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La Seguridad Social como un ente fiscalizador

Esta autoría, ha mencionado y lamentado en varias ocasiones que el Instituto Mexicano del Seguro Social, funge mayormente como un ente fiscalizador que, como un impartidor de seguridad social, tal parece que las extensiones con mayor fuerza del Instituto radican en las direcciones de auditoría y sanciones que las de servicio médico y cultural. Resulta tremendamente triste pensar en que las prioridades de dicha entidad son más de índole recaudador que de agente de bienestar.

La reciente renuncia de German Martínez a la Dirección General del IMSS resulta reveladora, cada quien sus preferencias e ideologías políticas, pero lo que es evidente es que el funcionario público ha demostrado una enorme valentía, ya que ha mencionado que las principales causas de su renuncia obedecen a la injerencia recaudadora de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en el Instituto, como si esta última lo quisiera utilizar como un brazo sancionador y localizador de contribuyentes, restándole importancia a las áreas de salud, cultura, deportes, entre otras.

Un rotundo fracaso resulto, por ejemplo, el programa piloto del IMSS para la incorporación a las trabajadoras del hogar, ¿por qué?, bien pues a las 48 horas de haber iniciado el programa, según cifras oficiales del IMSS, no se habían alcanzado ni siquiera trescientas incorporaciones, veinte días más tarde, se confirmaba que se habían realizado poco menos de dos mil incorporaciones, ¿en un universo estimado de 2.4 millones de trabajadoras domésticas?, ¿estamos hablando de menos del 0.1% del universo total?, como dijimos… ¡fracaso total!. Lo anterior se pudo haber debido a un cumulo de factores, algunos quizás muy particulares, pero lo que arrojaron los primeros resultados fueron datos que evidenciaban la falta de confianza que existe hacia el IMSS y no solo por parte de la entidad patronal, sino también de la parte trabajadora, ya que se otorgaba la facilidad para que cualquiera de las partes se acercara a obtener el registro, pero quedo demostrado que la mayoría prefieren perderse de una seguridad social precaria a ser sujetos cautivos de las fuerzas fiscalizadoras del gobierno y ante el fracaso, se concluyó en la reciente reforma laboral, que ahora la incorporación es obligatoria y ordinaria.

No es discutible ni cuestionable que, un órgano de seguridad social y más uno con la extensión e importancia que tiene el Instituto Mexicano del Seguro Social, requiere de recursos económicos que le permitan fungir de manera ordinaria, sin embargo, dotar al Instituto de facultades sancionadoras, muchas veces puede resultar en vicios practicados por sus internos. Consideremos el ejemplo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, también es un órgano dotado de facultades revisoras, como lo es la Inspección del Trabajo, diligencia que, en caso de detectar incumplimientos a la legislación laboral, culmina muchas veces en una sanción económica (multa), pero, ¿Es la STPS la que ejecuta la sanción y recauda el monto determinado?, la respuesta es no, precisamente exhorta algún ente con capacidad recaudadora como la tesorería, la SHCP, etc. A efecto de poder generar el cobro. ¿no debería suceder algo parecido con el IMSS?, ¿no generaría esto mayor confianza en la población, acarreando consecuentemente mayor formalidad en el empleo y adición a la seguridad social?, lo que es, es, sin embargo, reiteramos que la renuncia de German Martínez esta lejos de  ser un evento aislado de importancia menor, más aún, considerando las razones que manifiesta como causa de su separación del Instituto, deberán ser consideradas sus observaciones por el Ejecutivo Federal a efecto de ordenar algunos funcionamientos y como el sugiere, una reforma genuina al IMSS de alto impacto.

 

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