Existen suficientes elementos teóricos para generar un debate contemplativo que contraste tres posturas diversas: la primera de ellas pugnaría por demostrar que, en toda instancia, el notario público es un particular; la segunda postura defendería la teoría de que se esta ante una figura que se encuentra investida de autoridad en todas sus actuaciones; la tercera propondría que el notario público es un particular que lleva a cabo solamente ciertos actos de autoridad en auxilio a la administración pública y sujeto a un régimen especial. Con tal tenor, la doctrina aporta diversos matices que ab...
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