La violencia continúa haciendo de las suyas en la Ciudad de México, los delitos que tienen que ver con el narcotráfico y con la violencia en general se han disparado alarmantemente.
El pasado viernes 14 de septiembre del 2018, en la zona de la famosa y tradicional Plaza Garibaldi, alrededor de las diez de la noche, tres sujetos vestidos de mariachis fueron los responsables de victimar a por lo menos 10 personas, de las que tres de ellas perdieron la vida, fueron 60 casquillos percutidos según algunas versiones de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México.
Aunque el exjefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, y sus funcionarios de seguridad y justicia siempre aseguraron una y otra vez que los cárteles del narcotráfico no operaban en el Distrito Federal, la verdad es que los hechos tienen tiempo demostrando lo contrario.
Garibaldi es considerado como un centro de distribución de marihuana, cocaína, heroína y cristal, plaza que se disputan los cárteles de La Unión de Tepito y La Fuerza Anti-Unión, además de continuar con los levantones, ejecuciones y hechos que son considerados como los clásicos del narcotráfico.
No obstante lo anterior, las actuales autoridades insisten en que es una pelea entre bandas de narcomenudeo y no de cárteles o de delincuencia organizada, pero basta con recordar algunos eventos sucedidos en la Condesa, Roma, Polanco o Centro Histórico, los colgados, calcinados y narcomantas dirigidas a las autoridades locales, así como los ejecutados en diferentes zonas de la ciudad.
Otra característica de los cárteles y de la delincuencia organizada, son las extorsiones, la trata de personas, la pornografía infantil, migración ilegal, tráfico de drogas, etcétera, actividades que se siguen dando aquí en la ciudad, seguimos observando en diversos puntos de las avenidas principales a los halcones, quienes están pendientes de lo que sucede en los diferentes territorios e informan de manera inmediata a sus jefes para llevar que estén alertas ante cualquier peligro inminente, ya sea por un ataque de sus enemigos o un operativo de las autoridades policiales, ya sean locales o federales.
En la Ciudad de México, sabemos que existe insuficiencia e incapacidad de recursos humanos materiales, financieros, logísticos y de inteligencia entre los cuerpos de seguridad pública y procuración de justicia, ya que, lamentablemente los resultados arrojan que han sido rebasadas y penetradas por los cárteles y la delincuencia organizada.
Los ciudadanos seguimos exigiendo seguridad, pero sobre todo, mejoras en las actuaciones de nuestras instituciones para tener la confianza de que habrá justicia y no impunidad, por ello, esperamos que el próximo Gobierno de la Ciudad de México, que estará a cargo de Claudia Sheinbaum, pueda combatir a los cárteles y a la delincuencia organizada con las propuestas que hizo en campaña, como son la de profesionalizar a la policía, erradicar la corrupción en la Secretaría de Seguridad Pública y Procuraduría General de Justicia, modernización de la misma Procuraduría, evaluaciones ciudadanas a las instancias de seguridad, incrementar cámaras de seguridad, contar con una buena base de datos sobre la delincuencia, capacitación sobre el nuevo sistema de justicia penal para todo el personal que intervienen en el proceso de procuración, impartición y ejecución de justicia, no criminalización de los jóvenes y atención a los adictos.
Estos casos como los de Garibaldi, nos dejan mucho que pensar respecto a la actuación de las autoridades, así que debemos de confiar que en los próximos meses, todo tiene que cambiar, la salida del actual gobierno deberá de dejar en marcha las estrategias de seguridad que conlleven a que las propuestas antes mencionadas y con una adecuada y actualizada política criminal, se pueda dar mejores resultados y así los ciudadanos podamos vivir con mayor seguridad y no con inseguridad.