Fui invitado por la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados a participar en el Parlamento Abierto de la Reforma Electoral, con el tema de propaganda gubernamental. Esta cuestión es una de las más complejas en nuestro modelo de comunicación política, y genera una discusión intensa e interesante, tanto respecto de los mensajes como de sus formas de difusión.
La propaganda gubernamental tiene por objeto que la población conozca los logros, acciones de la administración. Busca evidenciar el cumplimiento de las promesas, y recurre a diversos canales atendiendo al público destinatario.
Conforme nuestra Constitución, esta propaganda no debe utilizarse para posicionar a una persona funcionaria pública; además, en época de campañas y hasta la jornada electoral, debe restringirse a los temas de educación, salud, protección civil en caso de desastres, así como a la promoción que realicen las autoridades comiciales.
Esta actividad se relaciona con diversos derechos y principios: con el acceso a la información pública, que le permite a la ciudadanía conocer lo que hacen sus autoridades, lo que sirve para evaluarlas y ratificar o no la confianza en ellas; así como los servicios públicos que se ofrecen, sus trámites, requisitos y plazos.
También con la imparcialidad en el uso de recursos públicos: en tanto se realiza con dinero, personal y canales públicos, no debe tender a favorecer a una opción política o a perjudicar a otra.
Desde luego, también se vincula con el voto libre e informado: la ciudadanía debe votar en conciencia, enterada de las ofertas políticas, de las acciones de gobierno y también de las críticas.
Ahora bien, la propaganda gubernamental forma parte de un modelo de comunicación política que data de 2007. No parece un momento muy lejano en el tiempo, si lo contemplamos desde la perspectiva de la vida de una nación, pero la realidad es que debemos hacernos cargo de cómo hemos cambiado en estos pocos años.
Cuando se establecieron las regulaciones acerca de la difusión de obras y acciones gubernamentales, y surgieron las restricciones acerca del uso de los medios de comunicación electrónicos para fines políticos, nuestra democracia era esencialmente representativa.
Esto es, no teníamos aún a nivel nacional los mecanismos de la democracia participativa tales como las consultas populares y la revocación de mandato. Tampoco contábamos con las candidaturas independientes, ni se estilaban ejercicios como el parlamento o el cabildo abiertos.
Ciertamente en algunas entidades se ejecutaban mecanismos como los mencionados, pero ni esto se presentaba en la mayoría ni formaron parte de la discusión para definir el modelo de comunicación política.
Además, las redes sociales no tenían el impacto que hoy tienen. Facebook iniciaba, y ni hablar de Twitter o Instagram. TikTok, que ahora es una de las redes más usadas, no tenía visos de existir.
Nuestra democracia, así como la forma de comunicarnos, ha cambiado en maneras que no podían imaginar quienes diseñaron el modelo vigente. Por tanto, sugiero que se revise la legislación en materia de la propaganda gubernamental considerando lo siguiente:
- Modelo de comunicación política: el actual se ha construido pensando en radio y televisión, pero la emergencia de las redes sociales debe ser un factor a considerar.
- Impacto del Internet y las redes sociales: conforme el 18 Estudio sobre los hábitos de personas usuarias de internet en México 2022, de la Asociación de Internet MX, de 126 millones de mexicanos, 88 millones, el 75% tiene acceso a Internet[1]. Pero esto no es igual en todas las entidades, por ejemplo en Oaxaca, solo cerca del 29%[2]. Las redes sociales más usadas son Facebook, Youtube, Instagram y TikTok. Twitter ha caído al cuarto lugar. Y estas redes se encuentran en manos privadas.
- Diversas dimensiones de la democracia: ¿es posible regular de manera uniforme el modelo de comunicación para todas las modalidades de democracia?
- Visión completa La propaganda gubernamental, como las reglas de promoción personalizada, las reglas para el uso de radio y televisión así como el modelo de control constitucional previo, forma parte de un todo.
- Diversas dimensiones. El impacto del modelo, incluyendo la propaganda gubernamental, se da en lo presupuestario, en lo electoral y lo comunicativo. Se requiere un abordaje transversal.
Como puede observarse, el reto del Congreso de la Unión es lograr un nuevo marco jurídico acorde con las formas de comunicación actuales (y su posible evolución), con las distintas democracias que ejercemos; y realizar esto comprendiendo las diversas dimensiones en que impacta.
[1] https://www.asociaciondeinternet.mx/estudios/asociacion
[2] https://docs64.congresooaxaca.gob.mx/centros-estudios/CESOP/investigacion/conectividad_e_internet.pdf