“Aquellos que educan bien a los niños merecen recibir más honores que sus propios padres, porque aquellos sólo les dieron vida, éstos el arte de vivir bien”. Aristóteles
En esta ocasión decidí no escribir sobre asuntos relacionados con los diferentes acontecimientos que provocan problemas y que afectan a la sociedad en su patrimonio, libertad, seguridad, salud, vida, entre otros.
Hoy quiero hacer de estas líneas un homenaje a todas aquellas personas que se dedican por vocación a la loable labor de la de Enseñanza de conocimientos y que comparten consejos para que sus alumnos los puedan aplicar en su vida diaria tanto dentro como fuera de la escuela, por supuesto, me refiero a los Maestros.
En México, celebramos en esta fecha a los Docentes y Educadores, es decir, el día del Maestro, sin embargo, considero que no solamente hay que festejarlos, hay que honrarlos por ejercer una profesión que tiene como finalidad el forjar mejores hombres y profesionistas.
Esta fecha tiene su origen en la celebración de la fiesta de San Juan Bautista de La Salle, un sacerdote, teólogo y pedagogo que consagró su vida a la formación de maestros que se dedicaban a la educación de hijos de artesanos y niños de escasos recursos. El papa Pío XII nombró a San Juan Bautista de La Salle el «patrono universal de todos los educadores».
Por eso como un homenaje al igual que se hace con otras profesiones que pueden ser consideradas trabajos o vocaciones dependiendo quien la ejerza, debemos de agradecer a los Maestros por todo lo que ofrecen en la clase, ya que su trabajo no es únicamente en el aula, sino a cualquier hora del día sin importar el restar tiempo que pueden pasar con su familia, amistades, para descansar o para divertirse con cualquier otra actividad por preparar el o los temas que va a desarrollar al día siguiente y por calificar tareas y exámenes para la evaluación correspondiente.
Esta vocación de servicio la deben de tener todos aquellos que se dicen “Maestros”, porque no es lo mismo estar varias horas frente a un grupo que desea aprender, que estar en marchas y manifestaciones en contra de las decisiones de las autoridades educativas, ese no debe ser el ejemplo para los estudiantes en ningún país.
Por ello, le doy las gracias a mis Maestros de pre-escolar, primaria, secundaria, preparatoria, universidad, posgrado y diferentes cursos en general que me dieron las bases para seguir su ejemplo y dedicarle tiempo a la Docencia, no cualquiera tiene la dicha de decir que contribuyó a la preparación profesional de los futuros responsables de crear un mundo mejor, por ello me honro en decir que pertenezco a ese grupo de los verdaderos Maestros.
Y como un homenaje especial, dedico este espacio a mi esposa, que afortunadamente también tiene el “don” de la enseñanza y que día con día trabaja arduamente sin importar el tiempo y, a veces, su salud, para formar a los niños y niñas, entre ellos a mi hijo, para un mejor futuro en su vida personal y profesional.
Gracias por darme tu tiempo, gracias Maestro por ofrecerme tu talento y preocuparte que mi futuro pueda ser brillante y destacarme. Muchas Felicidades para todos los docentes que disfrutan enseñar.