Inició la discusión en la Cámara de Diputados de la anunciada reforma político-electoral impulsada por el presidente AMLO que pretende modificar radicalmente al Instituto Nacional Electoral (INE) y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), al haberse instalado formalmente las Comisiones Unidas que propondrán una minuta que englobe 104 iniciativas de diferentes fracciones parlamentarias, incluida la del titular del Poder Ejecutivo.
El presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara Baja, Ignacio Mier, informó que la Comisión de Puntos Constitucionales y la Comisión de Reforma Político-Electoral hicieron un ejercicio para agrupar dichas iniciativas en cinco grandes temas, el primero se refiere al régimen político; el segundo, a instituciones electorales; el tercero, al sistema de partidos; el cuarto, a género, inclusión y diversidad; el último, a la justicia electoral. Aunque en el Poder Legislativo se ha dicho que se buscará el consenso, hay antecedentes que son caldo de cultivo para la desconfianza.
La propuesta de AMLO pretende transformar al INE en el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC), disminuir el número de consejeros y que su elección se haga por sufragio popular, igualmente para la integración de la Sala Superior del TEPJF. También busca eliminar el financiamiento a partidos políticos para actividades ordinarias, así como desaparecer a los llamados legisladores plurinominales y hacer más barata la democracia.
En los últimos meses, el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdoba Vianello, así como analistas, asociaciones civiles y organismos internacionales, han alertado en diversos foros sobre la pretensión de socavar la autonomía de los órganos electorales, poniendo en riesgo la incipiente democracia en México.
José Woldenberg, expresidente del IFE, consideró que la iniciativa impulsada por la 4T es regresiva y pretende “de nuevo alinear a las autoridades electorales a la voluntad presidencial”, y apuntó que, aunque la propuesta pueda sonar muy democrática al sugerir que los ciudadanos elijan a los consejeros, “lo único que sucedería es que esos consejeros tendrían que entrar en alguna alianza con alguno de los partidos”. Además, acusó a AMLO de querer destruir lo que se ha construido en las últimas décadas en materia electoral y señaló que en México la democracia se ha cimentado en la lucha social para que exista diversidad y eso debe ser preservado.
Por su parte, Lorenzo Córdova advirtió que “estamos viviendo riesgos tanto para la protección y garantía de los derechos como para la recreación de la democracia y sus propias garantías institucionales y procedimentales”. Las descalificaciones, amenazas, asfixia presupuestal, intentos de reforma electoral y cooptación de los órganos electorales son parte de un entramado que sofoca la democracia, afirmó.
Incluso el organismo internacional, la Comisión de Venecia, asevera que el INEC no proporciona garantías suficientes de independencia e imparcialidad y señaló que es imperativo que el nuevo órgano electoral provea, al menos, las mismas garantías de independencia, así como la misma calidad de procesos electorales. “Cambiar un sistema que funciona en general bien y que tiene la confianza de la mayoría de los electores basado en la evolución de la democracia conlleva el riesgo de menoscabar esa confianza”.
A pesar de las advertencias y de las múltiples peticiones, todo indica que ni el Presidente de México, ni la mayoría oficialista en las Cámaras, darán un paso atrás, mientras que la oposición se declara unida en contra de minar al INE. Estamos por ver un férreo debate que puede marcar para siempre, y quizá no de forma positiva, los avances en el sistema democrático mexicano.
Por el bien de México, esperamos que el PRI y su Presidente entiendan el papel crucial que juegan para conservar nuestra democracia, se sumen nuevamente al grupo opositor y detengan esta iniciativa como lo hicieron con la reforma energética.