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Premio al Mérito Editorial 2023: Quetzalli De la Concha

Foro de Propiedad Intelectual

“Como no se puede negar la propia esencia, terminé encontrando el camino en el que el derecho y el arte se hacían uno solo: la propiedad intelectual, y dentro de dicha área, los derechos de autor.”

El pasado viernes 24 de marzo de 2023 será recordado como un día de plácemes en la vida profesional y académica de la Mtra. Quetzalli de la Concha Pichardo, quien recibió el Premio al Mérito Editorialotorgado por la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM). La experta en Derechos de Autor, actual Presidente del Comité de Derecho de Autor y Derechos Conexos de la Asociación Mexicana para la Protección de la Propiedad Intelectual (AMPPI), recibió un reconocimiento y una medalla al mérito, así como la placa con su nombre en el monumento que reviste la historia de las instalaciones de la CANIEM, en Coyoacán, Ciudad de México.

Quetzalli de la Concha es parte de la familia de Foro Jurídico, por lo que nos unimos al festejo dedicando la Columna de Propiedad Intelectual de este mes para plasmar algunos fragmentos del discurso que engalanó la tarde de su reconocimiento.

“Ganar el premio al Mérito Editorial es un privilegio, pero ante todo es una gran alegría. Es una alegría indescriptible para mí, porque desde que me enamoré del mundo del libro, hace ya tantos años, confieso que siempre soñé con este premio. Fue una sorpresa y una gran felicidad, por recibirlo, siendo abogada, no editora, y siendo mujer.

Amo profunda y verdaderamente lo que hago. Dedicarme a los autores y a los libros, a la edición y a los editores, es una pasión que llena cada instante de mi vida. Estoy muy agradecida con el gremio editorial que hacen posible que exista el mundo de los libros. Gracias a ustedes yo puedo dedicar mi vida a esto.

Románticamente elegí mi carrera pensando en cómo podía conjuntar mi pasión y aportar algo a la sociedad. En el fondo tenía alma de artista, pero, aunque el arte apasiona y aporta, también atemoriza un poco…, y así, terminé por ser abogada…, y como no se puede negar la propia esencia, terminé encontrando el camino en el que el derecho y el arte se hacían uno solo: la propiedad intelectual, y dentro de dicha área, los derechos de autor.

Así la vida me condujo a los libros, a los editores y a los autores, con ello me llevó a vivir en medio de la esencia de la humanidad. Porque eso es lo maravilloso de los libros. Todo lo que somos y creamos como especie humana, está reflejado en este maravilloso objeto que es un libro.

Las páginas encierran, protegen y transmiten la palabra escrita, que es el máximo símbolo de la palabra hablada, y muestra de la complejidad y abstracción que es la mente humana. Nos es tan común y cotidiano el libro que no reparamos en su magia y en su misterio. Hablar es crear de la nada. Nombrar es dar existencia a las cosas. Escribir lo nombrado es darle eternidad. Editarlo y publicarlo es entregarle esa maravilla a la humanidad entera. Eso es lo que nosotros hacemos.

Autores, impresores y libros forjaron los cimientos del mundo moderno. Al permitir la transmisión de las ideas fundamentaron la sociedad del conocimiento; al permitir el encuentro de dichas ideas fomentaron el pensamiento crítico, y al hacerlo, fueron impulsores y cómplices de la libertad y la creatividad, de los derechos humanos y civiles, de la ciencia, de la Revolución francesa, de la democracia. A eso nos dedicamos en el mundo editorial, a crear la libertad, a motivar el espíritu humano, a romper las barreras de la ignorancia y construir una mejor sociedad.

Como mujer me compromete. Las mujeres del siglo XVIII comenzaron a luchar por derechos que resultaron ser sólo del hombre y el ciudadano. Las mujeres y ciudadanas tuvieron que seguir en la lucha, y lo hicieron, porque no podía ser de otra forma, a través de ideas y de libros; porque es así como se cambia el mundo.

Muchas mujeres del pasado lucharon; y hoy el mundo sí es diferente. Yo me considero parte de una generación de transición. Antes de mí hubo revolución y lucha social; gracias a esas generaciones comenzaron lentamente a abrirse espacios. Y si bien no hemos logrado la equidad, gracias a las generaciones de la revolución yo crecí en este mundo, donde puedo ser mujer, abogada y libre.

Este mundo aún regido por hombres, pero con la presencia cada vez mayor de las mujeres, que debemos buscar equidad y no privilegio, justicia y no revancha; porque el mundo lo habitamos hombres y mujeres, así, juntos; y sólo juntos podemos hacerlo un lugar mejor. Es momento de construir algo nuevo después de que las luchas del pasado crearon el terreno fértil. A mi generación le toca construir. Es momento de la colaboración, de la equidad y la igualdad, de la concordia. Es momento de construir paz.

“El libro es el responsable de la trascendencia del conocimiento y del nacimiento de la historia, es la memoria de la consciencia humana. Ese es nuestro legado.”

Para la paz, para un mundo mejor, tenemos a los autores, a los editores y a los libros; porque siempre crean, siempre buscan, siempre creen en las ideas como motor de la sociedad. Somos los herederos de Gutenberg y John Locke, de Shakespeare y Cervantes, de Voltaire y de Víctor Hugo. Tenemos una maravillosa profesión y una fundamental responsabilidad. El libro es el responsable de la trascendencia del conocimiento y del nacimiento de la historia, es la memoria de la consciencia humana. Ese es nuestro legado.

En un mundo frenético, casi desquiciado, que nunca se detiene, con la inmediatez como vicio y la desinformación como enfermedad, el libro puede representar un remanso de paz, un espacio para la serenidad, y una ventana para la información.

Todo eso es lo que veo yo en el mundo de los libros, en ese mundo que ustedes ayudan a construir y sostener. Por eso lo hago con mucho amor, agradecida con todos por la oportunidad de vivir de mi pasión, vivir de promover la creatividad, el pensamiento, el talento y el arte. Me honra de forma especial recibir un reconocimiento de este calibre, en una industria donde todos se dedican y entregan con pasión, y luchan con tenacidad para que sobreviva, la industria que considero mi casa: el mundo de los libros.”

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