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Outsourcing y su impacto en la balanza política

El pasado día 24 de febrero, amanecíamos con la noticia de que se había girado una orden de aprehensión contra Raúl Beyruti, presidente de GINgroup, consultoría conocida a nivel nacional e internacional por ofrecer servicios de subcontratación.

Esta autoría desconoce si GINgroup practicaba o no subcontratación ilegal, lo que es de llamar la atención es el mensaje que se pudiera estar enviando: “cuidado todos aquellos que se dediquen, defiendan, asocien o utilicen outsourcing, por que serán cazados”, pero ¿por qué?, la subcontratación esta estipulada en la Ley Federal del Trabajo, ¿existen empresas que realizan malas prácticas a través de la subcontratación?, seguramente sí, pero estaríamos hablando de delitos específicos, entonces, ¿Por qué satanizamos la figura de la subcontratación?.

En columna diversa “Outsourcing y los números a considerar”, esta autoría analizó las cifras publicadas por el INEGI y la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano (AMECH), de las cuales destaca el porcentaje de personas económicamente activas que se encuentran en la informalidad; 55% hasta octubre del año pasado, ello quiere decir; únicamente el 45% de los trabajadores cuentan con acceso a la seguridad social. Ahora de ese 45%, cuantos son subcontratados legal o ilegalmente, es difícil determinarlo, pero se estima que al menos el 20% del empleo formal está subcontratado, por lo que el impacto de eliminación sería devastador, no solo para los empresarios que ofrecen el servicio y quienes lo utilizan, sino para el Instituto Mexicano del Seguro Social, que bien que mal, recibe cientos de millones de pesos en cuotas obrero patronales, ¿podría ser que debería recibir más?, sí, podría ser, pero también podría ser que no reciba siquiera eso en caso de una eliminación súbita, afectando consecuentemente también a los trabajadores al volver a esquemas informales.

Hemos insistido en diversas ocasiones que eliminar la subcontratación no es la solución para erradicar la precariedad de muchas relaciones laborales, hemos insistido en que la subcontratación nació de facto por falta de oportunidades formales, por falta de estímulos fiscales a micro y pequeños patrones, la subcontratación seguirá existiendo con o sin legislación, en tanto no mejoren otros aspectos sociales y financieros en el país.

Ahora bien, volviendo al tema de Raúl Beyruti, nos resultó imposible no recordar aquel noviembre de 2019 cuando la mismísima Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) reconoció la labor de GINgroup y fue galardonada por sus aportaciones al programa de “Jóvenes Construyendo el Futuro”, ¿Qué sucedió de noviembre de 2019 a hace unos meses?, ¿por qué Beyruti pasó de ser elogiado a perseguido?, ¿por qué se acabó la luna de miel?

Lo cierto es que el outsourcing ya pasó a formar parte de una moneda de cambio en la política, por un lado, la administración pública federal no puede reconocer públicamente el hecho de que eliminar la figura traería más bemoles que beneficios, tal es el caso que la sigue usando en muchas de las dependencias y por el otro, cercano a las elecciones tiene que acreditar de alguna manera que la persecución se “está dando”, pero, como juristas sabemos que una orden de aprehensión no necesariamente va a culminar en el cumplimiento de una pena.

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