El modo incógnito así como la Deep Web son nichos de mitos digitales y notas vaporware que confunden a los cibernautas sobre el alcance y la protección que efectivamente brindan a la navegación íntima. En la red se pueden encontrar artículos y blogs que sugieren a los usuarios el uso del “Modo incógnito” para encontrar vuelos más económicos o simplemente, para realizar doxing en perjuicio de otros y su intimidad, sin el temor de ser detectados por autoridades o entidades digitales. Sin embargo, la privacidad que ofrece esta navegación, no sólo en Google, sino en exploradores como Opera, Edge y Firefox, no necesariamente implica que el cibernauta transmuta su existencia en un fantasma digital e indetectable.
¿Para qué usan el modo incógnito?
De acuerdo a la encuesta que realizó la empresa DuckDuckGo[1] de los Estados Unidos de América, en un muestreo de cinco mil usuarios, al menos la mitad manifestaron el uso de este modo alguna vez, asimismo, el 30% de este grupo afirmaron utilizarlo diariamente para realizar búsquedas vergonzosas, empero, ninguno de los entrevistados logró identificar los verdaderos beneficios de este tipo de navegación.
Para fines prácticos, el modo incógnito sobrepasa la búsqueda de pornografía –como muchos podrían pensar-, ya que navegar de esta forma permite abrir diversas cuentas de correo electrónico en el mismo explorador, realizar análisis de resultados a búsquedas orgánicas o bien, acceder a información cuyo registro podría afectar la reputación digital.
1, 2 3 por el usuario en modo incógnito
El explorador Firefox lanza un pop up que recuerda al usuario que el modo incógnito no garantiza el anonimato en internet; asimismo, Google informa que la navegación oculta evita que Chrome guarde los sitios en que navegas. En todos los casos, los exploradores recuerdan que la sesión aún es visible para el proveedor de servicio de internet, la empresa/empleador y los sitios web que visitas, toda vez que eso no desactiva las cookies de cada portal, ni mucho menos, los nodos que pudieren estar conectados a la red que ocupas para disfrutar del servicio de internet.
Es cierto que el modo incógnito resulta útil para evitar generar un historial de navegación de fácil obtención, los cookies del propio explorador y los datos que se llenan en formularios, inclusive lo relativo a contraseñas; lo cual es benéfico cuando se navega en ordenadores y servidores públicos o no tan fiables, empero, la transmisión de datos personales aún se mantiene y deja un rastro descargable.
Navegar en modo espía
Aunque este podría ser el sueño de los stalkers o algunas entidades gubernamentales que desean obviar el protocolo de obtención de evidencias digitales, el INFOBAE recuerda que no existe un mecanismo de navegación que elimine todos los rastros de nuestra vida on line[2]. Si bien es cierto, el uso de una Virtual Private Network (VPN) o navegadores como Tor, realizan más compleja la tarea de obtener datos personales, ubicación, IP o proveedores de servicio, es indiscutible que ello sólo minimiza las pruebas que deja nuestra conducta en el ciberespacio pero no las desaparece.
[1] DUCKDUCKGO. Is private browsing really private? Enero de 2017, Estados Unidos de América. Visible el 18 de diciembre de 2018 a través del vínculo https://spreadprivacy.com/is-private-browsing-really-private/#.15gyogtub
[2] INFOBAE. Por qué el modo incógnito no es tan privado ni tan seguro cómo se cree. 9 de febrero de 2017, Argentina. TECNO. Visible en el vínculo https://www.infobae.com/america/tecno/2017/02/09/por-que-el-metodo-de-incognito-no-es-tan-privado-ni-tan-seguro-como-se-cree/