El mundo al día de hoy no sería entendible sin la presencia de redes sociales, que indiscutiblemente son una herramienta que facilita la comunicación entre las personas, así como para que tanto empresas como instituciones y organizaciones contacten e interactúen con sus grupos de interés.
Dentro de los usuarios de las redes sociales, hay quienes las usan para subir fotos y compartir con el mundo digital tus éxitos, logros o tristezas, hay quienes las utilizan como un medio para obtener ingresos extras e incluso poder vivir de las actividades que realizan utilizando las mismas, hay quienes son “observadores silenciosos” -que si bien no comparten mucho, casi nada o nada, se sirven de ellas para estar “conectados”- sin embargo, también hay quienes deciden darle a estas un uso distinto, sirviéndose de estas y haciendo uso de las mismas, para llevar a cabo conductas que ponen en peligro la seguridad de los demás usuarios y que pueden ser constitutivas de delito.
El delito de extorsión se ha convertido en uno de los más recurrentes en las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram), y se materializa cuando una persona obliga a otra a hacer, dar, dejar de hacer o tolerar algo, obteniendo un lucro económico y ocasionando un detrimento patrimonial a la persona obligada. La pena para el delito de extorsión en la Ciudad de México, va de 10 a 15 años de prisión, sin embargo, cuando el medio a través del cual se comete este delito son las redes sociales, las penas se incrementan de 15 a 22 años 6 meses de prisión.
Una de las formas más comunes para llevar a cabo la señalada conducta delictiva, consiste en un acercamiento por parte de una persona usuaria respecto de otra, que sin conocerse de forma previa entablan una relación de amistad en un inicio, para posteriormente sostener una relación más íntima y una vez generado este vínculo de confianza, se realiza una solicitud por parte de la persona que planea extorsionar, misma que consiste principalmente en el envío de fotografías o videos íntimos, ante dicha situación y una vez que tienen en su poder dichas imágenes o videos, comienza la extorsión, en donde se le hace saber a la víctima, que en caso de no entregar cierta cantidad de dinero, subirán a las redes dichas fotos e imágenes o bien que las mismas les sarán compartidas a su pareja, familiares, amigos o compañeros de trabajo.
Otra forma muy común de extorsión en redes sociales, consiste en entablar una simple plática con la persona usuaria desconocida, dicha plática puede o no tener una connotación sexual, pero una vez que se despiden de dicha plática, la victima es contactada por quien se ostenta como el “padrote”, el amigo, o como el “responsable” de la persona con la que se había entablado la mencionada conversación, haciéndole saber que dicha plática tenía un costo, que necesita pagar por ese servicio que se le presto y que en caso de no hacerlo, ira acompañado de un “grupo de amigos” a su casa o a la de su familia o a su trabajo a ocasionarle algún tipo de daño.
También es común el caso de que una persona usuaria, aparentemente de sexo femenino, se aproxima a otra persona usuaria, buscando entablar una amistad desinteresada, posteriormente ya que hay confianza entre las personas usuarias y después de tener cierta información respecto de sus personas, le hace saber que es transexual, y ante cualquier comentario (no necesariamente negativo) respecto de su orientación o identidad sexual, dicen que toda la comunidad LGBTIQ+ los respalda, que son parte de un grupo organizado y que en caso de no pagar cierta cantidad de dinero, estará en problemas por sus comentarios. (Estamos seguros que la comunidad LGBTIQ+ nada tiene que ver con esta forma de extorsión)
En cualquiera de las formas comentadas, es común que pretendan hacer creer a sus víctimas que son parte de un grupo organizado, que tienen los medios, la información y los recursos para hacer daño a la víctima y a sus familiares.
Contrario a lo que se podría pensar, en este delito a través del mencionado medio comisivo, las víctimas son tanto hombres como mujeres, que entusiasmados por aquella relación que inicia con una persona físicamente muy atractiva y que dicho sea de paso, en su gran mayoría no son la persona que se encuentra detrás de la cuenta de la red social, entregan información personal o imágenes o videos, mismos con los que posteriormente serán extorsionados.
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