Si algo creo haber aprendido en estos tiempos del COVID-19 es que las medidas que se deben de tomar para combatirlo requieren conocimiento de la cultura y las maneras de los habitantes del país y de sus distintas partes, así como de su economía. Más allá de posturas políticas, ya que el bicho se propaga en sociedad, se debe atacar con una estrategia que atienda al contexto.
En eso se parece el combate al COVID-19 y la materia electoral: se debe atender al contexto.
¿Por qué no se pueden tomar las mismas medidas en todos los países? Porque las poblaciones son distintas, sus costumbres en materia de socialización y movilidad no son las mismas, como tampoco es igual el acatamiento voluntario de las decisiones autoritativas; todo esto sin considerar que la existencia de sistemas de seguridad social o de economías sólidas que permitan a toda la ciudadanía encerrarse no es algo con que en todos la dos se pueda contar. Vamos, hasta el clima juega su papel.
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Así enfrentar una epidemia parece requerir en iguales dosis el conocimiento médico y el social.
Por eso las comparaciones con otros países suelen ser desatinadas. Los números, sin el contexto, no nos permiten entender la realidad ni intervenir en ella con posibilidades de éxito.
Algo similar, no idéntico (no soy un chef que cocina analogías perfectas) sucede cuando se abordan temas electorales; al juzgar una posible violación en la materia se debe considerar el contexto en que se presenta. Por ejemplo, cuando hablamos de posibles estereotipos, que vienen determinados por las creencias de una sociedad concreta en un tiempo determinado, tienen impacto respecto de la configuración de violencia política de género.
Todas las disposiciones jurídicas deben aplicarse entendiendo la comunidad a la que pertenecen y en la que van a impactar. Pero esto es aún más apremiante (y no escojo la palabra al azar) cuando se resuelven temas que tienen que ver con la agitada y dinámica vida política, en la que se suele jugar al filo de la falta.
Por tanto, para conocer el Derecho Electoral, es necesario entender la sociedad en la que se va a aplicar. Un poco como cuando se atiende una epidemia.