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El arte en las Prisiones

La pintura, como una de las Bellas Artes, se ha considerado desde la prehistoria como una expresión de vida, desarrollándose en función de las condiciones de existencia de cada época y de cada cultura, con motivaciones diferentes y con técnicas diversas, siendo una de ellas las realizadas en los grandes murales que hasta la fecha permiten expresar sentimientos, situaciones, condiciones y emociones especiales.

Así, la pintura ha evolucionado desde las muestras existentes en cuevas con huellas de pinturas rupestres, hasta las realizadas en lienzos y muros que permiten comunicar y emocionar a todos los seres humanos.

Esta expresión se ha dado en diversos espacios como ya se comentó en cuevas, así como en templos, palacios, sepulcros, casas, códices y por supuesto en prisiones también, respondiendo a diversas necesidades de comunicación que han evolucionado hacia una búsqueda de la estética, reconociéndose cada obra como un producto cultural único, resultado de un momento concreto.

Jose Bernardo Couto señaló que “el que traza una figura para expresar con ello una idea no se fija en la figura misma, sino en la idea que tiene que expresar”, a lo que José Joaquín Pesado, respondió: “donde se pinta para escribir no existen verdaderos pintores”. Estos son aspectos de la evolución de la comunicación a la estética de la pintura como arte.

Estos trabajos de creatividad e imaginación de quienes han hecho posible murales penitenciarios en las cárceles mexicanas, quedan recogidas en el Catálogo que para este efecto publica la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, con 104 muestras que incluyen las obras existentes, tanto en los centros estatales, como federales, con representaciones simbólicas, vinculadas a un contexto, con características propias y relacionadas a una estructura cultural y artística específica.

En este Catálogo se da cuenta de los esfuerzos realizados en torno a los estándares internacionales y la norma constitucional mexicana, para la integración de un sistema penitenciario con base en el respeto por los Derechos Humanos, ya que la educación como medio para lograr el fin de la pena, se privilegia al considerar la existencia del arte como máxima

 

 

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