“Los principios básicos de la biomímesis son: buscar una optimización del uso de los recursos y materiales, consumiendo menos energía, alcanzar un mayor rendimiento y, además, utilizar materiales sostenibles que respeten al medioambiente.”
Existe una variedad bastante amplia de patentes cuyo origen tuvieron lugar en los animales. Gracias a investigaciones realizadas para desvelar los misterios de su evolución y supervivencia, ha sido posible aprovechar esos estudios y aplicarlos a inventos que son clave para el desarrollo de la sociedad.
La biomimética o biomímesis es el área de la ciencia que trata de comprender el funcionamiento de la vida natural, para posteriormente adaptarla de la mejor manera posible a nuestro día a día. Los principios básicos de esta disciplina son: buscar una optimización del uso de los recursos y materiales, consumiendo menos energía, alcanzar un mayor rendimiento y, además, utilizar materiales sostenibles que respeten al medioambiente. De esta manera, lograremos ser una parte más del ecosistema mediante la economía circular.
Algunos de los ejemplos más destacables y curiosos que tuvieron su origen gracias a la biomímesis son los siguientes:
Cabeza del tren bala Shinkansen inspirado en el martín pescador, búho y pingüino
Como suele ocurrir, para llegar a una invención partimos de un problema que necesita de una solución. En este caso, el problema que tenía el tren bala en sus inicios era que al entrar y salir de un túnel, a gran velocidad, generaba un ruido muy desagradable para los habitantes que vivían en los alrededores. La solución partió de uno de los ingenieros de la West Japan Railway Company, Eiji Nakatsu, quien analizó la capacidad del martín pescador de zambullirse en el agua en búsqueda de su presa, causando el mínimo impacto. Después, modificaron el diseño del morro del tren imitando el pico de esta increíble ave de pesca.
En el modelo Shinkansen Serie 500, de 1997, se incluyeron otras mejoras: un nuevo pantógrafo basado en las plumas de los búhos para eliminar las turbulencias y una base inspirada en el abdomen de los pingüinos Adelaida que le permite deslizar suavemente.
Con estas patentes no solo se consiguió resolver el problema; sino que además, gracias a la nueva aerodinámica, el tren bala ha reducido en un 30% la resistencia al aire, es un 10% más rápido y ha mejorado su eficiencia energética en un 15%.
Brazo robótico inspirado en la trompa de un elefante
En la actualidad, los brazos robóticos son utilizados en varias industrias: ya sea en tareas de carga y descarga de objetos pesados, para soldadura en el sector automovilístico, para el ensamblaje de productos, en la minería, por la NASA en sus misiones espaciales, incluso en operaciones quirúrgicas.
Dentro de este sector no podía faltar un modelo que imitara a algún animal. En concreto, tenemos la patente utilizada en el BionicMotionRobot, fabricado por la empresa Festo. La cual emula a la trompa de un elefante tanto en su forma como en habilidades, ya que es capaz de soportar mucha carga de peso y puede realizar tareas que necesiten mucha precisión y delicadeza. Éstos brazos mecánicos suponen para las empresas mayor rapidez, eficiencia y un considerable ahorro en mano de obra.
Tejido que imita la piel de tiburón
Uno de los retos para la industria marítima es conseguir innovaciones que reduzcan la necesidad de labores de mantenimiento y limpieza de los cascos de barcos y submarinos. Con ese objetivo, se realizaron investigaciones biomiméticas para saber cómo replicar la textura de la piel de los tiburones en las embarcaciones por su capacidad antiadherente tanto al agua como a bacterias u otros microorganismos. La empresa Sharklet Technologies Inc. ha patentado el micropatrón, un material con una estructura de superposición de crestas dispuestas de tal modo que imitan con mucha precisión a la piel de un tiburón. Esta innovación tecnológica está siendo utilizada en hospitales, pero también puede ser implementada en cualquier superficie en donde se desee evitar la propagación de bacterias.
La empresa estima que el gasto sanitario para afrontar las infecciones bacterianas suponen más de 30,000 millones de dólares, y por cada paciente el desembolso hospitalario rondaría entre 8,000 y 15,000 dólares.
Tras estos ejemplos, podemos constatar que la biomímesis es un valor que va a la alza. De hecho, un estudio realizado por la Universidad Point Loma-Nazarene, de California, estima que para el 2025 este área de la ciencia generará más de 300,000 millones de dólares anuales para el PIB de Estados Unidos, logrará reducir el consumo de recursos naturales en otros 50,000 millones y creará cerca de 2 millones de nuevos empleos.
“Un estudio realizado por la Universidad Point Loma-Nazarene estima que para el 2025 la biomímesis generará más de 300,000 millones de dólares anuales para el PIB de Estados Unidos, logrará reducir el consumo de recursos naturales en otros 50,000 millones y creará cerca de 2 millones de nuevos empleos.”
