Con la salud no se juega ni se negocia. Y bajo esa premisa, muchos proveedores de medicamentos, material de curación y productos y servicios de diálisis han fallado al juramento hipocrático de… “haré para bien de los enfermos, apartándome de toda injusticia voluntaria y de toda corrupción”. A todas luces Fresenius, de origen alemán, tiene un historial reciente que ha manchado una parte de la práctica médica.
He aquí algunos datos. Al igual que la constructora brasileña Odebrecht, ha sido encontrada culpable de llevar prácticas corruptas en 17 países. En Marruecos pagaron millonarios sobornos para obtener contratos con el Hospital Militar de Rabat.
En México el caso ha sido similar. En 2016, la Secretaría de la Función Pública y el Instituto Mexicano del Seguro Social vetaron por dos años a la alemana para particopar en licitaciones y contrataciones gubernamentales por incumplir con contratos. Esto le ocasionó pérdidas por casi 600 millones de pesos al lastimado Seguro Social.
Pero la cosa no paró ahí. De acuerdo con una Orden de Cese y Desista de la la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), Fresenius se coludió con otra empresa y funcionarios públicos para vender a sobreprecio las terapias subrogadas de diálisis. De esa tajada, entre .20 y .40 centavos de dólar eran repartidos entre la empresa teutona y funcionarios, que no se menciona en el documento.
Derivado de esta Orden y su respectiva investigación, la SEC ordenó a Fresenius pagar 231 millones de dólares para librar ser procesada por actos de corrupción. Sin embargo, las pruebas de la corrupción con la que se dirige esta compañía es fehaciente.
“(…) Desde al menos 2009 hasta 2016, se pagaron millones de dólares en sobornos para obtener negocios a lo largo de sus operaciones [de Fresenius], incluyendo en Arabia Saudita, Angola y ocho países de la región de África Occidental. Adicional a las operaciones de Fresenius Medical Care en esos países, al igual que en Turquía, España, China, Serbia, Bosnia y México, los pagos no se reflejaron con precisión en los libros y registros de FMC. (…) La compañía se benefició con más de $135 millones [de dólares] como resultado de los pagos indebidos. (…)”, se lee en la orden.
Hoy, con todos los cambios en las compras consolidas y las licitaciones para la compra de medicamentos y material de curación, por parte del Gobierno Federal, renace la incertidumebre porque empresas como Fresenius se atrrevan a participar y seguir sangrando, financieramente hablando, a las instituciones de salud públicas mexicanas.