Finalmente, las elecciones han pasado en nuestro país y uno de los temas de la agenda bilateral con nuestros vecinos del norte es el de los migrantes. Sin embargo, ellos también estarán en un competido y muy controvertido proceso electoral, dependiendo de quien sea el próximo presidente, se delimitarán las intenciones y visiones de ambos países para analizar, proponer e intentar resolver el fenómeno social.
Este tema, tan estudiado, analizado y valorado por los derechos humanos y las Naciones Unidas, parece volverse palabras de cenizas, cuando los países deben aplicar las protecciones y consideraciones a favor de esas personas que de forma constante y común se les trata como criminales.
Además, de llegar Trump a la presidencia norteamericana bajo sus principios exacerbadamente nacionalistas y con el discurso de odio hacia los mexicanos expuesto de forma abierta y sin tapujos en su campaña anterior, sin duda será un tema dificil de atender y de ejecutar bajo los principios de protección internacionales, y el gran reto será crear programas conjuntos y políticas públicas en ambos lados de la frontera, de atención integral a ese fenómeno tan marcado en los últimos años.
Es indispensable valorar el enorme aporte de los migrantes a la economía de ambos países, y fuente importante de mano de obra, especialmente en sectores como la agricultura, la construcción y los servicios, que son fundamentales para el desarrollo económico, además de lo cultural y social.
Por ello, se deben buscar mecanismos de protección efectivos contra abusos y violencia, y asegurar el acceso a servicios básicos como salud, educación y vivienda. Es crucial que el gobierno mexicano, en colaboración con organizaciones internacionales y de la sociedad civil, desarrolle políticas y programas que promuevan la dignidad y el bienestar de los migrantes, y las políticas migratorias sean más inclusivas y humanas, estableciendo rutas seguras y legales para el tránsito de personas y sus familias, eliminando barreras burocráticas sin poner en riesgo a quienes no realizan actividades ilícitas. Menudo reto para el próximo gobierno nacional, quienes deberán lograr una coordinación internacional con quien llegue a la presidencia del vecino del norte, para ajustar un tema que para muchos es un polvorín.
El sentimiento de este fenómeno humano ha sido retratado en diferentes canciones. Por ejemplo, Manu Chao, con su estilo característico, relata en “Clandestino” la vida de quienes viven en la sombra, sin documentos, en tierras extranjeras. La canción es un himno a los inmigrantes indocumentados que buscan una vida mejor. La Santa Cecilia aborda en “El hielo”, el miedo constante y la incertidumbre que sienten los inmigrantes indocumentados en los Estados Unidos ante la amenaza de la deportación. La letra es una poderosa denuncia de las políticas migratorias y sus efectos en las familias. La banda internacional mexicana Maná en el tema “Pobre Juan” cuenta la trágica historia de un inmigrante que busca cruzar la frontera hacia Estados Unidos. La canción destaca los peligros y sacrificios que enfrentan quienes buscan un futuro mejor lejos de su tierra natal. El guatemalteco Ricardo Arjona, grabando con el grupo Intocable, explica en “Mojado” a ritmo de balada las dificultades y desventuras de un inmigrante indocumentado, bajo una perspectiva humanizadora sobre la travesía de los viajeros. Imposible dejar fuera a los Tigres del Norte cuyo tema “La jaula de Oro” describe la paradoja de los inmigrantes que, aunque han encontrado estabilidad económica en Estados Unidos, viven atrapados en una “jaula de oro”, separados de su cultura y raíces.
Esta misma banda dedicó otro tema a los inmigrantes mexicanos que viven en Estados Unidos, reconociendo sus luchas, sacrificios, pero destacando también su resilencia y espíritu trabajador inagotable. El controvertido vocalista René Pérez, con su agrupación Calle 13, dedicó a los inmigrantes de un mundo globalizado la identidad y diáspora latina en “Pal Norte”. En otro tema llamado “Latinoamerica”, celebra la identidad y resistencia de los pueblos de América Latina. Aunque no se centra exclusivamente en la migración, aborda las raíces y la lucha de aquellos que migran en busca de un futuro mejor. Imposible dejar fuera a nuestra Lila Downs con su melodía “La travesía”, donde con su inconfundible estilo narra las dificultades y peligros que enfrentan los migrantes al cruzar fronteras. La canción es un llamado a la empatía y la solidaridad con los migrantes. Y cerramos estas recomendaciones con el trabajo titulado “El emigrante” del español Juanito Valderrama, donde narra el dolor y la nostalgia de quienes dejan su tierra natal, y su permanente anhelo de volver a la tierra que los vió nacer.
En la música anglosajona, Led Zepelling propuso “Inmigrant Song”, Neil Diamond “Coming to America”, Bruce Springsteen “American Land” y Willie Nelson “Across the Borderline”, por citar algunas famosas melodías que abordan con distintos enfoques el tema migratorio.
Estas letras y melodías nos invitan a reflexionar sobre las causas y consecuencias de la migración, y nos recuerdan la importancia de la empatía y la humanidad. La música, como forma de arte, tiene el poder de sensibilizar y movilizar a la sociedad, y estas canciones son prueba de ello. En un mundo cada vez más globalizado, es crucial reconocer y valorar las experiencias de los migrantes, quienes enriquecen nuestras culturas y sociedades con su valentía y resiliencia.
Que el dolor de emigrar de la tierra propia no signifique perder la dignidad humana. Bastante castigo es lo primero, y terrible soportar lo segundo. El tema incómodo ya tiene puesta la mesa, esperando a los nuevos protagonistas de ambos países, para ver como, en el primer cuarto del siglo XXI, resuelven este añejo tema.