El primero de agosto del 2021, se llevó a cabo la primera consulta popular legal en México, muchos la consideraron un fracaso al no alcanzar la participación requerida para hacerla vinculante, según lo establecido en el artículo 35 se necesita que un 40 % de la lista nominal participara, mientras que la llamada consulta para enjuiciar a expresidentes alcanzó solo el 7 %, según el conteo del INE. Pero dejemos un momento las filias y fobias de lado, la consulta se puede considerar un éxito porque, como mencionó el presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, es el primer ejercicio en la historia de nuestra democracia en la que los mexicanos ejercimos el derecho a opinar sobre un tema que se consideró de trascendencia nacional. Por supuesto, un éxito escandaloso hubiera sido alcanzar el nivel de votación requerida, pero, seamos sinceros, los legisladores tomaron un rango de participación muy elevada, considerando que la ciudadanía no está acostumbrada a estos mecanismos de participación y que el hartazgo político es más que evidente, la consulta pasó sin pena ni gloria. Por eso es necesario realizar campañas intensas de educación cívica. Se debe arraigar en la sociedad mexicana como un mecanismo de democracia participativa, pero, sobre todo, una herramienta que empodere a la sociedad para que deje de ser pasiva. Ahora, el hecho de que esta consulta en específico no haya alcanzado los números previstos, la justicia es algo que la gran mayoría de los mexicanos seguimos esperando.