He estado trabajando en un tema que me apasionó y es muy actual por tantas cosas que han sucedido, especialmente en la industria del entretenimiento, el daño moral por el uso no autorizado y denostación de la imagen de una persona. Situación que no solamente me ha tocado representar a favor de varios de mis clientes, sino en lo personal por curioso que pueda parecer. No únicamente he tenido que emprender acciones en contra de quienes representan y encabezan algún poder del Estado y en condiciones de su cargo público, además de televisoras, plataformas de contenidos en streaming, editoriales o comunicadores en sus diversas modalidades. Y de los que en alguna ocasión también fueron mis clientes y para quienes obtuve el resultado que buscaban, absolutamente exitoso y con enormes beneficios de todo tipo, personales y comerciales, y quienes después de tener una abundante solución que les iluminó la sonrisa, con tal de no cumplir los acuerdos y compensar el trabajo realizado, decidieron atacar e intimidar a modo de venganza disfrazada de defensa, quejarse tratando de atentar al honor, reputación, prestigio, incluso pretender violentar la intimidad y estabilidad de mi persona, todo esto sin evidente sustento, tratando de difundir información falsa y a sabiendas, o bien, información “verdadera a sus ojos” de una manera denigratoria, discriminatoria y con una severa carga despectiva (malicia efectiva), sin esperarse que el resultado adverso sería de consecuencias inimaginables.
A lo largo de los años en los cuales he pretendido especializarme cada vez más en este tema, me percato que con el auxilio de otros profesionales, en áreas que pareciera no tuvieran nada que ver o que su injerencia pudiera no resultar preponderante, he comprobado que sin lugar a dudas el éxito en la defensa de esta materia es gracias al cúmulo de expertos con quien he tenido la fortuna de conformar un estupendo equipo.
Por citar algunos ejemplos, el gran trabajo y resultado que se puede obtener a través de un perito en victimología, podría lograr establecer un conjunto de criterios y lineamientos con un enfoque en psicología, sociología, derecho, economía, antropología, medicina, etc., en el derecho a la verdad, justicia y la reparación integral del daño de la víctima, analizando el momento social, político y económico en el que se manifiestan los hechos.
Las categorías de las víctimas y sus necesidades se relacionan con el hecho victimizante que sufrió y las circunstancias específicas que generan vulnerabilidad como consecuencia de un abuso de poder, estigma, estereotipo o cualquier condición de discriminación como parte de viejas prácticas que aún persisten en los sistemas de “justicia”. Igualmente, un estándar de impacto de los resultados sufridos por las víctimas como hechos victimizantes y/o daños punitivos, como lo podrían ser lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdida de proyecto de vida o menoscabo sustancial de los derechos fundamentales de la humanidad.
De igual manera, la destacada actividad y especialidad de un perito en grafología y morfología. Como cita la Maestra Georgina Cruz: “Después de llegar a ver la intimidad de los seres humanos, entendí que esos sentimientos tendrían que dejar huella en los rostros… cada arruga es una historia que contar”. La finalidad de esto es intentar conocer a los seres humanos y tratar de comprender ciertos comportamientos, “tratamos de controlar nuestras palabras, y al estar tan ocupados en mostrar un lenguaje verbal conveniente o correcto, olvidamos el lenguaje no verbal”.
La grafología es una ciencia cuyo objetivo es el conocimiento de la personalidad que por medio de rigurosas medidas y análisis de los rasgos de la escritura, es posible clasificarla e interpretarla y que puede proporcionar abundante y fiable información de un individuo, revelando elementos innatos de temperamento, así como los adquiridos como mecanismos de defensa, eventuales desórdenes del inconsciente, molestias o enfermedades orgánicas. En la grafía se expresa y demuestra todo aquello que estremece a una persona, la capacidad mental, organización, como se relaciona, sentimientos, toma decisiones, soledad, equilibrio interior, emociones, miedos, extroversión, introversión, egoísmos, inmadurez, debilidades, agresividad, avaricia, depresión, nivel de inteligencia, memoria, voluntad, si la persona es obsesiva y cómo vive su sexualidad, por citar al menos algunos supuestos.
Ahora bien, la lectura de rostro o morfología, es la ciencia para conocer el alma por medio de las formas a través del estudio de la forma de la cara con lo que podremos conocer algunas características de la personalidad en complemento y que pudieran escapar de la grafología. En la mayoría de los casos, es una contundente confirmación. Esto puede ser tan cotidiano en nuestras vidas, como decir o escuchar frases como “parece buena persona”, “se ve melancólico”, “se le percibe mala vibra”, “transmite que es una persona nociva”, etc. Inconsciente y científicamente, se interpreta a una persona por su físico, permite conocer la personalidad, inteligencia, carácter o aptitudes, “el lenguaje no verbal que es el más sincero, cada mirada es una historia que contar”.
Así las cosas y para el tema que nos ocupa tratando de acreditar un daño moral, atentado a la imagen, honor, reputación, prestigio, intimidad, estabilidad, etc., esta dupla (o tripleta) son un esquema y herramienta ideal para los abogados que nos dedicamos a esta materia.
Para finalizar y no menos importante, es saber organizar, administrar y manejar la información y documentación a usar para una defensa sólida y definitoria. Todo esto solo se puede lograr con un profesional experto en comunicación; la asistencia en el manejo de medios y situaciones de crisis se han vuelto una herramienta indispensable y, posteriormente, saber que a través de un verdadero especialista en relaciones públicas se llega a las personas y medios adecuados para poder colocar información y documentación en defensa de la causa mediante un cabildeo e investigación de opinión quirúrgico y con una sensible intención de hacer sabedora a cualquier otra persona que pudo haber sido vulnerada en sus derechos más elementales, que existen alternativas y defensas en curso para sumarse.