El proyecto integral Morelos (PIM), una consulta a medias y resultados irreversibles.

Mexicanos con sed de poder, con sed de dinero… ellos los que manejan el destino de nuestro país, de nuestro medio ambiente, de nuestro futuro. El PIM es un megaproyecto integrado por dos termoeléctricas, un acueducto y un gasoducto, todo ello para proporcionar energía eléctrica a la industria, ¿los beneficiados? Empresas españolas (ABENGOA, ELECNOR y ENAGAS); a ello súmese una consulta de esas que el Gobierno realiza a medias intentando legitimar lo que NO debe realizarse.

Conozcamos de cerca el PIM.

A partir del año 2010, la Secretaría de Energía (SENER) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) determinaron instalar una central de ciclo combinado en el estado de Morelos, lo cual originó la conformación del Proyecto Integral Morelos (PIM).

De acuerdo con la carpeta del Proyecto Integral Morelos CCC Centro y Gasoducto Tlaxcala-Puebla-Morelos, emitida por la Dirección de Proyectos de Inversión Financiada y Subdirección de Desarrollo de Proyectos de la Comisión Federal de Electricidad, publicada en julio de 2011, el PIM consiste en:

  • Dos centrales de generación eléctrica de ciclo combinado de 620 megavatios cada una que consumen gas natural como energético.
  • Un ducto para transportar el gas desde los ductos de Pemex, al sitio de las centrales, de 150 kilómetros y diámetro de 30 pulgadas, en los estados de Tlaxcala, Puebla y Morelos.
  • Línea eléctrica de 20 kilómetros a la subestación Yautepec.
  • Y un acueducto de 20 pulgadas desde Cuautla con longitud de 10 kilómetros.
  • La inversión total es cercana a los mil 600 millones de dólares.

 

Este PIM fue concesionado a tres empresas españolas: Elecnor y Enagas, para la construcción del gasoducto, y Abengoa para la construcción y operación de las centrales termoeléctricas. El proyecto provocó la inconformidad de diversas comunidades de los estados de Morelos, Puebla y Tlaxcala, particularmente, por las posibles repercusiones al medio ambiente, la cercanía con el volcán Popocatépetl, la omisión para formular la consulta a pueblos y comunidades indígenas, además de actos de amedrentamiento por parte de las autoridades involucradas, derivado de la oposición al proyecto. El ejemplo máximo que este proyecto enfrenta ahora es la imposición de las dos centrales termoeléctricas de ciclo combinado en la comunidad de Huexca, Morelos, mientras que en el estado de Tlaxcala, la problemática ocasionada tiene que ver con la trayectoria del gasoducto, ya que esta instalación atraviesa terrenos ejidales y zonas habitacionales densamente pobladas; dicho gasoducto atraviesa 24 municipios a saber: 9 de Tlaxcala (Tlaxco, Hueyotlipan, Ixtaxuixtla, Panotla, Santa Ana Nopalucan, San Damián Texoloc, Santa Apolonia Teacalco, Santa Isabel Tetlatlahuca y Nativitas), 10 de Puebla (Huejotzingo, San Pedro Cholula, San Jerónimo Tecuanipan, San Gregorio Atzompa, Ocoyucan, Atlixco, Huaquechula, Atzitzihuacan, Acteopan y Cohuecan) y 5 de Morelos (Jantetelco, Temoac, Jonacatepec, Cuautla y Yecapixtla).

El impacto ambiental y los riesgos que representa el PIM.

El PIM cuenta con dos manifestaciones de impacto ambiental (MIA), una correspondiente al gasoducto con clave 21PU2011G0009, y otra correspondiente a la construcción de las dos centrales termoeléctricas y acueducto de 10 kilómetros: 17MO2011E0001, las cuales adolecen de contradicciones, omisiones y faltas administrativas que deslegitiman un trabajo objetivo y serio por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para evaluar los impactos del proyecto.

En el caso de la MIA 21PU2011G0009 correspondiente al gasoducto, la Semarnat consultó al Centro Nacional para la Prevención de Desastres (Cenapred), sobre la viabilidad del proyecto, ya que se encuentra dentro de la zona de riesgo volcánico del volcán Popocatepetl, ante lo cual el Cenapred contestó que el proyecto era inviable en esta zona, justamente porque pasa por las zonas de significativo riesgo eruptivo, considerando inviable la construcción del gasoducto. Además de ello, la termoeléctrica producirá contaminación, la cual incidirá en el aire, el agua y por consiguiente la tierra; específicamente la emisión de óxidos de nitrógeno a la atmósfera y la contaminación del agua por los procesos químicos que empleará la termoeléctrica con las torres de enfriamiento: gas cloro, ácido sulfúrico, etcétera.

Se deduce que el PIM tiene mayor relación con un proyecto de industrialización en la región que no beneficiará a la población y, por el contrario, hasta el momento, ha traído como consecuencia la violación al derecho de los pueblos campesinos de la región. Asimismo, el PIM implica diversos riesgos por encontrarse en Zona de Riesgo del Volcán Popocatépetl; manejo de sustancias altamente riesgosas como el gas cloro y gas metano; contaminación del agua y aire; provocación de lluvia ácida y efecto invernadero, sólo por mencionar algunos efectos nocivos.

Sabemos que la consulta llevada a cabo por el Gobierno tiene como efecto legitimar la puesta en marcha (en caso de salir “favorable”) pero no hablamos de una consulta popular ya que, nuevamente, no reunió con los requisitos que le exige la legislación; ¿en manos de quien está nuestro futuro? ¿En la de ellos o en la de nosotros?

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