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Enero 2024. El Año Empieza con Guerra

La Máquina del Tiempo Musical

“Se ha dicho con razón que en las guerras todos pierden, excepto los fabricantes de armas y los primeros días del amanecer de este año 2024, la escalada de violencia entre Israel y Palestina parece no tener freno.”

El principal objetivo de la ONU, a raíz del horror de la Segunda Guerra Mundial, fue establecer las bases para que el diálogo permitiese construir acuerdos para resolver los conflictos del mundo. El objetivo de origen fue, ha sido y sigue siendo evitar la guerra a toda costa. A pesar de ello, pareciera que la ONU es casa de muchos, y tierra de nadie.

Esos espacios de diálogo parecen no haber sido efectivos para frenar las batallas bélicas en el planeta, y llama la atención que sea Estados Unidos de Norteamérica el país que más intervenciones de este tipo ha tenido en la historia de la humanidad desde el desenlace de la Segunda Guerra Mundial.

La guerra de Corea (1950) guerra de Argelia (1954), guerra de Vietnam (1955), crisis del Congo (1960), Invasión a la Bahía de Cochinos (1961), Revolución Sandinista (1961), guerra de Afganistán (1978), guerra de Irán e Irak (1980), guerra civil de El Salvador (1980), guerra del Líbano (1982), guerra de las Malvinas (1982), primera intifada (1987), Invasión estadounidense a Panamá (1989), guerra del Golfo (1990), primera guerra chechena (1994), primera guerra del Congo (1996), guerra de Kosovo (1998), guerra de Irak (2003), invasión turca a Irak (2008), conflicto en la franja de Gaza (2008), guerra de Libia (2011), conflicto en la franja de Gaza e Israel (2011), Invasión Rusa a Ucrania (2022), son una muy resumida muestra del espíritu frágil del ser humano para mantener la calma y brincar de lleno a la guerra.

Se ha dicho con razón que en las guerras todos pierden, excepto los fabricantes de armas y los primeros días del amanecer de este año 2024, la escalada de violencia entre Israel y Palestina parece no tener freno. Si bien la ONU ha desarrollado trabajo diplomático muy importante para detener la violencia en la zona, la verdad de las cosas es que en hasta dos ocasiones Estados Unidos de América ha vetado la determinación de frenar los ataques en la franja de Gaza. Al interior de la ONU, Alemania se ha abstenido de votar el alto al fuego, y por ello ha sido duramente criticada en el escenario internacional, y al mismo tiempo pone en riesgo la comisión de actos terroristas en su país, como venganza de los inconformes a tales decisiones.

La raíz del problema no es menor.  La visión de Palestinos e Israelitas son opuestas. Sus religiones parecieran ser incompatibles, y al menos en la interpretación de los extremistas del grupo Hamas, el nuevo objetivo es exterminar al pueblo judío.  Leyó usted bien: exterminio. La respuesta israelí ha sido igual de agresiva: no detener la guerra hasta exterminar a Hamas. En el frágil escenario de medio oriente, los pueblos árabes miran la confrontación con sus agendas propias, y todos temen que se involucren más y más protagonistas en la guerra, que generen un caos de tal magnitud, que muchos consideran podría ser la antesala de una tercera guerra mundial.

Simultáneamente, Rusia tiene sus frentes de batalla abiertos contra Ucrania. Si bien esa guerra detonó el año pasado, ahora mismo se desarrolla de forma simultánea a la de Israel y Palestina, y pareciera que la sombra de la desgracia y la barbarie que acompaña a los enfrentamientos bélicos se cierne sobre Europa, una vez más.

Desde el vaticano, el Papa hace insistentes llamados a parar las confrontaciones y ataques, sin que su voz pueda resonar en los contendientes.  La ONU hace, una vez más, gala de su total lentitud para poder intervenir en dichos frentes de batalla o frenar de plano los avances y bombardeos. Se buscan justificantes a la barbarie, pero en realidad, estas naciones tienen cuentas pendientes históricas que datan desde los años cuando Moisés salió de Egipto.  Así de vieja y antigua es la lucha del pueblo árabe con el pueblo judío.

“Desde el vaticano, el Papa hace insistentes llamados a parar las confrontaciones y ataques, sin que su voz pueda resonar en los contendientes.  La ONU hace, una vez más, gala de su total lentitud para poder intervenir en dichos frentes de batalla o frenar de plano los avances y bombardeos.”

Estados Unidos de Norteamérica, la mayor potencia bélica del mundo, se ha posicionado junto a Israel, y es difícil que alguien quiera hacer cara a los americanos, al menos por ahora, pero los vientos de guerra soplan y empiezan a fraguar alianzas rusas, chinas, indias, árabes, que podrían comenzar a definir bloques internacionales a favor de unos y otros. Tales movimientos anticipan la manera en que terminó detonando la Primera y la Segunda Guerra Mundial.

Esperemos que la ONU y el sentido común logren imponerse. Se quiera o no, algo que todos sabemos es que la humanidad y el planeta no podrían sobrevivir a una tercera guerra mundial.  Al menos no como actualmente conocemos al mundo. Debe ser interés de todos detener estos conflictos, y sumarnos a las voces que pretenden resolver estos problemas dialogando, y no con metralla.

Como siempre, los civiles, niños, familias, son quienes pagan y sufren la peor cara de la guerra, y tratándose de los terroristas, los han utilizado como rehenes y monedas de cambio a sus intereses. Los discursos de Martin Luther King o Benito Juárez y las canciones de John Lennon o de Mercedes Sosa, ya no están más. Veremos si los iconos culturales actuales pueden establecer una agenda que permitan sumar sus voces a favor de la paz, a favor del diálogo, y en contra de la guerra.

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