La Cámara de Diputados inicio los Diálogos Nacionales Sobre la Reforma Constitucional al Poder Judicial de la Federación (PJF), ejercicio que pretende ser un puente de colaboración interinstitucional con el objetivo de analizar, revisar y, en su caso, replantear la iniciativa con respecto a la elección de juzgadoras y juzgadores federales y de ministros y ministras de la Corte. A este primer encuentro asistieron los 10 ministros en funciones, consejeros del Consejo de la Judicatura y dirigentes de asociaciones de juzgadores, entre otros.
A pesar de mostrar disposición para escuchar y dialogar con los asistentes al Foro, legisladores de Morena y aliados, bajo el argumento de la mayoría y del mandato del pueblo, enfatizaron que la elección popular de jueces, magistrados y ministros va, pero escucharán sobre procedimientos, mecanismos y protocolos que garanticen independencia y autonomía plena de los órganos jurisdiccionales.
Los participantes en general afirmaron que no se oponen a una reforma integral del sector justicia, sin embargo, desafortunadamente, declaraciones como las del morenista Juan Ramiro Robledo, presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara baja, al decir vamos a escuchar pero “las cosas están claras hacia dónde van” o las de Ricardo Monreal e Ignacio Mier al afirmar que la elección popular de personas juzgadoras es “irreductible”, realmente bloquean la gran oportunidad de construir una propuesta que resuelva de manera integral la problemática de acceso a la justicia, la erradicación de la corrupción, la dilación en los procesos, reducción de la impunidad y, sobre todo, una que garantice plenamente la independencia y autonomía de los órganos encargados de impartir y administrar justicia, sin perder la división de poderes y los contrapesos.
Ante la inminente aprobación de la iniciativa tal cual está planteada, varios de los juzgadores y juzgadoras propusieron que se debe hacer un proceso de elección escalonado para no causar afectaciones a los miles de justiciables con procesos judiciales activos ni crear inestabilidad económica y social; éste es posiblemente el camino que los legisladores oficialistas podrían considerar, si es que existe la voluntad que dieron de tener un diálogo real. En su intervención la ministra presidenta, Norma Piña Hernández, enfatizó que la justicia en México no es un monopolio del Poder Judicial y una reforma así requiere “voluntad de reflexión”; junto con otros ministros pidió prudencia y responsabilidad. Varios de los expositores dejaron claro que la elección de juzgadores no es un método idóneo porque no soluciona los problemas en materia de justicia. Se resaltó que la reforma, más que solucionar problemas pareciera que tiene un tinte de venganza, que no busca la transformación del Poder Judicial, sino bajar los sueldos de la “cúpula” judicial, sin que ello implique la creación de más tribunales o el mejoramiento de las condiciones salariales de los trabajadores, a pesar del déficit de jueces que tenemos, ya que por cada 100,000 habitantes hay 0.36 jueces federales, un símil con los médicos en el sistema de salud, que tampoco mejoró la 4T, es más, casi lo enterraron.
No obstante que han dicho que el proceso de selección será riguroso, no hay garantía, si con la carrera judicial establecida hay “frutas podridas”, sencillamente es un argumento débil, tal como lo es el de que “el pueblo nos otorgó una mayoría” y la legitimación. Los candidatos pasarán por un filtro político, enfatizó el ministro González Alcántara. La militancia y sufragio desvirtuarán la carrera judicial, puntualizó Pérez Dayán y la jueza Juana Fuentes lanzó la cuestión a resolver, “si los jueces son elegidos por voto popular ¿cómo se le garantiza a la sociedad que su única lealtad sea la ley y la justicia y no a quienes los promueven?”
Serán nueve foros que concluirán en agosto y la comunidad del sector justicia pide que sean tomados en cuenta sus puntos de vista, con la seriedad que esta reforma de gran calado requiere, para encontrar un punto de inflexión en las rígidas posturas que hasta ahora hay en el oficialismo. A la mayoría dentro de la mayoría le tocará hacer un trabajo de real y comprometida deliberación, pues será un factor determinante para el sistema de justicia y para la sociedad mexicana en su totalidad.