Vaya que abril nos sorprendió mucho y es que entraron otras reformas, se aprobó la creación del Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (PANAUT) o la nueva versión del RENAUT, el mismo que en 2011 desaparecieron porque no funcionó, además, la base de datos se filtró y fue vendida hasta en 500 pesos por lo que un año después la Segob tuvo que destruirla. Esta nueva versión pretende lo mismo que la anterior, aminorar los delitos de extorsión telefónica y secuestros, según la lógica de los legisladores. Pese a los resultados de aquella versión beta y de las advertencias del riesgo y costo de tener una base así de grande e importante y con datos biométricos, los legisladores decidieron votar a favor. A raíz de eso hubo algunas cuestiones que no podemos dejar pasar. 1) Ricardo Monreal, quien por cierto aceptó que era absurdo pensar que el registro iba a detener los delitos sólo iba a ser más difícil para los delincuentes, estuvo en contra del RENAUT propuesto en la administración calderonista. 2) en el momento en que estaba siendo discutida esta reforma en el Congreso, el diario El País publicó que la FGR en los últimos dos años había contratado servicios de espionaje masivo para celulares por al menos 5.6 millones de dólares con la compañía Neolinx de México, esperemos que solo sea coincidencia. 3) el Subsecretario de Seguridad Ciudadana federal, Ricardo Mejía Berdeja, otro gran defensor del PANAUT, estuvo relacionado con la venta de bases de datos del IFE cuando fue Secretario de Organización y diputado de Convergencia -hoy Movimiento Ciudadano- y fue multado en 2013. 4) surgieron los primeros amparos de usuarios y la suspensión provisional dictada por el juez volvió a acarrear descalificaciones para el juzgador. Tanto el director de R3D como del INAI, así como varios expertos, han sido muy enfáticos en decir que si esta base de datos, que contendrá datos biométricos de los usuarios, se llegara a filtrar, las consecuencias serían irreversibles.
