitadores capacitados para compartir los hongos en un contexto terapéutico o ceremonial.

SB: ¿HASTA DÓNDE ESPERAN LLEGAR CON ESTA INICIATIVA EN EL CONTEXTO ACTUAL DE INFLUENCIA SOBRE TODO DE LOS ESTADOS UNIDOS?

NR: Sabemos que tendría que haber demasiada voluntad por parte de las autoridades para que se autorice esta iniciativa, especialmente frente a un año electoral. Pero ha sido increíble la recepción que ha tenido tanto por parte de la Secretaría de Salud como de los senadores. Es alentador que personal de la Secretaría de Salud no solo está a favor, sino que también están entrenados sobre el tema y les estimula realizar investigación. Debemos iniciar por la investigación intercultural con estas sustancias y con los pueblos indígenas, y poco a poco demostrar que estas sustancias, usadas en estos contextos son seguras, no causan adicción, no hay tolerancia.

JH: ¿CUÁL ES EL OBJETIVO DE LA RECLASIFICACIÓN DE LOS HONGOS Y LA SUSTANCIA DE LA PSILOCIBINA?

NR: Lo que se busca es reclasificar los hongos a enteógenos de origen natural y la psilocibina como sustancias que podrán facilitar profesionales de la salud.  Cuando en Estados Unidos un medicamento aprueba la fase 3 del ensayo clínico y se declara medicamento, la FDA y la Cofepris tienen un acuerdo en donde los medicamentos que son reconocidos en EE. UU. automáticamente son reconocidos en México. Lo que significa que aunque no reclasifiquemos la psilocibina sintética, cuando en EE. UU. sea medicamento, en México lo será automáticamente. No queremos llegar al absurdo en el que la psilocibina sea medicamento y los hongos sean sustancias que causan daño a la salud pública. Esto sería el colmo de las políticas de drogas en nuestro país.

Por esta razón estamos reclasificando la psilocibina a la lista 3 en donde están las sustancias que pueden facilitar los profesionales de la salud y los hongos a una nueva clasificación porque en ninguna de las listas preexistentes hay espacio para estas tecnologías. Por esta razón se propone crear una nueva categoría en la ley. La idea es que profesionales de la salud, y de la biomedicina, puedan recetar tratamientos con psilocibina, mientras que los pueblos originarios y las personas debidamente capacitadas también puedan manejar los hongos. Si no se hace de esta manera, la psilocibina será legal y los hongos ilegales.

Abogada, Coordinadora del Ayuahuasca Defense Fund de la Fundación ICEERS (International Center for Ethnobotanical Education, Research and Service), una organización dedicada a afrontar los desafíos que plantea la globalización de las medicinas tradicionales indígenas.

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