Mucho se ha hablado acerca de la Reforma Laboral en estos días y vaya que es importante, se trata de una Reforma de un calado tan grande como no habíamos visto en el mundo del Derecho Laboral desde hace casi cincuenta años, sin embargo, el proceso legislativo que se encuentra actualmente en la cámara de diputados acerca de la emisión de la nueva Ley reglamentaria al artículo 123 constitucional versa en dos ejes principales: mudar la impartición de la Justicia Laboral del poder Ejecutivo al Poder Judicial y la genuina democratización de la actividad Sindical en nuestro país. Nada se ha dicho de la problemática taxativa que aqueja actualmente a patrones y trabajadores, somos uno de los países con menor captación de impuestos y es completamente comprensible, el trabajador por un lado esta sujeto a bajos sueldos y a condiciones que a su estimación debieran ser mejores, no obstante, cuando llega un patrón a ofrecerle un mejor salario real, pero que se le dará de alta con un salario inferior ante el IMSS, el 90% de los trabajadores acepta, por que su situación precaria lo obliga a tener más ingresos netos. Ahora bien.
¿Qué orilla al patrón a buscar este tipo de acuerdos?, pues, que al ser un sujeto cautivo de revisiones, auditorías, inspecciones, etc. el ente hacendario se concentra en captar de él y no en buscar mejores, mayores y más efectivos medios de recaudación, máxime que la mayoría de los mexicanos (y sobre todo los sujetos cautivos) no observamos una equidad entre lo aportado y los beneficios que infieren el pago de impuestos, por lo que resulta al patrón, más barato, cómodo, eficiente y deducible subcontratar al trabajador, en cualquiera que sea la modalidad (a través de un outsourcing o el mismo dividir los pagos a efecto de no reportarlos al fisco).
¿No sería entonces una mejor solución al problema, dar estímulos fiscales al patrón?, estímulos que suplan la necesidad de estas prácticas… Es el caso que la bancada del PRI emitió una propuesta de eliminar el ISR para el pago de aguinaldos y es justo al tipo de iniciativas al que me refiero, debieran los legisladores concentrarse en disminuir la carga taxativa al patrón, a efecto de que este vea un beneficio en dar mayores y mejores prestaciones a sus trabajadores y que estos a su vez, observen un beneficio económico en sus bolsillos y por ende en la calidad de vida de sus familias.
Es de llamar la atención, que poco se ha dicho acerca de la situación fiscal privilegiada en la que viven los Sindicatos en nuestro país, hasta ahora, siguen viviendo en un paraíso fiscal, en el que (al menos los pertenecientes al apartado A del artículo 123 constitucional) no han sido obligados a rendir cuentas acerca de sus estados financieros, no emiten facturas, vaya, no son un ente fiscal y es de considerar las cantidades monetarias que ingresan a sus cuentas, entre cuotas sindicales, apoyos previstos en el clausulado del Contrato Colectivo de Trabajo, cajas de ahorro de los trabajadores, etc.
Si bien la Reforma Laboral, habla de la nueva obligación de los Sindicatos de transparentarse acerca de sus agremiados, ni Laboral, ni fiscalmente se les ha tocado en el aspecto taxativo, ¿pudiera ser esta una válvula de escape?, ¿deberían poner también atención los legisladores en la situación fiscal en la que viven actualmente las organizaciones colectivas?
La dinámica fiscal se esta dejando de lado en esta Reforma Laboral y debería considerarse los beneficios que pudiera traer a los patrones, trabajadores y el Estado, los estímulos taxativos que pudieran generar una captación más equitativa, eficiente y justa a través de los ingresos por salarios y los egresos por nómina.