Hace solo un par de semanas, la cámara de diputados aprobó el dictamen que expide la Ley Orgánica del nuevo Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, mismo que tomará su camino legislativo hasta la Cámara alta a efecto de que veamos formalmente su concepción. En ese mismo sentido, el Estado de México, hace solamente un par de días, aprobó en su cámara local de Diputados, expedir la “Ley del Centro de Conciliación Laboral del Estado de México”, misma de la cual se está contemplando su inicio de funciones para el próximo septiembre (2020) .
Por otro lado, en la Ciudad de México, la actual Presidenta de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje manifestó que el empoderamiento de la figura de la Conciliación es uno de los mayores retos para la exitosa implementación de la Reforma Laboral y vaya que tiene razón, se estima que ingresan un promedio de treinta y seis mil juicios cada año a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de la Ciudad de México y está totalmente evidenciado que las veinte Juntas Especiales que existen actualmente en la Ciudad de México, son insuficientes para la impartición de Justicia Laboral pronta y expedita, ya no digamos para el desarrollo de una eficiente Conciliación.
Se estima que en la actualidad, en la Ciudad de México, se resuelven por la vía conciliatoria únicamente el treinta y cinco por ciento de los juicios radicados, cuando en comparación a los estándares internacionales, se resuelven bajo esta modalidad del 50% al 60%, por lo que uno de los primeros retos para la implementación de la Reforma Laboral y el eficaz funcionamiento del nuevo Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral será el de elevar el porcentaje de conflictos resueltos por la vía conciliatoria, esto a efecto también de que sea genuinamente reducida la carga los nuevos Tribunales Laborales, dependientes del Poder Judicial, ya que de no ser así, se estará cayendo en el mismo vicio que se pretende desaparecer; el de la sobre saturación de trabajo para los impartidores de justicia.
Nuevamente identificamos que el problema reside en la falta de presupuesto, la Conciliación solo podrá brindar los resultados esperados si la implementación de la Reforma Laboral es dotada del presupuesto correcto, en primera instancia para contar con suficientes funcionarios conciliadores y como segundo punto para que estos servidores públicos cuenten con capacitación continua y enriquecedora que les brinde de las herramientas adecuadas para el desempeño de sus atribuciones, uno de los grandes males en la impartición actual de Justicia Laboral es el hecho de que nunca se ha dado a la figura de la Conciliación la importancia y valor debidos, tanto de la parte usuaria y gobernada como de la parte impartidora, no es ningún secreto que en las Juntas de Conciliación, muchas veces la función conciliadora se limita a preguntar “¿qué paso Licenciados, no hay Arreglo?, mmm, bueno, cualquier cosa estamos a sus órdenes”, desgraciadamente esto no es únicamente responsabilidad de los impartidores de justicia, muchas veces las partes también asumen una postura inminentemente litigiosa, lo que entorpece la negociación y esto ya es un detalle de idiosincrasia social y de cultura legal. Tristemente la solución no está en hacer obligatoria la instancia conciliadora, ya que muy probablemente se caerá en el antiguo vicio de “solo cumplir con el requisito previo” para estar en posibilidades de presentar la demanda, la negociación es un arte dominada por pocos, la Conciliación es aún más compleja y aún menos la dominan.