En México, durante los últimos años seguimos teniendo un aumento de la delincuencia en delitos del Fuero Común, tal y como se puede ver en el Informe de Incidencia Delictiva Nacional al 31 de marzo de 2021, emitido por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en donde se lleva a cabo el siguiente comparativo durante el mes de febrero y marzo de 2021.
Presuntos delitos |
Febrero 2021 |
Marzo 2021 | Aumenta | Porcentaje |
Incidencia delictiva total | 150,761 | 183,111 | 32,350 | 21.5% |
Homicidio doloso | 2,219 | 2,505 | 286 | 12.9% |
Feminicidio | 71 | 92 | 21 | 29.6% |
Extorsión | 639 | 804 | 165 | 25.8% |
Robo en todas sus modalidades | 45,318 | 52,151 | 6,833 | 15.1% |
Violencia familiar | 18,206 | 23,709 | 5,503 | 30.2% |
Trata de personas | 42 | 64 | 22 | 52.4% |
De la incidencia antes mencionada, podemos decir que el fenómeno de la criminalidad es alarmante de acuerdo al aumento en los delitos señalados, sin embargo, estos corresponden en su mayoría a personas adultas, ya que de acuerdo a las estadísticas que emite la Subsecretaría de Sistema Penitenciario de la CDMX, al mes de marzo del 2021, el total de adolescentes que se encuentran en conflicto con la ley y que son atendidos por la Dirección General de Atención Especializada para Adolescentes a través de los Centros Especializados para Adolescentes son 199, de los cuales 141 están sujetos a una medida de internamiento y 58 a externamiento.
Ahora bien, para abordar el tema que nos ocupa, es importante destacar lo que establece la Organización Mundial de la Salud, la cual dice que: “…la adolescencia es el periodo de crecimiento y desarrollo humano que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y 19 años”.
Dicho lo anterior, la adolescencia significa crecer y comprende tres perspectivas, a saber: biológica, psicológica y social, por lo cual se constituye una transición que implica cambios en estas esferas de la vida del adolescente. Por consiguiente, los cambios fisiológicos desarrollados en la adolescencia tienen consecuencias en la esfera psicológica y trascienden posteriormente a la esfera social.
En consecuencia, puedo decir que los menores de edad en su etapa de adolescentes deben desarrollar todas sus capacidades para aprender, experimentar, expresar su creatividad y participar en cualquier tipo de proceso social, sin embargo, también es en esta etapa en la que pueden darse conductas antisociales y delictivas que pueden desistirse o eliminarse como resultado de su proceso natural de maduración o bien pueden ser persistentes para reforzar la conducta delictiva.
En ese sentido, el INEGI, en la Estadística publicada en el año 2020, da a conocer la incidencia reportada por el Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Sistema Penitenciario Estatales, durante el año 2019, el cual dice que fueron 1,452 ingresos a los 47 Centros Especializados de Atención para Adolescentes de toda la República Mexicana, por 1,520 delitos cometidos, principalmente por robo, homicidio, violación y secuestro, de los cuales en su mayoría fueron cometidos por primera vez, así mismo, fueron 1,304 adolescentes los que obtuvieron su libertad. Por lo que para el cierre de este mismo año se encontraban 1,322 internados en los centros especializados en nuestro país.
Estos datos indican que las conductas delictivas de adolescentes tienen repercusiones en delitos graves, lo que nos deja ver que carecen de habilidades sociales, lo que provoca, unido a la falta de autocontrol y a la gran impulsividad que les caracteriza, una alta probabilidad de transgredir la norma, por ello se tiene que trabajar de manera multidisciplinaria para identificar la causa que llevó al adolescente a cometerla, en algunos casos también se caracterizan por su escasa tolerancia a la frustración, una afectividad alterada y por su ausencia de razonamiento crítico.
Expuesto lo anterior, la conducta delictiva de adolescentes representa un fenómeno social que es necesario estudiar y atender, siendo relevante el estudio del perfil conductual psicológico del adolescente que ya ha presentado la conducta delictiva.
De esta manera considero que se deben desarrollar políticas públicas centradas en la adolescencia y juventud, que fortalezcan factores de protección, el involucramiento y participación ciudadana, así mismo, involucrar a la familia en las medidas de prevención de las adicciones, en la salud mental, específicamente en el control de impulsos y toma de decisiones, buscar mayores oportunidades para que estudien y trabajen para lograr un modelo de reintegración familiar y reinserción social.
«La ausencia de proyectos es la madre de la delincuencia.”
CHARLES HENRY PARKHURS