Desde hace semanas, el titular del Ejecutivo no deja pasar oportunidad para atacar al árbitro electoral, el Instituto Nacional Electoral (INE). Con motivo de la sustitución de cuatro Consejeros Electorales, a pregunta de reportera, respuesta de largo alcance del habitante de Palacio Nacional: «Han estado ahí gentes oportunistas, serviles, obedientes al poder, sometidos a los grupos de intereses creados, gente inmoral que han avalado fraudes electorales. Entonces, que eso no suceda y que lo resuelva la Cámara de Diputados, y que sea la gente, repito, más idónea por su integridad, por su rectitud… personas, mujeres, hombres honestos, íntegros, que tengan principios, que tengan ideales, que sean verdaderos demócratas, porque hay una mala experiencia en la integración del instituto electoral en nuestro país, por lo general no ha estado a la altura de las circunstancias y por eso los fraudes electorales, porque no hay autoridad electoral independiente que defienda el derecho de los ciudadanos a elegir libremente a sus autoridades«.
El mensaje es claro para sus afines en San Lázaro: el Presidente, a su modo, quiere meter mano en la designación de los nuevos consejeros electorales y, posteriormente, realizar las maniobras necesarias para cambiar al Consejero Presidente y así tener el control electoral; quiere personas que justificarán las nuevas formas del lucro electoral y de fraude «a la Morena«. Sus palabras son señales para los grupos parlamentarios de Morena y sus aliados que, ya sea por apoyo o por línea institucional, también aprovechan cualquier espacio para cuestionar el papel de la máxima autoridad en las elecciones federales. Olvidan que esta institución, a la que tanto desprestigian es la misma que declaró la validez de los resultados electorales de 2018, lo que les permitió llegar de forma pacífica -gracias a la suma de sufragios-, a los cargos que hoy desempeñan, cargos que deben honrar con responsabilidad y honestidad profesional, de guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanan, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo que el pueblo les ha conferido, mirando en todo por el bien y la prosperidad de la Unión.
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No se debe olvidar que muchas y muchos de esos legisladores tienen la encomienda de seleccionar, de manera imparcial y objetiva, a quienes sustituirán a los Consejeros Electorales que por ley, terminaron su periodo de gestión como integrantes del Consejo General del INE, proceso que quedó pendiente por el confinamiento, consecuencia de la pandemia de Covid-19, y que está por retomarse en unos días y de manera virtual, según se acordó en la sesión extraordinaria de la Cámara de Diputados realizada la semana pasada.
Desde el inicio de las sesiones de trabajo para integrar el Comité Técnico de Evaluación (CTE), se tuvieron fuertes discusiones por la propuesta de uno de sus integrantes, por ser incondicional de la 4T y esposo de una secretaria de Estado, el cual, en sus ratos libres, ha cuestionado el papel del coordinador parlamentario de Morena en el Senado de la República, y no sólo eso, sino que ha llamado a la insurrección interna de ese grupo parlamentario. Vaya ejemplo de «autonomía e independencia», con indiscutible color político que tiene filias, fobias y una t en la frente.
El procedimiento es el siguiente: del 9 al 13 de julio, al menos cuatro de los siete integrantes del CTE realizarán entrevistas virtuales, de 30 minutos, a 60 aspirantes. Quedarán 20 candidatos (la tercera parte), que integrarán cuatro quintetas que se presentarán a la Junta de Coordinación Política. Se acordó que 10 semifinalistas y dos quintetas deben ser mujeres. Vale la pena recordar que ciudadanas y ciudadanos participaron en la elaboración de algunas de las preguntas que se harán a las y los candidatos. Es así como se elegirán las y los consejeros que durarán en su cargo nueve años (2020 a abril de 2029) para que sean sometidas al Pleno de la Cámara de Diputados el 22 de julio.
En los días por venir ya veremos cómo funcionan las mayorías. Veremos si es cierto que honrarán su juramento de guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes que de ella emanan; si es que no se vota por nombramientos a modo, o de cuates y cuotas. ¿Estará echada ya la suerte?, si reciben línea o votan por los intereses de su grupo y filiación, que la Nación se lo demande.
