portalforojuridico-maquinadeltiempo

Procuradurías y Juzgados: Accidentado Camino a la Paz

La Máquina del Tiempo Musical

“Los gobiernos deben encontrar mejores maneras de procurar e impartir justicia, pues, aunque parezca desvinculado, la efectividad de las instituciones de justicia tiene un directo, inmediato e influyente efecto en el anhelo de justicia.”

Con las elecciones, llegan los hechos de violencia, aparentemente desbordados.  Todos sabemos desde tiempos inmemorables, la violencia se ha usado para cambiar la percepción de la sociedad, y de forma sistemática se recrudece previo a las elecciones. ¿A quién beneficia, quién la promueve, qué se pretende? Algunos afirman tener todas las respuestas, la realidad es que, a golpe de datos duros y estadística, es un fenómeno que cíclicamente se repite en vísperas de procesos electorales.

Por ello, es tan importante destacar uno de los principales objetivos mundiales de la ONU, y quizás el más importante para la creación de dicho organismo internacional:  La búsqueda de la Paz. Los ideales debajo de esa aspiración humana, surgió y se reforzó después de muchos años de sufrimiento en momentos concretos de la historia de la humanidad.

La revolución americana, la Revolución Francesa, la Primera y Segunda Guerra Mundial, son ejemplos de días durísimos para el ser humano, que han justificado y consolidado esa búsqueda de la paz, como alternativa permanente a la guerra, a los abusos, a las muertes, y demás horrores que otras generaciones han vivido en carne propia.

A la distancia, las democracias siguen teniendo muchos temas por cumplirle a los ciudadanos del siglo XXI, entre otros, el tema de seguridad.  La alternativa más destacada y reciente sobre cómo atender esos problemas sociales, es el fenómeno Nayib Bukele quien, a costa de desatender derechos fundamentales, pudo hacer efectivo el anhelo de paz y tranquilidad en su país, desactivando a las pandillas más temibles del mundo, entre otras la Mara Salvatrucha.

El debate no se ha hecho esperar: defensores de derechos humanos de todo el mundo señalan al mandatario como represor e intransigente. Él responde con un 90 % de aceptación y popularidad en su país, el más alto de la región e incluso de mayor aceptación que el mismísimo líder de la iglesia católica, Jorge Mario Bergoglio, identificado como Papa Francisco.

Ante esa satisfacción de la sociedad salvadoreña, surge la pregunta si las formas de Bukele están justificadas, si la efectividad innegable de la baja de criminalidad en El Salvador debe realizarse a costa de lo que sea y si el modelo debe ser incorporado en otros países americanos. Una cosa está fuera de duda: los gobiernos deben encontrar mejores maneras de procurar e impartir justicia, pues, aunque parezca desvinculado, la efectividad de las instituciones de justicia tiene un directo, inmediato e influyente efecto en el anhelo de justicia.

En México, nadie puede hacer justicia por su propia mano. Pero no parece que todos los problemas de los mexicanos se tengan que resolver en los tribunales.  Si así fuese, los sistemas de justicia estuvieran colapsados.  La realidad es que son pocas las denuncias que se realizan, en comparación con los delitos que se cometen, pues las víctimas no están dispuestas a sufrir el calvario sistemático que muchas veces existe en órganos de investigación y juzgados.

¿Es la solución meter más dinero a los sistemas de justicia? De entrada, tendría que ser una acción inmediata, para crear más jueces, mejorar la efectividad de los órganos de justicia y responder en menos tiempo el trámite de los expedientes que parecieran infinitos.

Pero como se ha visto, al menos a nivel federal, una muy importante cantidad de dinero asignada a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, terminó en fideicomisos en beneficio de los ministros, y no precisamente en la creación de más y mejores centros de justicia. Otra inversión pendiente es la creación de Centros de Mediación y Conciliación. La cultura de la paz tiene un importante aliado en los mecanismos alternativos de solución de controversias, pero en el país falta mucho para universalizarlos.

Tanto por hacer, pareciera tarea imposible, pareciera que no existe infraestructura suficiente para tantos expedientes, se crea un nuevo juzgado y estará saturado en un breve tiempo. Se crea otro y lo mismo. Da la impresión que sin importar cuantos juzgados más se abran para atención a la ciudadanía, siempre habrá una mayor cantidad de asuntos.

“Es tan importante la cultura de paz, promoverla, generar centros de mediación y conciliación en todas las materias, empoderar al ciudadano y permitirle resolver de forma asistida sus problemas.”

Por eso es tan importante la cultura de paz, promoverla, generar centros de mediación y conciliación en todas las materias, empoderar al ciudadano y permitirle resolver de forma asistida sus problemas. Sin duda esa es una de las grandes tareas pendientes en las democracias latinoamericanas, y también en nuestro país, un sistema de justicia real, honesto, pronto y expedito, que libere de malas prácticas el cáncer que tarde o temprano aparece en las instituciones de justicia.

En algún libro de ciencia ficción se propone que los jueces, secretarios y magistrados, sean sustituidos por inteligencias artificiales, para hacerlos más eficientes, menos corrompibles y más rápidos.  ¿Tendrá esa visión un sentido real en un futuro no muy lejano?

Como sea, con humanos o con máquinas, el anhelo de justicia pronta y expedita sigue siendo una utopía en nuestro país.  Propongamos acciones que nos acerquen a ese anhelo, y nos permita disfrutar el próximo 21 de septiembre, Día Internacional de la Paz, con recomendaciones que realmente permitan llevar una mejor calidad de vida a todos los mexicanos, a través de la correcta y oportuna atención a sus demandas de legalidad y justicia.

COMPARTIR

Artículos

RELACIONADOS