Ya no falta mucho para que concluya el periodo ordinario de sesiones en la cámara de diputados y Manuel Baldenebro, presidente de la Comisión de Trabajo en dicha cámara, anunció hace aproximadamente una semana que el dictamen de la misma estaría listo antes de “Semana Santa”, ¿será esto posible? Es de hacer notar, que a la fecha existen más de setenta iniciativas pendientes por resolver, tan solo cuarenta y seis de ellas en San Lázaro y cabe mencionar que no son iniciativas de baja trascendencia ni de consideración menor, pues si bien varias de ellas versan el los dos temas medulares de lo que será la nueva “Ley Laboral” (transición en la impartición de la Justicia Laboral y Libertad Sindical), también las hay en el sentido de revisar temas muy importantes y muy olvidados como lo son: El Salario Mínimo y vaya que este es uno de los que habrá de poner mayor cuidado, pues algunas de las iniciativas proponen incluso eliminar la existencia de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI) y que dicho ingreso sea determinado a través del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), mediante la fijación de una “Línea de Pobreza” y que el mismo jamás se encuentre por debajo de esta, no suena mal, pero… entonces, ¿qué sucederá con la recientemente retomada política de separar el Salario Mínimo por zonas geográficas?, ¿será que nuestro país podría tener homologada de punta a punta una sola línea de pobreza?.
Otro tema, el cual no había sido considerado en nuestra Ley y que tenía décadas aplicándose en otros países (no fue si no hasta el año 2012 que nuestra legislación lo inserto por primera vez), es el de las “Licencias por Paternidad”, actualmente se estipula en el artículo 132 de la Ley Federal del Trabajo, en su fracción XXVII Bis que será obligación del patrón otorgar al empleado masculino el goce de cinco días laborables por el nacimiento de sus hijos o para el caso de adopción de un infante, insisto que es de llamar la atención, ya que en algunos países escandinavos se otorgan hasta un año al padre, para que una vez que la madre vuelve de su incapacidad, este pueda pasar tiempo con sus hijos y apoyar a su pareja con las actividades de crianza. Cierto es también que la situación social y laboral de esos países es diferente, pero por primera vez los legisladores de nuestro país están volteando a ver esos detalles y han lanzado iniciativas que pretenden incrementar dicha disposición de dos hasta seis semanas.
Un tópico que, a su vez está replicando en materia política y de propaganda mediática lo es el de la situación laboral y de seguridad social que viven actualmente las trabajadoras del hogar, el detalle de mayor atención es el de su incorporación al Instituto Mexicano del Seguro Social, lo que esta por demás decir que es un iniciativa de aplaudir y reconocer, sin embargo, resulta evidente que nuevamente los legisladores no están considerando los efectos colaterales de estas iniciativas, consideremos, ¿Quiénes son la mayoría de los empleadores del servicio doméstico en este país?, desde nuestra óptica: la clase media, clase que si bien pudiera pagar dos o tres días a la semana de $350.00 cada uno, no puede adicionar a eso el costo de $950.00 mensuales de seguridad social, o sí, pero pagando el mínimo, detalle que ya no resulto conveniente para ninguna de las partes. Requerimos ser muy claros, ¿era necesario dotar a las trabajadoras del hogar de Seguridad Social?, ¡Desde luego que sí!, pero quien va a asumir el costo genuinamente ¿El Estado?, ¡desde luego que no! y ¿qué pasara entonces con la clase media que no pueda asumir el costo social de ser un “patrón formal”? pues tendrá que pagar menos, ya sea disminuyendo el ingreso neto a efecto de estar en posibilidades de cubrir sus obligaciones patronales o bien prescindiendo de dichos servicios.
Nuevamente el llamado a los legisladores sería a no apresurar sus dictámenes, estimamos que es preferente una legislación tardía pero efectiva, a una expedita que solamente cumpla con una agenda y un cronómetro político.