Entrevista con Martha Verano Maya Valencia. Abogada en el despacho Richter Ramírez Asociados S.C. y asociada en el despacho García & Maya Abogados
¿Desde su óptica cómo ha modificado la tecnología a la práctica de los abogados?
Ha sido como un cambio casi total de chip, para la mayoría ha sido difícil comprender y aceptar. Considero que principalmente es un proceso de “adaptación”, ya que familiarizarse con la tecnología para muchos ha sido un proceso casi de un día para otro, esto derivado de la actual contingencia sanitaria en que nos encontramos por el virus del Covid-19, pues aunque ya se contaban con algunas plataformas jurídico-digitales para facilitar nuestro labor, por ejemplo el Sistema Integral para Consulta de Resoluciones del TSJCDMX (SICOR), Búho legal, Enlace Jurídico y hasta con Juicio en línea en el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa y divorcio en línea en el Estado de México, pocos abogados aprovechaban estas herramientas pensando que estábamos muy lejos de la implementación de las TIC en el derecho.
Por esto menciono que fue un cambio de chip de un día para otro, pues desde que comenzó la pandemia las autoridades de impartición de justicia han implementado plataformas digitales, tanto para presentar demandas y agendar citas vía electrónica, acceso al expediente electrónico, como para evitar aglomeraciones en los juzgados principalmente, lo que ha ocasionado un gran rezago y crisis laboral en aquellos despachos y abogados postulantes que no han logrado erradicar los mitos y tabúes referentes a la justicia digital, ya sea por desconocimiento, por renuencia y hasta miedo de que un robot será capaz de suplantar nuestro trabajo.
Lo anterior demuestra que nos encontramos ante una revolución jurídico-digital, en la que tenemos que renovarnos y principalmente estar dispuestos a aprender o, como diría Alvin Toffler, “Los analfabetos del siglo XXI no son aquellos que no saben leer ni escribir; sino los que no sepan aprender y reaprender”, lo cual acentúa la importancia de este cambio de paradigma.
2.- ¿Cómo ve la práctica profesional de los abogados en un futuro cercano?, ¿en qué va a cambiar?
Veo la practica profesional de la abogacía totalmente transformada, tanto en el ámbito laboral, como en el académico, en el primero de los casos ya lo estamos presenciando, solo es cuestión de tiempo para perfeccionar y comenzar a implementar la justica digital en todas las autoridades de impartición de justicia, así ya no será necesario estar formados por horas para la presentación de una demanda o para la revisión de un expediente, ya no tendremos que desplazarnos al juzgado para llegar a tiempo a la celebración de nuestra audiencia, únicamente bastará con encender nuestro monitor de la computadora o equipo móvil sin importar nuestra geolocalización.
Ya no será necesario leer compilaciones sacramentales para encontrar jurisprudencias, fundamentos legales, para motivar correctamente nuestros escritos, porque si bien es cierto que en la actualidad ya contamos con plataformas como el Semanario Judicial de la Federación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que facilitan estas búsquedas, no dudo que pronto podamos contar con un sistema como ROSS, considerado el primer robot abogado, un software creado por IBM con inteligencia artificial (IA) capaz de rastrear más de diez mil páginas por segundo y recomendar artículos legales para estudiarlos. Este software ha creado mucha polémica pues se cree que podría remplazar a un abogado, lejos de eso yo veo que la incorporación de la IA en las prácticas de un abogado servirá como herramienta para facilitar nuestro trabajo y ganar horas que podemos invertir en ser más proactivos.
En la cuestión académica, la abogacía de igual manera presenta y seguirá presentando grandes cambios que incentivarán un mayor compromiso en los estudiantes de la carrera, un ejemplo de ello es que gracias a la tecnología es posible fortalecer la responsabilidad social entre los estudiantes ya que el uso de las redes sociales les permite participar activamente en grandes cambios de su entorno, como el movimiento feminista o las desapariciones de mujeres. Con el uso de un teléfono inteligente o una computadora con acceso a internet es posible compartir y difundir información para que se haga viral y con esto apoyar a los movimientos sin necesidad de estar in situ. Lo que deriva en una gran responsabilidad pues compartir información solo por compartir podría ser más perjudicial que un apoyo, es decir, me refiero a no revisar detalles mínimos de la veracidad de la noticia, como fuentes, fecha de la información, autor de la información, entre las más importantes.
¿Para usted que significa el concepto de abogado digital?
El abogado digital debe ser multidisciplinario, es decir, un estudioso tanto de disciplinas sociales, como tecnológicas, es aquel que sabe trabajar en equipo pues se necesita de varios expertos en diversas materias para perfeccionar un análisis. Un abogado digital es el que implementa en su día a día el uso de las TIC, ya sea para resolver un conflicto sin necesidad de acudir a un Órgano Jurisdiccional e implementando como solución alternativa los Online Dispute Resolution (ODR) o simplemente como una herramienta para facilitar nuestra labor.
También considero que un abogado digital es aquel que disfruta compartir conocimientos tanto prácticos como teóricos, experiencias jurídicas del día a día, toda vez que los que estamos interesados en esta materia sabemos muy bien que al menos en México son casi nulas las universidades que cuentan con una especialidad en derecho informático; pocas son las que integran en su temario al menos la impartición de la materia, en cuestión doctrinaria se cuenta con muy poco material, por tal motivo muchos nos tenemos que convertir en autodidactas.
El abogado digital, para mí, es un abogado paradigmático, sin tabúes, con cultura digital, proactivo, es aquel que esta dispuesto a generar cambios, aunque se pueda morir en el intento.
¿Qué tienen que hacer los abogados actuales para convertirse en abogados digitales?
Tal y como lo mencioné en la primera parte del artículo, al referirme a la necesidad de una revolución jurídico-digital, es donde toma principal importancia la transformación hacia abogados digitales, ya que considero que lo más importante para esta renovación profesional es estar dispuesto a los cambios, asimismo, también ser agentes de cambio, ser estratégicos, innovadores, comprender los pros y contras del uso de las TIC, tanto en el derecho como en la sociedad, para así poder fomentar una cultura digital, es decir, fomentar el buen uso y aplicación de las TIC, así como, sus límites y alcances.
Parte importante también es saber consolidar alianzas, pues la mayoría de las veces en que se vea involucrada la tecnología, se necesitará el estudio y opinión de expertos en diversas ramas del derecho, como de expertos en otras ciencias, ya sea un perito en informática, un perito en publicidad digital, un especialista en propiedad intelectual, un especialista en ciberseguridad y hasta un ingeniero, pues es una combinación de ciencias muy compleja como para ser experto en cada una de ellas, es por eso que saber trabajar en equipo considero que es una cualidad básica para convertirte en Abogado Digital.
Es así que la importancia de estas alianzas para la reinvención del derecho y de la práctica profesional nos ayudarán a resolver las actuales crisis, jurídicas y sociales, para consolidar un cambio con un efectivo impacto social para que los futuros Abogados Digitales logren comprender que “la tecnología es parte de nosotros y nosotros somos parte de ella”.