Cualquier Estado democrático debe consolidar institucionalidad en sus tres Poderes de gobierno. La destrucción, persecución política y linchamiento mediático bajo un discurso de odio de dos Poderes hacia el otro es lo opuesto a una construcción democrática y puede constituir un golpe de Estado basado en una supuesta legalidad para atentar contra la división de Poderes.
Lo que ha sucedido con la reforma judicial recientemente aprobada es una destrucción de todo un sistema judicial -niveles federal y locales-, la Suprema Corte de Justicia de la Nación y su órgano de autogobernanza administra...
¡Adquiera una suscripción a la revista para seguir leyendo!
Seleccione algún paquete para obtener acceso ilimitado al contenido de nuestro sitio o inicia sesión.
Mensual
$
60
al mes
-
Acceso ilimitado
-
Recibe la revista en PDF
-
Acceso al histórico de la revista
-
Acceso a contenido exclusivo
-
Recibe el boletín diario o semanal
Anual
$
660
anuales
-
Acceso ilimitado
-
Recibe la revista en PDF
-
Acceso al histórico de la revista
-
Acceso a contenido exclusivo
-
Recibe el boletín diario o semanal