“Hay algo especial en los comienzos, una especie de magia que nos recuerda que siempre podemos volver a empezar. México, nuestra tierra querida, nos enseña esta lección desde hace siglos.”
El tiempo, ese viajero implacable que no se detiene por nada ni por nadie, nos ha traído hasta aquí, hasta el umbral del 2025.
Un año que se despliega ante nosotros como un lienzo en blanco, listo para ser pintado con los colores de nuestros sueños, esfuerzos y esperanzas. Es un momento de reflexión, de agradecimiento profundo y, sobre todo, de ilusión. Porque a pesar de los momentos difíciles, a pesar de las tormentas que hemos enfrentado, estamos aquí, de pie, con el corazón latiendo fuerte y los ojos puestos en el futuro.
Hay algo especial en los comienzos, una especie de magia que nos recuerda que siempre podemos volver a empezar. México, nuestra tierra querida, nos enseña esta lección desde hace siglos.
Somos herederos de culturas milenarias, de civilizaciones legendarias como los olmecas, los mayas, los mexicas y los zapotecas, que construyeron pirámides, crearon calendarios y dejaron un legado de sabiduría infinita. Este país, tan lleno de historia, nos ha demostrado una y otra vez que la adversidad no es el final, sino el principio de algo nuevo. México ha sido herido, pero nunca derrotado; ha sido puesto a prueba, pero siempre ha renacido con más fuerza y amor.
En cada rincón de esta tierra, en sus pueblos, montañas y ciudades, late un espíritu indomable. Somos un país que sabe levantarse después de cada caída, un pueblo que celebra la vida incluso en los momentos más oscuros. Porque, como bien dicen, “la esperanza es lo último que muere”, y nosotros no solo la guardamos, la compartimos, la tejemos y la convertimos en nuestra más grande fortaleza.
En un mundo en el que a veces parece dividido, donde las noticias nos llenan de incertidumbre, el amor y la unión son nuestras mayores armas. Como bien lo canta John Lennon en su inmortal tema: “Imagine all the people living life in peace”. Soñemos juntos, porque imaginar un mundo mejor no es ingenuo, es necesario. La paz empieza en cada uno de nosotros: en el pequeño acto de tender una mano al que lo necesita, en el abrazo sincero al amigo, en la sonrisa que regalamos a un extraño. La paz y el amor son posibles cuando cada acción, por pequeña que parezca, se convierte en un acto de luz en medio de las sombras.
Si en algún momento del año que comienza nos sentimos cansados, si el camino parece empinado o el peso de los días amenaza con doblarnos, recordemos la poderosa voz de Mercedes Sosa y su canción “Todo Cambia”, que nos recuerda que la vida está en constante transformación, pero el amor y la esperanza siempre permanecen: “Pero no cambia mi amor, por más lejos que me encuentre, ni el recuerdo ni el dolor de mi pueblo y de mi gente”.
Las palabras de esta canción nos abrazan y nos recuerdan que el cambio es inevitable, pero depende de nosotros cómo enfrentamos ese cambio. Podemos elegir llenarnos de miedo o de esperanza, de frustración o de amor. Que sea siempre lo segundo: amor por la vida, por lo que somos y por lo que podemos llegar a ser.
Este 2025 no será un año sin retos. Vendrán días difíciles, momentos de duda y quizá algunos fracasos. Pero los desafíos nunca serán muros que nos detienen, son peldaños que nos elevan. Cada tropiezo nos enseña una lección, cada lágrima nos prepara para recibir una sonrisa. No olvidemos que somos mexicanos, hijos de una tierra fértil en espíritu y generosa en corazones valientes. Llevamos la fuerza de nuestras raíces, la creatividad de nuestros ancestros y el deseo infinito de dejar un mundo mejor a los que vienen detrás.
Este año nuevo nos invita a escribir nuestra historia con audacia y generosidad. A vivir con gratitud, a amar con intensidad y a construir, día a día, el futuro que soñamos. Porque sí, los sueños importan; son ellos los que nos impulsan a levantarnos cada mañana y dar lo mejor de nosotros.
“Este año nuevo nos invita a escribir nuestra historia con audacia y generosidad. A vivir con gratitud, a amar con intensidad y a construir, día a día, el futuro que soñamos. Porque sí, los sueños importan; son ellos los que nos impulsan a levantarnos cada mañana y dar lo mejor de nosotros.”
Así que respira profundo y prepárate. El 2025 no es un final, sino el comienzo de algo grande. Un año lleno de oportunidades para aprender, crecer y, sobre todo, amar. Salgamos a enfrentarlo con la certeza de que todo es posible si creemos en nosotros mismos y en la fuerza de quienes nos rodean.
Que este nuevo año nos encuentre unidos, valientes y agradecidos. Que nuestros corazones estén llenos de amor y nuestras manos listas para construir. Que las sonrisas sean nuestras armas y los sueños nuestra guía. Porque la vida es un regalo inmenso, y este año que comienza es una nueva oportunidad para llenarla de luz y propósito.
Por ti, por mí, por todos nosotros, hagamos del 2025 el mejor año de nuestras vidas. Porque si México ha sabido renacer tantas veces, nosotros también podemos hacerlo.
Que el amor, la paz y la esperanza nos acompañen siempre. ¡Feliz Año Nuevo! Te desea La Máquina del Tiempo.








