Bien es sabido que entre Ricardo Monreal y Andrés Manuel López Obrador ha habido una relación política muy estrecha, raro es ver la fisura entre ambas figuras pues hasta hace unos meses Monreal había sido uno de los operadores de la 4T más importantes, si no es que el más importante pues ha sido quien moviliza toda la maquinaria para hacer cumplir las reformas más controversiales del Ejecutivo Federal. A pesar de que ha demostrado lealtad al Presidente y su proyecto de nación, parece ya no ser suficiente para su jefe que ni siquiera lo contempló en la contienda presidencial al declararse el destapador de las corcholatas presidenciales. El más notorio desencanto fue cuando Morena no logró, en dos ocasiones, convocar a periodo extraordinario para discutir la revocación de mandato, lo que visiblemente molestó a AMLO y dejó más que claro que Monreal ya no es el favorito. Después vino este jaloneo por la reforma electoral hecha por Monreal y que accidentalmente “guiño-guiño”, se filtró a medios, al otro día el Presidente dijo que la iniciativa la presentaría él y que Ricardo tiene toda la facultad, pero esta, que será una de las iniciativas más importantes en la recta final de su administración correrá por su cuenta. Veremos si la revocación de mandato es el bloque que aplasta esta relación cuasi amistad porque ya lo vemos que en política la “amistad” se mueve con los intereses y conveniencias.
