Estamos iniciando un año más y desafortunadamente la violencia contra las mujeres no se ha podido erradicar, es triste ver que seguimos teniendo muchos casos de maltratos, acoso, abuso sexual y, algunos otras conductas que terminan en el delito de feminicidio, lo más preocupante es que éstas se han vuelto una mala práctica que atenta cada vez más de diversas maneras contra la dignidad, libertad, salud y vida de las mujeres.
En México, a pesar de los avances logrados en la legislación vigente como la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, además de las políticas públicas que ha implementado el Estado mexicano y más aún con la aportación internacional como lo es la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer emitida por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, la discriminación contra las mujeres y la desigualdad de género continúan manifestándose todos los días en forma de violencia.
De esta manera, el problema que siguen enfrentando las mujeres en México, se ha recrudecido en los últimos años, tan es así que las estadísticas oficiales más recientes que publicó el Sistema Nacional de Seguridad Pública en el año 2019, confirman una alza de feminicidios, ya que cada dos horas y media una mujer es asesinada.
Considero que algunos de los factores que siguen incidiendo en la violencia contra las mujeres son el machismo y la desigualdad, que normalmente se originan en la familia, por ello es importante fortalecer todos los valores que existen para evitar que siga creciendo dicha violencia en cualquiera de sus modalidades.
Es importante destacar que la responsabilidad principal de inculcar valores en una familia corresponde a los padres. Esta circunstancia está reconocida en tratados internacionales como por ejemplo en la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”.
La igualdad y no discriminación se construye desde la familia, donde las responsabilidades y beneficios son compartidos y equitativos, en beneficio de todas y todos sus integrantes
Los valores como el respeto, la tolerancia, la lealtad, la solidaridad, la justicia, el perdón, la responsabilidad, entre otros, son normas que nos rigen en función de la sociedad y con ello podemos erradicar cualquier forma de violencia hacia la mujer.
Irma Arriagada Acuña, investigadora e integrante de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, señala que: “…La familia es analizada como ámbito para el ejercicio de derechos individuales, pero al mismo tiempo es el espacio en que interactúan miembros de poder desigual y asimétrico”.
Ahora bien, es necesario resaltar que los roles y estereotipos de género han provocado que existan dichas conductas machistas de los hombres hacia las mujeres, ya que en la mayoría de las familias se les sigue educando con la idea de que las mujeres son el sexo “débil”, generando relaciones de superioridad, poder y control sobre ellas.
Como consecuencia de esta mala percepción de la superioridad del hombre, se ha establecido como una norma social universal una clara diferencia entre los sexos, por ejemplo, el hombre debería ser el proveedor económico de la familia en tanto que la mujer se debe encargar exclusivamente de las tareas domésticas y de aquellas relacionadas con el cuidado de los hijos, quitándole al varón por completo su corresponsabilidad en las labores de la casa.
Sin embargo, esta diferenciación de las tareas está cambiando, ya que hoy en día más mujeres y hombres buscan romper los roles y estereotipos que limitan su desarrollo como personas, ya sea en el ámbito profesional, como en el ámbito personal y familiar.
En los últimos meses diversas organizaciones y mujeres en general han llevado a cabo manifestaciones, un ejemplo es bajo el lema «#NoMeCuidanMeViolan», en las cuales exigen a las autoridades que haya mayor seguridad, toda vez que tenemos muchos casos que se han viralizado en las redes sociales y hasta la fecha son pocos los resultados obtenidos por parte de la autoridad para que ninguno de ellos quede impune.
Por otro lado, como consecuencia de las manifestaciones mencionadas y la presión ejercida a las autoridades, hace unos meses la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, decretó la Alerta de Violencia de Género en la Ciudad de México, una medida que se sabe, las organizaciones civiles han pedido desde el 2017. Lo anterior, se llevó a cabo después de señalar que su gobierno defenderá con fuerza a las mujeres, niñas y niños víctimas de los agresores sexuales, así mismo, también dijo “…Todos y todas en esta ciudad debemos decir alto, basta”.
Para entender un poco mejor lo que significa la Alerta de Violencia de Género, puedo decir que es un mecanismo de protección de los derechos humanos de las mujeres único en el mundo, el cual se encuentra establecido en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y su trámite lo describe en su reglamento.
Al respecto, el artículo 22 de dicha Ley, señala:
“…Alerta de violencia de género: Es el conjunto de acciones gubernamentales de emergencia para enfrentar y erradicar la violencia feminicida en un territorio determinado, ya sea ejercida por individuos o por la propia comunidad”.
Derivado de todas las manifestaciones en contra de la violencia de género que hemos visto en los últimos tiempos, la sociedad en general tenemos que colaborar en las acciones que se implementen para que el próximo año ya podamos ver resultados positivos y que las estadísticas oficiales de los casos que atentan contra las mujeres sea menor cada día, sin embargo, hay que tener presente que este problema no se podrá erradicar si no existe una cultura de denuncia por parte de la víctima cuando se presente cualquier tipo de conducta tipificada como delito en contra del bien jurídico tutelado de las mujeres.
Desafortunadamente la cifra negra en estos delitos sigue siendo una realidad que no se ha podido terminar con el paso del tiempo por temor de denunciar y, en ocasiones, por falta de sensibilización de algunos servidores públicos responsables de atender las denuncias.
“Si actuamos con valor, convicción y compromiso, podemos transformar la violencia contra las mujeres de ser la violación más generalizada de los derechos humanos a un caso aislado que se considere inaceptable y que ya no se tolere”.
Michelle Bachelet, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo de 2013).