Como se ha informado en los distintos espacios noticiosos, el primero de julio entró en vigor el Acuerdo Trilateral de Comercio entre Canadá, Estados Unidos de Norteamérica y los Estados Unidos Mexicanos, identificado como T-MEC. De hecho, el decreto ya fue publicado en el Diario Oficial de la Federación y sustituye al Tratado de Libre Comercio de América del Norte de 1994. Para armonizar las Leyes y actualizar el Marco Jurídico que diera entrada a la implementación de este acuerdo, se convocó a periodos extraordinarios a los legisladores de ambas Cámaras, para tales efectos.
Por ser un tratado de múltiples beneficios para la economía nacional se requiere justo de esos ajustes en la legislación, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, en la sesión del pasado 28 de junio, aprobó convocar a un periodo extraordinario de la Cámara de Senadores para discutir y dictaminar un paquete de leyes relacionadas con el T-MEC. Aprobaron, entre otros dictámenes, expedir la Ley de Impuestos Generales de Importación y Exportación, y la Ley de Infraestructura de la Calidad, así como reformar y adicionar diversas disposiciones de la Ley Aduanera; abrogar la Ley Federal sobre Metrología y Normalización, y aprobar el Acuerdo en Materia de Cooperación Ambiental entre los gobiernos de los Estados Unidos Mexicanos, de los Estados Unidos de América y de Canadá.
Posteriormente y conforme a lo establecido en las normas legislativas, la Cámara de Origen pasaría los dictámenes para que, en su caso, la Cámara Revisora, es decir la de Diputados, quien se pronunciara al respecto.
En la iniciativa correspondiente a la convocatoria del período extraordinario de la Cámara de Diputados, el grupo parlamentario de la mayoría, decidió, como si fueran simples palabritas, incluir en el resolutivo B) 2, lo relativo a los Acuerdos de los órganos de Gobierno, «entre otros temas«, motivo por el cual, fue rechazada por los integrantes del bloque de contención, con lo cual no se reunieron los votos necesarios de las dos terceras partes de los presentes para que la propuesta fuera aprobada.
Los legisladores del bloque de mayoría han dado muestra de abuso de confianza y soberbia, puesto que se han caracterizado por conformar un grupo sumiso a las directrices dictadas desde Palacio Nacional, que defiende a ultranza, y sin tolerancia alguna a quienes piensan diferente, los postulados de la 4T.
Dice el refrán popular que «papelito habla», mismo que se hace exigible y necesario en los asuntos relacionados con la acción de legislar. La experiencia ha demostrado que se utiliza esta expresión para dar formalidad a la concreción de acuerdos verbales, porque «a las palabras se las lleva el viento» y los parlamentarios de oposición no tienen elementos para confiar en las promesas dichas por el grupo mayoritario y sus aliados.
Después del intercambio de acusaciones entre los legisladores oficialistas y la oposición, además de un proceso de negociación por parte del Presidente de la Junta de Coordinación Política en el Senado de la República y con los ajustes requeridos, fundamentalmente la eliminación del «entre otros» asuntos, se aprobó convocar al Segundo Periodo de Sesiones Extraordinarias en el Segundo Año de Ejercicio de la LXIV Legislatura en la Cámara de Diputados.
Conscientes de los mayoriteos y excesos que caracterizan a esas fracciones parlamentarias, los diputados de oposición (sobre todo del grupo parlamentario de Acción Nacional) aceptaron, con todos los protocolos sanitarios requeridos, discutir en la Cámara lo relativo a las leyes secundarias del T-MEC, que es crucial para la economía nacional y de interés para las y los mexicanos.
Es curioso este proceso. Se trata de dictámenes que a la vista de cualquiera -pero en particular en palabras del diputado Porfirio Muñoz Ledo- «son profundamente neoliberales, porque favorecen «a las grandes empresas en detrimento de los trabajadores».
Lo que extraña es que la izquierda transformadora, esa que rechaza todo lo que tiene que ver con el pasado, continúe con la visión de un acuerdo que recuerda el sexenio del expresidente Carlos Salinas de Gortari, «el innombrable», el jefe de la “mafia del poder” como diría quien hoy habita Palacio Nacional. Es entonces simulada la forma de seguir con la política neoliberal. En suma, mejor prevenir con el papelito que habla que lamentar con el abuso mayoritario a conveniencia. Aplica para lo nacional e internacional. Lo veremos en la próxima visita del Presidente de la República en su visita a Estados Unidos.