En los últimos años, el Poder Legislativo Federal ha dotado de autonomía constitucional a diversas autoridades, como si ésta fuera una garantía que permitiera que sus funciones se realicen de manera adecuada. Es probable que la fórmula sí esté funcionando en algunos casos, como en el Banco de México o en el INE. Pero ¿esto era necesario con la Fiscalía General de la República?
Es cierto que las procuradurías de los estados y la general de la república eran instituciones sumamente ineficientes para realizar tareas de investigación y persecución de los delitos, sin embargo, también es responsabilidad de los cuerpos de seguridad pública, salvaguardar la integridad de los ciudadanos. El tema de la procuración de justicia y la seguridad pública acarrea una complementariedad entre ellas, por supuesto, son asuntos delicados y que tienen que tratarse con sumo cuidado, preservando en la mayoría de lo posible, la coordinación entre autoridades. Éste es el elemento fundamental en la búsqueda de la protección ciudadana y la justicia.
Algunos ideólogos y líderes de opinión consideraban o siguen considerando que es necesario que las procuradurías cuenten con autonomía de gestión y no deban estar supeditados al Poder Ejecutivo. Algunos de los razonamientos versan en el entendido, que dicha autonomía, permitirá que los titulares de las Administraciones Públicas Federal y Locales no se inmiscuyan en asuntos de los que pueden llegar a influir o establecer una cierta línea de investigación. Insistiendo ahora, ¿si dicha autonomía es necesaria para mejorar las tareas de procuración de justicia?
Recordando de manera rápida, el pasado viernes, el Senado de la República nombró a Alejandro Gertz Manero como Fiscal General de la República, una persona experta en el tema y que seguramente realizará un buen papel a la cabeza del Ministerio Público Federal. Dicho nombramiento no fue del agrado de muchas organizaciones sociales ni de muchos sectores que se expresaron en contra de la decisión de la Cámara Alta, al considerar que el nuevo Fiscal es una persona a modo para el presidente de México. Pero, hay algo que nadie ha visualizado y es ¿qué hubiera sucedido si se hubiera nombrado a una persona opositora al régimen lopezobradorista?
En la política y muchos menos en la realidad, el hubiera no existe, solo hay que imaginarnos si el mismo viernes que sucedió la lamentable tragedia de la explosión del ducto de PEMEX en el estado de Hidalgo, se hubiera nombrado a un Fiscal que no comulga con el presidente. ¿Acaso se hubiera dado la coordinación y la comunicación que tuvieron Gertz Manero y López Obrador esa misma noche? O vámonos más adelante, si se necesitase de la coordinación entre la Fiscalía y el Gobierno Federal para cualquier asunto en el que se tuviere que investigar un caso de relevancia nacional ¿se coordinarían o, es más, se hablarían el presidente y el Fiscal? Probablemente no, solo hay que remontarnos a los no muy lejanos principios de los años 2000, en el que presidente Fox y el otrora Jefe de Gobierno, ahora presidente, ni siquiera se hablaban. La fórmula de poner a la par a dos personas que no comulgan con los mismos ideales es inoperante e ineficiente. Tal vez el argumento sea que son contrapesos, no, no lo son. Éstos se convierten en obstáculos de los que la ciudadanía ya está harta.
Como se ha expresado en líneas anteriores, el elemento que no debe faltar en toda tarea de gobierno, llámese en materia hacendaria, en el tema de hidrocarburos, en los asuntos referentes a los servicios de salud y con mayor razón en la procuración de justicia y la seguridad pública, es la coordinación entre autoridades. Una ventaja que tenemos actualmente es que el presidente y el Fiscal se hablan y se comunican bien. No hay que confundir el hecho de que sean afines, con que Gertz Manero será un Fiscal a modo, y que el Jefe del Ejecutivo hará lo que le plazca en el nuevo órgano.
De hecho, lo que faltaba en la extinta PGR era una depuración desde adentro y una mejora en las labores de la antigua procuraduría. Nada garantiza que desmantelar el Ejecutivo y dotarle de autonomía a un Fiscal o a cualquier órgano llevará a tener éxito en su cometido. Insisto, lo único que falta es coordinación.
El Senado ya hizo su tarea, ahora que el Fiscal haga la suya y que busque al presidente para que lo auxilie, no pasa nada. A Gertz Manero, será su gestión el que lo juzgue y si no es el adecuado, entonces que la Nación se lo demande.