Estamos próximos a la conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad que año con año se conmemora el día 3 de diciembre, bajo esta tesitura debemos reflexionar sobre uno de los principales retos que el sector de personas con discapacidad ha enfrentado desde siempre: la invisibilización. Esta opinión tiene como objetivo suscitar en la persona lectora la reflexión de qué tan lejos hemos llegado (o no) en el tema de visibilizar y reivindicar la dignidad de este grupo poblacional.
El pueblo sabio de Paramillo
Es bien conocida la sabia frase “pienso, luego existo” de Descartes, nosotros añadiríamos que además del ser pensante es menester contar “Cuento, luego existo” y es que para todos los ámbitos públicos el considerar la existencia de los grupos poblacionales significa conocer la estadística que les rodea, saber de su existencia.
Imagínese que en el país “Paramillo” el instituto encargado de recibir y llevar a cabo toda la cuestión estadística se denomina Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Imaginario Popular (INEGIP), y resulta que para el INEGIP es imprescindible presentar datos de la población con la finalidad de conocer necesidades, solventarlas y progresar; sin embargo, hay un grupo poblacional que el INEGIP no tomará en cuenta porque en el imaginario popular tal población no tiene “tanta relevancia”, las PcD, apenas sin son un pequeño porcentaje nacional (cerca de un 6%) entonces para qué dedicarles recursos económicos y temporales, es mejor hacer una batería de preguntas abiertas y ambiguas que medianamente cubran a ese 6% y presentar confusamente los datos ya que nadie se dará cuenta o no les interesará, así de invisibles se les cree en ese imaginario popular. La presidenta de Paramillo decide que tomará datos del INEGIP para políticas públicas, pero para las PcD al ser datos ambiguos decide hacerlas al “ahí se va”, “como Dios le da a entender”, al fin y al cabo el pequeño grupo porcentual apenas si logra verse, menos existir.
En Paramillo el 6% no es nada, en Paramillo el imaginario popular cree que ese 6% no está organizado, que desconoce si tiene derechos y cuáles son; el imaginario popular no entiende para qué querrían acceder en igualdad de condiciones a las políticas públicas si al fin y al cabo no son iguales al 94% restante, menos a las garantías de protección de sus derechos, el imaginario popular cree que la segregación, la exclusión y la discriminación es algo que está bien para quienes “son diferentes” porque “pobrecitos, necesitan ayudas sociales”, esa sabiduría del imaginario popular considera que está bien crear espacios segregados para ese “poquísimo” 6%.
El país de la ignorancia que es Paramillo no progresará pues cuando a un grupo poblacional se le deja fuera no hay forma de lograr avance sino más bien retrocesos; no hay progreso sin inclusión, no hay progreso sino estamos todos en ese barco.
El 6%
Claro que Paramillo no es nuestro México, porque en nuestro maravilloso país no hay corrupción, en nuestro país los censos poblacionales se llevan con una metodología incluyente, participativa y con las perspectivas de derechos humanos, discapacidad y género; en nuestro país sabemos cuántas PcD somos, dónde estamos ubicados, si laboramos, si estudiamos o no, sabemos si existe o no y por qué la deserción escolar… vaya es un país con la mayor transparencia posible y todos contamos, al menos eso dice el INEGI, pero veamos realidades.
Las PcD en México no sabemos realmente cuál es el porcentaje que ocupamos dentro del total de la población ya que se entretejieron los resultados con las discapacidades que eran temporales; esta penumbra realmente ha propiciado que las políticas públicas y la legislación no se empalmen con las realidades que viven las PcD, por lo tanto ahora corresponde al 6% hacerse presente y visible, exigir todo lo que se le ha negado.
A nivel nacional existe el Movimiento Nacional de Personas con Discapacidad que este año conmemorará el 3D con el tercer recorrido nacional e internacional y en el que veremos que las PcD estamos organizadas y que tenemos hartazgo de la falta de visibilización que se ha ejercido en nuestra contra (ya sea directa o indirectamente), y es que la Convención sobre los Derechos de las PcD (CDPD) es clara respecto de TODAS las obligaciones que los Estados Partes adquirieron al signar y ratificar tal instrumento y una de ellas es precisamente a la que nos hemos referido hoy: Cuentas tú, contamos todos.
Al respecto la CDPD estatuye la obligatoriedad, en su artículo 31, de recopilar información adecuada, incluidos datos estadísticos y de investigación con la finalidad de formular y aplicar políticas públicas, e incluso le va señalando uno a uno los lineamientos que han de cubrirse para tales cuestiones; empero, causa desesperación que a 15 años ya de la entrada en vigor de este instrumento internacional aún no se haya logrado que el Censo nacional retome la perspectiva de discapacidad y reivindique la visibilización y la dignidad de este grupo vulnerado.
Hay demasiadas decisiones que podrían tomarse para impulsar el desarrollo estadístico que nos muestre y haga palpable la información respecto a las PcD, pero la clase política en estos momentos estará más preocupada por el próximo proceso electoral que por dar impulso a aquellos que no habíamos contado, por cierto ¿cuántos OPLES han impulsado ya las acciones afirmativas a favor de la PcD?
Hay quienes dicen que “Es tiempo de…”, nosotros deseamos que sea tiempo de INCLUSIÓN.