El uso de tecnología que afecta nuestro entorno, nuestro medio ambiente, no debería ser una cuestión a menos sino a más o podríamos empezar a preguntarnos: ¿dónde pensamos habitar?
El debate de las bombas antigranizo a la mesa
Hace pocas semanas se iniciaba un debate en torno a las bombas antigranizo que la agencia automovilística Volkswagen usaba en el estado de Puebla para evitar daños a sus vehículos y las cuales, de acuerdo con pobladores locales, evitaban que se formaran precipitaciones con lo que quedaban afectadas sus siembras puesto que dependen de la lluvia de temporal para poder cosechar y tener un ingreso.
Así, surgen dos visiones sobre la utilización de un producto químico conocido como “yoduro de plata” para evitar el granizo (u otros compuestos dependiendo del producto adquirido), el que se esparce por medio de avionetas directamente sobre las nubes, en cartuchos similares a una bomba de estruendo.
Ante el cuestionamiento que realizaban los pobladores y las múltiples peticiones a VW se atrajo la mediatización nacional, algunos a favor y otro más en contra del uso de “tecnologías” antigranizo, algunos argumentando que no afectaban las precipitaciones ya que su finalidad es simplemente evitar, como su nombre lo indica, la formación de piedras de hielo; frente a éste argumento se erige firmemente la realidad que nos demuestra que sí existe una afectación.
Pero éste debate no es nuevo ya había sucedido en San Luis Potosí, Chihuahua y Guadalajara, por mencionar sólo a nuestro país porque el mismo problema se ha manifestado en regiones de Estados Unidos, China, España, Argentina, entre otros, y siempre se ha llegado a la misma conclusión: no ayudan al medio ambiente y sí lo afectan.
El costo-beneficio de las bombas antigranizo
Pongamos las cartas sobre la mesa contestando a unas simples interrogantes: Si las mencionadas bombas afectan nuestro medio ambiente ¿por qué continúan utilizándose? ¿quiénes son los más beneficiados con su uso? ¿quiénes son los perjudicados? ¿pueden acceder los perjudicados a un medio de justicia medioambiental eficaz?
A la primera interrogante responderíamos que se continúan utilizando por la simple razón de que no se encuentran reguladas en la legislación mexicana que nada ha avanzado en materia medioambiental, una materia a la que ha relegado al olvido siempre bajo el pretexto de existir “iniciativas prioritarias”.
Si queremos saber a quiénes beneficia el uso de tal “tecnología” sólo hace falta dirigir nuestra mirada a las grandes empresas transnacionales a las que les importa un meñique la seguridad ambiental y la protección medioambiental (que tal si nos acordamos un poco del escándalo de VW respecto de sus automotores de combustión a diésel que dañan grave e irreparablemente el medio ambiente), y claro tenemos a los gobiernos solapadores de dichas empresas que no legislan para no multar y no multan para obtener sus respectivos beneficios económicos.
Evidentemente, para los últimos dos cuestionamientos, hayamos a un sector vulnerable sin posibilidades, en su mayoría económicas, de poder acceder a la justicia y sin contar con un medio eficaz que los ampare.
El México que olvida
Nuestro país carece de mucha memoria y, lamentablemente, con la rapidez con la que la bomba antigranizo y el malestar que causó a los pobladores se hizo viral, con esa misma fugacidad se le olvida a nuestro México que falta mucho por hacer, se le olvida que sólo tenemos un hogar al que debemos cuidar, un planeta en el que podemos habitar.
Leía hace unos pocos días un artículo publicado por un gran amigo, Rafael Sánchez Domínguez, en la revista Foro Jurídico en el que mencionaba un principio de igualdad biológica en el que convergemos humanos, animales y plantas haciendo posible la vida; pero si los seres humanos continuamos olvidando la importancia de la biósfera terrestre ésta se irá olvidando de la especie humana la cual terminará por extinguirse a sí misma.