Inicié mi experiencia laboral, como muchos, aún siendo estudiante. Estaba en el segundo semestre cuando decidí (impulsado por mi padre) a trabajar en el despacho de abogados de unos familiares. Empecé sin un pago mensual pero con la promesa de aprender, realmente, como la ley funciona. Como todos los colegas bien saben la teoría y la práctica jurídica son cosas muy diferentes. Aprender el derecho y ejercerlo son dos mundos distintos.
Pensar que todo ese conocimiento, esa “expertise “ que, desde antaño es conocido, solamente se aprende en las calles, en los juzgados y en las dependencias estatales, hoy en día está disponible en internet y en su mayoría automatizable.
Han pasado 18 años desde aquel día en que inicié mi carrera profesional y la verdad es que desde hace algunos años me he estado preguntando si no existe una mejor manera de hacer las cosas.
Me topaba constante con situaciones como éstas:
No estar en mi oficina y no poder, por ejemplo, elaborar un documento (llámese contrato, demanda, reclamo, citatorio, oficio, acta, junta) por no contar con un papel físico que se encuentra entre algunos de mis documentos en mi escritorio. No empecemos a soñar con trabajar habitualmente desde un café o en mi casa o por el mundo pues es muy difícil hacer nuestro trabajo lejos de nuestros despachos, como seguramente nos habremos dado cuenta cada vez que tenemos que viajar.
También me pasaba frecuentemente que mis clientes me bombardeaban de mensajes y llamadas, ni hablar de los miles de e-mails que abarrotan mi bandeja de entrada y todos esperaban una respuesta inmediata, detallada y muchas veces gratis, absorbiendo gran parte del tiempo de mi vida.
Me pasaba que dependía mucho de mi computadora y que me era imposible trabajar con el teléfono celular o una tablet. Me dí cuenta de que las herramientas que usaba no eran las ideales, el word no se guardaba en la nube, no tenía flujos documentales asociados, esa información no se encriptaba, tenía que construir los documentos en base a plantillas o formatos repetidamente y siempre con mi computadora. De igual manera la agenda, el diseño de mis estrategias legales y la gestión y ejecución de mis proyectos, las acciones de seguimiento y asignación de tareas, todo, incluso la propia administración de mi bufete y la cobranza la realizamos en general con herramientas adaptadas a nuestras necesidades, nosotros los abogados nos hemos acostumbrado a utilizar herramientas creadas con otros fines para realizar nuestro trabajo, nunca hemos tenido herramientas especialmente diseñadas para el ejercicio de nuestra profesión.
Todo eso cambió el día en que me dije no mas. Ese año el trabajo me tuvo viajando por el mundo y al atender a un cliente no quería descuidar a los demás. Quería seguir manteniendo contacto cercano con mis clientes, como lo hacía por whatsapp pero ya no quería que todo mi trabajo estuviera en chats, el email para mi siempre ha sido un fracaso, es virtualmente imposible tener el inbox con todos los correos leídos. Quería que estas tareas me consumieran menos tiempo, quería ser más eficiente y poder trabajar desde cualquier lugar del mundo con clientes de cualquier lugar del mundo y no tener que tener una oficina. Fue ahí que se me ocurrió que una app podía cambiarme la vida.
Así que me día a la tarea de crear IN-SIDE. Creé una herramienta que reemplaza el word con un gestor documental en la nube, de tal manera que todos mis archivos estén seguros encriptados en la nube y poder acceder a ellos en cualquier momento con mi celular. Le adicioné un gestor de proyectos que me permite asignar tareas y dar seguimiento en el desarrollo de los procesos que implica el ejercicio de nuestra profesión. Le agregué un canal de comunicación tipo Slack para que podamos comunicarnos de forma más eficiente y reemplazar el uso del whatsapp, creamos un CRM especialmente diseñado para abogados que nos ayuda con información de mercado que es administrada por un ERP desarrollado específicamente para la gestión de despachos jurídicos, todo esto contenido dentro de una red social donde coexistir, compartir y comunicarnos con nuestros clientes y otros colegas y por supuesto que le agregué pasarelas de pago para que nuestros clientes puedan pagar nuestros honorarios en línea con cualquier tarjeta de crédito o débito.
De esta manera buscamos transformar el mundo del derecho, cambiando la manera en que los clientes encuentran abogados, poniendo a todos los abogados del mundo en una app, donde los servicios legales podrán ser comprados a precios más accesibles, de forma sencilla, rápida y divertida y mediante la cual se podrá dar seguimiento con total transparencia de todo el proceso, toda vez que para los abogados esta misma app es la herramienta que les permite crear y procesar sus documentos y gestionar y administrar sus procesos entregando así sus servicios profesionales de manera totalmente virtual. (Si quieres saber más visita www.in-side.net)
Lanzamos IN-SIDE al mercado hace poco más de 6 meses y ya cuenta con mas de 2500 abogados en 17 diferentes países. En lo personal lo he utilizado desde hace 2 años en sus primeras versiones. La experiencia, los resultados, los beneficios, son incalculables. He tenido más tiempo para mi familia, para mi, he podido experimentar una nueva sensación al trabajar de forma menos estresante, más libre, como si la tecnología le hubiera dado un refrescante y energizante baño a la abogacía… y mis clientes lo aman.
Me he dado cuenta de que el futuro es inminentemente digital, pero que no es nada fácil dar el salto a la transformación digital. Nos aferramos a lo físico por no salir de nuestra zona de confort sin darnos cuenta que el futuro es de quienes mejor puedan adaptarse a esta ola de transformación digital, globalización y virtualización de las cosas. Yo les invito a todos los colegas que quieran convertirse en Abogados Digitales a registrarse en IN-SIDE de forma gratuita y así formar parte de la evolución del derecho.