¿Leer sentencias desde el primer semestre de la carrera?

¿Leer sentencias desde el primer semestre de la carrera?

Hace unos días afirmé en Twitter que desde el primer semestre de la Licenciatura en Derecho debería impartirse un taller de análisis de sentencias[1]. Tal vez lo categórico del mensaje permitió que se generara un diálogo acerca de la pertinencia de la idea, brindándose razones para no considerar pertinente mi propuesta.

La refutación más consistente se centró en estimar que las y los estudiantes no tendrían aún los conocimientos necesarios para entender adecuadamente una resolución judicial; en particular, porque aún no han cursado Teoría General del Proceso, materia que en lo personal considero una de las más importantes de la carrera.

Es una buena observación. Para entender adecuadamente cualquier enjuiciamiento, se requiere los conocimientos que brinda la Teoría del Proceso, que además permite adquirir un lenguaje técnico indispensable para el buen desempeño en tribunales; por otra parte, es cierto que esta materia se suele impartir hacia la mitad de la carrera, por lo que es inobjetable que las y los novicios no la conocen.

Lo anterior, ¿implica que no se pueden o no se deben estudiar sentencias antes de tomar las materias procesales? Si esto fuera así, ramas como el Derecho Familiar, la parte inicial del Penal o posiblemente el Constitucional, se tendrían que enseñar prescindiendo del análisis de resoluciones judiciales.

Me pregunto: ¿puede abordarse el tema del matrimonio sin estudiar los “amparos Oaxaca”?

Proponer un taller de análisis de sentencias en el primer semestre implica asumir la importancia que tiene el estudiar resoluciones judiciales desde las etapas iniciales de la licenciatura, no necesariamente con la visión clásica de “formar a quien va a litigar”, dado que no toda persona que estudia Derecho lo hará, sino bajo el paradigma actual en el que las resoluciones de los tribunales, particularmente los que interpretan la Constitución, tienen un papel trascendente en la formación y el entendimiento del Derecho.

Ese taller debe permitir que las y los estudiantes adquieran un método de análisis. Que aprendan, sí, a conocer las partes de las sentencias, pero también que se vayan familiarizando con el razonamiento judicial, aprendan a identificar los argumentos que sustentan la decisión y aquellos que constituyen digresiones, aprecien la complejidad de resolver conflictos humanos por medio del Derecho, y dimensionen el impacto que las sentencias tienen en la labor jurídica.

Desde luego, este taller no sería el único. Probablemente debería extenderse al menos por dos semestres, y vincularse con la materia de Argumentación, que también podría impartirse en las etapas iniciales de la carrera. Desde luego, conforme vayan avanzando en sus estudios, el análisis que realicen de las resoluciones ganará en profundidad.

En suma, sostengo mi propuesta. Debe ejecutarse con método, y quien la imparta deberá contar con singular paciencia para guiar a personas neófitas. Deberá también contar con un buen criterio para seleccionar resoluciones adecuadas e interesantes, que lejos de frustrar a quienes se enfrenten por primera vez a la labor judicial, les motive a proseguir en la labor.

No toda persona que estudie Derecho va a litigar. Pero cualquier que trabaje con el Derecho, debe aprender a analizar sentencias.


[1] https://twitter.com/lovadograjales/status/1507135368713408515?s=20&t=a5gLXLsZ1Tg6fmuTwHdBQA

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