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Pone en riesgo AMLO por razones políticas salud y educación de 300 mil bebés

La campaña política que mantiene Andrés Manuel López Obrador en sus primeros 75 días como Presidente de la República, le está redituando muchos conflictos y al anunciar reiteradamente que le quita el apoyo económico a las estancias infantiles, simplemente “porque me canso ganso”,  está poniendo en riesgo la salud, la educación y la atención a 300,000 bebés en todo el país.

Cuando la tarde del sábado 1o. de diciembre de 2018 leyó, en la Plaza de la Constitución, los puntos que regirían en su gobierno, en el punto tercero puso énfasis al decir que se mantendrían las estancias infantiles, otorgándoles mayores recursos, inclusive habló de regularizar las que maneja o administra la esposa del presidente del Partido del Trabajo, el negocio familiar de Alberto Anaya Gutiérrez, dueño del PT desde hace 30 años. Sin embargo la promesa ya murió. Los planes políticos ya cambiaron. López Obrador ha reiterado que nada de apoyo a las estancias infantiles, porque el dinero se va a entregar directamente, por medio de tarjetas bancarias, a las madres de familia. Esa es la fórmula que el tabasqueño aplica “para acabar con la corrupción”. Desde luego salta a la vista, que el Señor Presidente ni idea tiene de cómo funciona una estancia infantil y menos aún todo lo concerniente a su estructura en beneficio de los bebés.

Al asestar este golpe, Andrés Manuel da un giro de 360 grados a una de las promesas que hizo. Como afirmó un taxista de la CDMX, al platicar con el comentarista Pepe Fonseca, en el programa radiofónico de López Dóriga, “López Obrador cuando era candidato actuaba como presidente y ahora de presidente, lo veo como candidato arriando contra todos sus antecesores”.

En una estancia infantil, con horarios previamente autorizados, los niños desde recién nacidos hasta los 4 años de edad, reciben una atención por profesionistas especializados, debidamente preparados,como son los encargados de preparar los alimentos, la educadora, el médico general, un psicólogo o psicóloga, el personal encargado de mantener aseadas al cien por ciento las instalaciones. Las madres de familia o los padres, en ambos casos trátese de solteros, viudos, divorciados, se van a sus respectivos trabajos con la seguridad de que sus hijos quedan bajo buen cuidado.

Este es un problema que comenzó en forma silenciosa, pero que sorprendió a las madres y a los padres cuando en las estancias les comunicaron que ya no había subsidio oficial, equivalente a 900  pesos mensuales. Después el secretario de Hacienda, un señor de apellido Urzúa, tuvo a bien “informar” que los abuelitos podían hacerse cargo de los pequeñines. Obvio que las protestas no esperaron, pero, como siempre ocurre, nadie los escuchó y la voz presidencial –la de las conferencias mañaneras—dijo que se entregarían 1,600 pesos bimestrales, sin intermediarios.

López Obrador y el señor Urzúa andan por veredas chuecas. Los abuelitos físicamente ya cumplieron como padres de sus hijos, pero ya no tienen facultades físicas para “seguir en la talacha”. No son personas con preparación para dar atención a un  bebé. Pero, otro que no podía faltar, ¿y los bebés que no tienen abuelitos o que éstos vivan muy lejos del hogar maternal?

Por supuesto que el diputado Mario Delgado, hijo político de Marcelo Ebrard, se suma a la determinación lopezobradorista, porque, simplemente, si él es padre de bebés, no tiene necesidad de llevarlos a una  estancia infantil. El problema ya cobró fuerza nacional y deberá tener una solución sensata. Si hubo corrupción en algunas estancias, pues que se corrija la situación y se sancione a los responsables. No creo que en todas las estancias se cometieron irregularidades.

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